Franklin Fernández es un artista plástico, aforista, ensayista y promotor cultural nacido en Caracas, Venezuela, en 1973. Licenciado en Artes Plásticas (2003) por el Instituto Armando Reverón (Iuesapar) actual Universidad Nacional Experimental de las Artes (Uneartes). Ha publicado los libros de aforismos Simples (Fundación Editorial El Perro y La Rana, Ministerio de la Cultura, 2006), La Escritura y tú (Sistema Nacional de Imprentas, 2010), Breves (Editorial El Pez Soluble, 2000), Insectario (2020) o Trizas (aforismos, 1998-2015. Libros El Albur. España, 2015). Preparó Escribir en el límite. Antología de aforistas venezolanos (1758-2020). Su trabajo ha sido publicado en diversas revistas y diarios nacionales e internacionales. Ha recibido, entre otros, el III Premio de la II Bienal de Artes Plásticas PDVSA Oriente Museo de Arte Contemporáneo de Cumaná (2013), el Luis Luksic en el Gran Salón Nacional Mauro Mejías (Barcelona, Anzoátegui, 2012), el Rafael Fucho Tovar de la X Bienal Nacional de Escultura Francisco Narváez (Porlamar, isla de Margarita, 2009) o el Gran Premio VI Salón Regional de Jóvenes Artistas de la Galería de Arte del Consejo Legislativo (Barcelona, Anzoátegui, 2001).
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Escribo, quedándome próximo. No es escribir por escribir. Se escribe para salvar la distancia entre ellos.
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La fragmentación ciñe la frase.
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El odio hacia tus adversarios es un juicio. Incluso un vicio.
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Muestran su opulencia por amor a Dios; es decir, la pobreza oculta en su espíritu.
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Sepultas lo que siembras. Si lo que «cultivas» no ha germinado.
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Mi vida no tiene porvenir. Su destino marcha hacia atrás. Hacia un futuro anterior al nuestro.
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Buscar en lo alto, sobre la alada simetría del ave que aviva nuestro vuelo.
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Los libros destellan. El fulgor de conocimiento salpica por todas partes.
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La bomba atómica resume el desprecio al género humano.
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La muerte es infalible. Debes averiguar si existe siquiera. Aunque esté hecha a imagen y semejanza nuestra.
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El hombre es el guía de sus propios extravíos.
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Adiestrados al olvido.
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En todo individuo habita, una multitud apiñada.
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Las heridas son adornos.
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La muerte es un plan general, cuyo fin es benéfico.
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