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3 poemas de Agustín Guambo

Agustín Guambo es un poeta nacido en Quito en 1985. Fundador del proyecto anarkoeditorial Murcielagario Kartonera y director del Festival Internacional de Poesía de Quito Kaníbal Urbano. Ha publicado POPEYE’s Sea (La Apacheta Cartonera, Lima 2014), Ceniza de Rinoceronte (La Caída, Buenos Aires 2015), Primavera Nuclear Andina (Ediciones A/terna, Buenos Aires 2017), Cuando Fuimos Punks (Kikuyo ediciones, Quito 2019) y Nuclear Andean Spring (UGly Duckling Press, New York 2019). Ha sido Ganador del premio Hispanoamericano de poesía Rubén Bonifaz Nuño (México, 2014) y ganador de la convocatoria «Poetry in trasladation» de Ugly Duckling Press (New York, 2019).

***

CUANDO FUIMOS PUNKS

Esto es el fin. Que alguien venga y nos mire temblar
–Yuliana Ortiz Ruano–

Vi un país desnudo miradas y trinchera
Un desierto oculto en cada ser en cada primavera
Después de la tormenta
–Domo; Después de la tormenta–

Verano del 99

La ciudad agitándose amargamente bajo un sol manchado
Sobre el horizonte cuerpos mestizos quebrándose igual que estrellas negras
entre la sed de las aves averiguamos muy pronto
que Nada había debajo de las sombras de nuestros padres,
solo llanto y hambre

¿De quién eran los pedazos de carne que caían de nuestras manos por la noche?
¿De quién el llanto que conteníamos entre estos aindiados vientres?
¿De quién los párpados brunos que, día a día, se hundían igual que esclavos viejos,
devastados y en silencio, sobre el smog y el caos?

Nuestros pies danzaban salvajes negándose a morir sin antes haber
delirado o al menos herido, un poco, el pecho de la miseria

He aquí las mariposas blancas de nuestra memoria alimentándose de las cicatrices
de úteros de madres indiasmestizas urbanas
He aquí el dolor de la vida cercenando con vergüenza la carne
después de nueve meses
La luz de nuestra sangre poco a poco se seca
y hoy hay sed de vejez en nuestros cuerpos
hay sed amor en nuestros cuerpos

Ahora recordamos cuando nuestros corazones corrían libres
por sobre la hierba brillando como la primavera sobre los lomos de las bestias

Verano del 99.

a ti te saludo hermano,
quien quiera que seas, donde quiera que estés,
a ti que sueñas entre ciudades paralizadas por el capitalismo y el frío,
a ti que caminas con las manos doloridas y secas,
a ti hermano y hermana
que no tienes cómo pagar tu alquiler cada fin de mes,
que te cuesta conseguir empleo y vagas por las calles
mientras el hambre recorre tu casa, tu barrio, tu sangre, tus hijos
a ti que vives en ciudades donde la lluvia escasea
ciudades donde todo es un perpetuo exilio a la amargura
donde nada crece sin dolor y donde nadie huye por miedo al silencio

a ti también te saludo
país de la infancia, país del naufragio
donde nada detiene el transcurso del tiempo que todo lo mutila
a ti también te beso con la inocencia del fuego quemando en mis labios

Verano del 99.

Conservábamos pequeños fragmentos de amor regados en habitaciones redondas
donde nos desnudábamos suplicantes,
para un cuerpo o para otro,
esperando encontrar
entre su carne curtida el aroma de la vida

país de la infancia, país del naufragio

te recuerdo en aquel verano del 99
cuando comenzamos a crecer,
en silencio, abofeteados por la pobreza
humillados por la melancolía
país de la infancia país del naufragio
cantandosalmospunks paranuestros diosespunks
padrepunkqueestásenelpogo, santificadaseatucresta,
vengaanosotrostuiraymelancolía,
h á g a s e m i e r d a la v i d a y la m u e r t e,
asícomonosotrosnoshacemosmierda
e n t u d u l c e a b a n d o n o,
notengasmiedodedarnoselpannuestrodecadadía;
diospunk, esosí, nuncaperdonesalosquenos
o l v i d a r o n

país de la infancia país del naufragio

donde las cometas, dios, dejaron de importar hace ya tanto tiempo
mientras el cielo se llenaba de aves sucias y ciegas que
se cagaban sobre nuestras plegarias a ti te saludo
nuestro triste-cordero-mestizo
a ti que nunca te importamos, a ti que tan solo nos diste pesadillas famélicas
y esta infancia que como un hueso sobre un quemado horizonte se va secando
a ti que nos diste amigos narcotizados y magníficos
pero que murieron apenas pudieron hacerlo,
llenos de polución y coca en sus venas,
a ustedes los saludo y beso, hermanos y hermanas proletarixs,
con la amargura de las flores arrancadas que se marchitan en los hogares burgueses

Verano del 99.

en las noches nos reuníamos igual que una triste camada de enfermos
a atizar el fuego de nuestros corazones
con canciones de otros vagabundos con talento
(o punks alegres como les llamaba asdrúwal
a muchos otros que ardían con fe de niños en las calles)
lejos muy lejos de los edificios caros y sus luces de neón caras
lejos de la modernidad y su brillante embuste
tan lejos que nadie pueda escuchar el quebrarse de nuestra sangre
tan lejos donde nadie perciba nuestros cuerpos balancearse amputados
por una cuerda en el cuello
lugares donde se alzan al aire libre casas empobrecidas
semejantes a mastodontes famélicos, casas donde las azoteas
están llenas de perros desolados por la desnutrición,
casas donde nadie sabe que sus rostros avergüenzan al mundo
que su cópula avergüenza al mundo
casas creadas con paredes más frágiles que sus propios sueños
barrios marginales del mundo a ustedes también los saludo, abrazo y beso.

Verano del 99.

poco a poco conocimos las drogas y sus rituales
en los parques de la ciudad en las cantinas de la ciudad
en las azoteas de la ciudad en los hogares pobres y ricos de la ciudad
ésta se presentaba sensual y delicada
y cada vez que consumíamos
nuestra mente igual que un globo llenándose de agua y harina
se iba deformando

profesábamos que cada pinchazo era el mar bramando
solitariamente contra las rocas de nuestra piel
cada jalada hit yegua pase grillo bareto nos hacía sentir menos parias
más tristes, sí, pero menos crueles con nuestros padres y sus pesadillas
país de la infancia, país del naufragio

cuando comenzamos a consumir con otros amigos
juntábamos el poco dinero que les podíamos robar a nuestros padres

¡pobres robando pobres!

y comprábamos la dosis

¡pobres drogando pobres!

país de la infancia país del naufragio

quemamos nuestras mentes, muchos años, bajo una desgastada lluvia,
en noches ancestrales que duraron mil años,
entre la lobreguez de pequeñas y apolilladas lunas
en una ciudad andina desgarrada y envejecida
por la prisa el dinero y el hambre

a ti también te saludo
riquezas ficticias
edenes privados
casas de placer
testaferros de la carne y el hambre continentales señores de la miseria

Verano del 99.

incendiamos todo nuestro futuro sin miedo,
ya que no se le puede tener miedo a lo que no existe, decía marco,
nosotros somos la mierda de la mierda,
y alzamos el volumen de la radio para que nadie escuche nuestro abandono
nuestra miseria nuestro dolor

éramos jóvenes y ya olíamos a fracaso, decía juanma,
con él supimos que la prudencia y el amor nunca van de la mano,
y que a veces el amor no es dios cosechando trigo y cebada en nuestros vientres,
sino tan solo un tronco verde en el corazón que no sirve para la hoguera
menos para las polillas

Nadie nos dijo, ese verano del 99,
que todo estaba triste y confundido como nosotros en el mundo y que
nada nos quedaba más que alimentar la hoguera
con los cuerpos de nuestrxs amigxs y hermanxs

país de la infancia, país del naufragio

notábamos en esos años como iban murieron nuestros héroes,
¡nuestros más grandiosos héroes!
apretados por el sigilo de la luz, contagiados por los desbocados espejismos de
las aves,
llenos de esperanza y cubiertos de sal y miel
y los saludamos, ahora, con un beso en su suave boca
en este otoño milenario y azul…

y a ti también te abrazo, saludo y beso
herma nos y hermanas que viven en las calles,
sucixs y desprolijxs
Niñxs de la posguerra abatidos e incendiados por el sida y el amor
hombres y mujeres tiradxs en las avenidas del mundo
que gritan su ancestral y salvaje ternura
que se ponen en peligro con el rostro lúcido y sonriente hacia la muerte
con el corazón desierto y estrujado, igual que un cáncer salino
que nadie quiere curar en este país de la infancia,
país del naufragio…

***

Anatomía de un knockout [1]

los mejores nos ignoraron
los peores nos atormentaron
ahora la vida ha dado un vuelco
-los krelboynes-

Michael Bennet
Solía salir con chicas duras
Iba a clubs nocturnos de poca monta
Despilfarraba el dinero
Noqueado al primer asalto en 1989
en su primera pelea como profesional
Golpeado por su padre con una antena de televisión,
como cientos de niños,
Por negarse a ganar el pan de cada día
con sus puños y la sangre de otros
No tuve un padre educado, lamentaría tiempo después
Cinco veces campeón amateur de los pesos pesados de los Estados Unidos
–desde ahí las estrellas se ven tan hermosas diría años más tarde
Ganador en dos ocasiones del premio Golden Gloves
Mismos que empeñó en Manhattan una noche de cocaína y malas decisiones
Que lloró
peleó
y trastabilló
En las calles de las grandes ciudades desde que tiene memoria
Y que en casa de su hermana, una tarde de navidad, intentó suicidarse
Mientras escuchaba a Little Richard maullar su conocido
Awop-Bop-a-Loo-Mop Alop-Bam-Boom
Michael Benett, noqueador de perdedores
Que aprendió con discriminación soledad insultos y persecuciones
amar a los fracasados  A los humillados por la fortuna
A esos dioses de barro que, noche a noche, caen indefensos
en catres hediondos de homelesss
donde los perros y las ratas viven sin miedo unos a lado de otros
Michael Benett Tigre herido por el miedo
Que envejece ahora en las calles de new york
A la deriva del amor de los ángeles bajo el desconsuelo de las estrellas
Me pide cinco dólares
mientras me cuenta que siempre tuvo miedo de subir al cuadrilátero
Pero qué más miedo le tenía a su padre y a su antena de televisión

—–

[1] Anatomy of a knockout, artículo escrito por el propio Michael Bennet.

***

Poema acto sobre un sueño donde Jesús era un freestyler andino que entra a participar en redbull como reserva y se va como campeón.

I

En este cuadro Jesús es un niño que corre
Detrás de un autobús a las seis de la mañana
El autobús nunca para…
Tiempo después,
recordará esa negra mañana detrás del autobús
caer,
llorar,
lamentarse
por lo que no nos fue concedido
y entenderá que detrás de los suburbios encantados
dios es un animal enfermo al que todos hemos pateado alguna vez

(Aprieta el gatillo)

II

En este otro cuadro Jesús es una modelo de versace
hace días tiene el corazón caído, duerme poco
y desde entonces siente que la piel le estorba
por las mañanas, mientras inhala, jura no extrañarlo
ni a él, menos a sus manías tristes
Se mira torpemente en el espejo y gime
Jesús modelo de versace ronda las azoteas cantando
“my hearth is  a fire flower
I hate you for running out on me”
Mira las nubes, se imagina caminar con él una vez más
a las tres de la tarde por un parque bajo la lluvia de mayo
Mientras el universo pierde velocidad…

(siente el calor)

III

En aquel cuadro Jesús es un niño visco llamado Mauricio
Vive a las afueras del D.F. en un sector conocido como Nezahualcóyotl
No tiene mascotas, son lujos que no podemos darnos ha dicho su padre
Su única diversión es ver su sombra regada por la tierra
Perseguir aves por las tardes y ponerles nombres solo con “A”
Nunca conoció a su madre, otro lujo que no pudo permitirle su padre
A los 17 años se unió a una banda local, aprendió a robar sin miedo
A humillar con destreza y callar…

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