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La Chari, la señora Juanita o la señora Adela se lo merecen

La Chari, la señora Juanita o la señora Adela se lo merecen

El escritor y periodista Raúl Montilla se ha remontado a la Barcelona de la década de los 70: la de las fábricas, la de los bloques de pisos, la de las protestas, la de las ganas de olvidar el franquismo… En este ambiente sitúa a tres generaciones de mujeres que serán testigos de un tiempo marcado por las revueltas sociales y la violencia.

En este making of, Raúl Montilla resume el origen de Las hijas de la fábrica (Grijalbo).

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En el año 2013 (ha llovido, aunque no demasiado, en Catalunya estamos en sequía), tuve la suerte de que el periodista cultural de TV3 Toni Puntí hiciera de maestro de ceremonias en la presentación de mi primera novela, El último invierno. Toni fue el primero que lo soltó delante de todo el mundo: “¿Para cuándo una novela de tus barrios?”. Seguramente no se acordará, pero creo que la pregunta está grabada en algún video que languidece en YouTube. Esa cuestión, desde entonces, me persiguió.

El último invierno es un relato que tiene como escenario y protagonista los últimos días de la Guerra Civil en Barcelona. Es una historia coral en la que gozan de protagonismo los municipios que rodean a la que antes se conocía como Ciudad Condal. El libro es un recorrido a pie por las miserias de los últimos días de la guerra.

"Si los nórdicos hablan de ciudades que, a veces, parece que incluso a ellos les cuesta pronunciar..., ¿Cornellà, Hospitalet o Esplugues no merecen tener una novela?"

Casi siempre, porque alguna excepción hay, ubico historias en el territorio en el que vivo y he crecido: el área al sur de Barcelona, el barrio como ente genérico. Escribir de lo que conoces te abre la preciada caja fuerte de los matices, tan importantes para poder armar un buen relato y construir personajes sólidos, incluso tramas creíbles. Saber de la importancia de los matices me lo ha dado el oficio de periodista.

No negaré que en la apuesta por lo cercano también hay algo de rebeldía: Si los nórdicos hablan de ciudades que, a veces, parece que incluso a ellos les cuesta pronunciar…, ¿Cornellà, Hospitalet o Esplugues no merecen tener una novela?

También hay algo de orgullo, con alguna pátina de egolatría… Aunque hay grandes plumas que han reflejado la esencia del barrio como Pérez Andújar, o maestros que lo han llevado al cine (Juan Cruz o José Corbacho, sin ir más lejos); han sido más quienes han salido al extrarradio como auténticos paracaidistas, a veces para hacer buenos relatos, pero obviando lo que es el barrio. Un amigo mío de Sant Boi siempre pone, en este sentido, el ejemplo de un periodista de origen noble que cuando fue a un barrio humilde destacaba en su crónica el olor a aceite requemado de la escalera por la que transitaba… En fin. ¿Yo que soy de barrio no iba a escribir de lo mío?

"Y llegó ella, Ana María Caballero, una editora como las que describen en los cuentos de fantasía, pero de carne y hueso. De barrio y ávida buscadora de historias"

“Tienes que escribir del Baix Llobregat, de los barrios”, me soltó otra vez Pilar Argudo, la gran sacerdotisa de un templo de libros, con forma de programa de radio, que se llamaba Punt de Llibre, animándome a algo que, con el paso de los años, se había convertido un deber pendiente: escribir sobre el barrio.

Escribir del barrio desde el barrio… Y llegó ella, Ana María Caballero, una editora como las que describen en los cuentos de fantasía, pero de carne y hueso. De barrio y ávida buscadora de historias, convencida de que era el momento de publicar la historia que recoge Las hijas de la fábrica, que tiene como capital San Ildefonso de Cornellà, ahora Sant Ildefons y durante muchos años la Satélite. El piso de la familia de la calle Álamo es el de mi amigo Pere que, amablemente, además de historias, me cedió las escrituras de sus padres.

"Si bien aquí era importante poner también el acento en la vida de las mujeres, de las que llegaron, crecieron y después, en algunos casos, acabaron marchando"

Yo soy del Barranco, un punto del extrarradio de Barcelona que ni siquiera es un barrio, que queda entre medio de Can Vidalet (Esplugues) y de Can Serra (l’Hospitalet). Debe su nombre a un bar, el Bar El Barranco, uno de los dos que había en esta área, en medio de la nada, hasta que se construyeron las rondas.

El piso de la Satélite es el del Pere, pero lo que relata el libro son vivencias compartidas de los que crecimos en el extrarradio, las historias de nuestras familias y vecinos… Si bien aquí era importante poner también el acento en la vida de las mujeres, de las que llegaron, crecieron y después, en algunos casos, acabaron marchando. ¿Por qué? Pues porque la Chari, que es mi madre; la señora Juanita o la señora Adela, mis vecinas; mi tía, mi pareja o mi suegra… entre otras muchas, se lo merecían. La novela es de ellas, aunque no sean ningún personaje: que nadie las busque. Son el libro en conjunto, como otras muchas.

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Autor: Raúl Montilla. Título: Las hijas de la fábrica. Editorial: Grijalbo. Venta: Todostuslibros.

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