Foto: Ana Portnoy.
Ezequiel Naya es un poeta nacido en Ciudad de Buenos Aires, Argentina, en 1981. Se formó como escritor en los talleres de Diego Paszkowski y Fabián Casas. Es egresado del Máster en Creación Literaria (Universitat Pompeu Fabra). Publicó el libro Fantasmas de animales (Corregidor, 2012) y Pueblos para escapar de la justicia (ediciones Liliputienses, 2023). Es uno de los fundadores de la librería Lata Peinada.
***
H
Cuando todo me aburre,
pienso a cuánta distancia estoy
de la jaula abierta
de un perro
que muere. Perdón,
que muerde.
***
d
Es hora de olvidar los bosques
y abrazar las fábricas.
Alerta: nadie es feliz
por demasiado tiempo
en una casa frente al mar.
Abrite paso
entre las paredes marcadas y
mirá hacia arriba para hablar
con el dios rediseñado
por los satélites
que sus hijos
mandamos al cielo.
***
m
Plegaria de maderas rotas
junto al pastor acurrucado en hojas
de diarios sin buenas noticias.
las cosas malas pasan en lugares altos,
donde los refugiados y sus mujeres juegan ajedrez
encima del barro, bajo un cielo de tormentas.
las esquinas se diluyen.
los caballos son salvajes
como los hombres envenenados en sus cuartos
sin ventanas.
El alimento perdido, sin luz de antiguas guerras,
donde hubo pozos fingidos
traídos desde Estados Unidos,
Francia, Inglaterra, pueblos que pelean al gordito del colegio
en las escaleras.
***
r
En el baúl del auto habíamos escondido perros y gansos
amaestrados para no matarse los unos a los otros. Al llegar
al campo supimos que nosotros dos también habíamos
sido entrenados para no lastimarnos. Ahora somos esta
forma quieta que cada tanto cambian de ambiente. Ella, al
menos, guarda algunas cicatrices.
***
p
Pasábamos por la puerta sin decir nada. Baldosas rotas por
hombres que nacieron en casas donde disparan. Algunos
se animan a tomar la música del techo para después
llevársela. La escuchan en los bosques, a orillas del río, y
de a poco se sumergen hasta salir del otro lado. Se quedan
perdidos y, por lo general, no vuelven. Aprenden un
idioma nuevo, cambian de voz, de gestos, se cambian el
color de ojos entre ellos. Regresan siempre y cuando haya
sol. Sus padres los esperan con agua de lluvia entre las
manos.
Al principio, se la pasan hablando del reflejo de la luz en
las vías de alguna estación, y de cómo los trenes van y
vienen sin gente. Después se ríen sin parar durante nueve
horas porque quieren ser felices. Al final, se cansan y
lloran. Cuando sienten que el mecanismo imperfecto de
la máquina hará que todo empiece otra vez, toman las
armas que guardan en la mesa de luz y disparan al techo
para que la música suene.
***
y
¿Cómo se dice cuando uno piensa en lo que ya pasó?
Se dice regar las plantas
¿Estás seguro?, me parece que no.
aunque me olvidé de regar las plantas
y eso también
ya pasó
***
V
De miedos raros y espejo sucio
me fui mezclando hasta encontrar
la posición original.
Me dejé estar así durante horas.
Si no hubiera sido por el hambre,
no estaría acá.
quise soñar cosas,
pero se me vinieron a la mente
las manos
de personas que conocía y
tuve que saludarlos a todos.
Esa noche no dormí.
***
P
Hijo, un día todo esto será tuyo.
¿Qué cosa, viejo?
Todo hasta donde tus ojos alcanzan a ver.
Veo pasto nada más.
Sos un futuro
que se me viene en contra.
Llamá a tu hermana.
***
R
La esperanza de vida
en estos años bajó,
el precio de los alquileres
no
¿A qué suena ese animal
infestado de polvo
que dejan los autos y camiones
al pasar?
El jugador pronto será un perdedor.
Se pondrá el pijama y las pantuflas,
fumará un cigarrillo
en el balcón
para ver la luna antes
de quedarse enroscado
en su propio cuerpo.
Me dicen acá que las personas
y algunos animales
pueden tener el mismo sueño.
***
U
Fue el viento
que nos trajo este olor
a caramelo de la infancia
que todavía existe
pero ya no vamos a buscar.
También crecieron
los pastos de los jardines
que ya no tenemos
y se rompieron las olas de los mares
en los que no volvimos a nadar.
Yo no sé la primera vez de tantas cosas
y sin embargo en algún lugar todo eso está
guardado entre telas misteriosas
que resisten al tiempo, que van dejando espacio
para una vuelta más
hasta terminar en un paquetito
de recuerdos que
en alguna casa
que no conocemos
usan para cocinar.
Puras alegorías. Nada poesias
Me encantaron estos poemas
Me parece una manera de escribir muy original y sorpresiva, ya no es solo amor es la cruda realidad.
Hermosos poemas! Ezequiel Naya ha sido una grata incorporación a mi literatura diaria.
Me gusta cuando la poesía merodea la vida cotidiana. Tendría que releerlos, ninguno me impactó pero es una poesía que no trata de impactos al contrario, son como olas de un río, no de una mar, que mojan igual pero lentamente. Perdón pero no soy muy técnico. Saludos