Ramón Eder, nacido en Lumbier, Navarra, en 1952, es uno de los aforistas españoles contemporáneos más destacados, además de poeta. Ha publicado en poesía Lágrimas de cocodrilo (Hiperión, 1998), en relato breve La mitad es más que el todo (El paisaje, 1999). Ha publicado los libros de aforismos Hablando en plata (El Hibrido, 2001), La vida ondulante (Renacimiento, 2012), El cuaderno francés (Huacanamo, 2012), Relámpagos (Cuadernos del Vigía, 2013), Aire de comedia (Renacimiento, 2015), Ironías (Renacimiento, 2016), Palmeras solitarias (Renacimiento, 2018), en el que dibujos suyos acompañan a los textos, y El oráculo irónico (Recanimiento, 2019).
Las amistades nocturnas parecen sólidas, pero suelen ser líquidas.
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Todo rey parece bueno en el exilio
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El carácter se forja los domingos por la tarde
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El fin justifica los miedos
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Leer un buen libro mal traducido es como escuchar a Beethoven en un transistor
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Los domingos son la eternidad en miniatura
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La inteligencia, a partir de cierto grado, se vuelve inevitablemente humorística
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Hay que conseguir que el dolor produzca una perla
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Hay que tener una sólida reputación, aunque sea en el bar de la esquina.
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En algunas novelas policíacas se echa en falta enseguida la falta de suspense, porque rápidamente se descubre que el criminal es el autor.
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Lo contrario de suicidarse es llevar una doble vida.
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Haber nacido es un éxito biológico del que nadie se recupera del todo en toda su vida.
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Los que pasan la vida intentando ser normales no lo consiguen nunca.
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Si nos alejamos mucho de una tentación caemos en la siguiente
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Un buen aforismo es un relámpago en las tinieblas
Autorretrato hecho por el autor.
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