Ramiro Gairín se alzó con el XXVII Premio de Poesía Ciudad de Salamanca con un poemario que entrecruza el ámbito rural con el urbano, es decir, que junta la lluvia que cae sobre el lomo de un zorro con las voces estropeadas de los tractores que circulan bajo las farolas de la carretera.
En Zenda reproducimos tres poemas de Carreteras que brillan en el bosque (Reino de Cordelia), de Ramiro Gairín.
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Todo al cuerpo
EL NIÑO solo en brazos halla el aire,
la madre está a menudo muy cansada,
el padre se tropieza con frecuencia.
Alrededor, las cumbres
no pueden prestar siempre su atención;
a veces la ciudad
solo tiene fatigas
para sus hijos pródigos.
Levantar una familia
no es ninguna figura literaria.
Es un trabajo físico
que solo puede hacerse con las manos,
con los pies en la tierra,
ofreciéndose al cuerpo.
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Alta demanda
QUIZÁ NO HAYA un momento más sagrado,
en el que más encima se nos eche
la mirada de un dios, exista o no;
quizá no haya ocasión mejor
para disolverse en acción, sentir
que la tarea y uno son lo mismo;
quizá nunca se dé una comunión
mayor con lo creado, con lo extinto,
con lo que ha de venir,
con el hilo que a todo nos conecta,
que ese tiempo en que tratas de dormir,
de mantener dormido
—si acaso hubo suerte—
en los brazos a un niño, paseando
por una casa a oscuras.
Y nunca será tan tuyo un espacio,
una fuerza, una estela, la sombra
de un álamo de tiempo.
Ni pertenecerás tanto a un hogar.
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La lluvia sobre el zorro
Ratones en los campos. Donde cace el zorro,
habrá sangre mañana en la hierba.
Pero la tormenta, la tormenta la lavará.Louise GLÜCK
LA BELLEZA lo envuelve todo.
Tenemos que ir al médico
hasta el pueblo vecino;
en la ciudad pequeña, al hospital.
Una carretera entre rebollares.
Abajo, el río; más arriba, el bosque
cambiante; en las cumbres,
rocas y huecos para el blanco.
La bojeda, la escarcha, los rebaños.
No es obvia esta belleza
ni son tan evidentes sus mensajes,
Estamos aprendiendo, desde aquí,
desde su interior, a desaprenderla.
Puede que así sepamos hacer algo por ella.
O, mejor, que entendamos
cómo no se hace nada.
Las mareas que fueron
antes mucho más altas que estos montes
entregan todavía en cada puerta
los restos repetidos de naufragios,
semillas infecundas,
heridas para siempre palpitantes.
Quizá haya que volver del miedo
de sacarle la sangre a un niño
para ver que cuidar lo bello importa,
que cuidar el temblor que sin nosotros
no existiría salva a lo que tiembla
—las manos de enfermera, la lluvia sobre el zorro—.
Que cuidar es mirar.
Que lo bello es difícil
porque nunca descansa.
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Autor: Ramiro Gairín. Título: Carreteras que Brillan en el Bosque. Editorial: Reino de Cordelia. Venta: Todos tus libros.
BIO
Ramiro Gairín (Zaragoza) Es ingeniero de montes por la Universidad Politécnica de Madrid y trabaja desde hace dos décadas como especialista en hidráulica, hidrología y medio ambiente en una consultora de proyectos de infraestructuras y obra civil de ámbito español e iberoamericano. Casado y con un hijo, reside con su familia desde hace un año en la pequeña población pirenaica de Fiscal (Huesca), tratando de ralentizar su vida y ofrecer a su hijo otra manera de ver y estar en el mundo. Ha publicado hasta la fecha una docena de libros de poesía, entre los que se pueden destacar Que caiga el favorito (2011), Aguanieve (2015), Lar (2016), Llegar aquí (2020), La ciudad que no somos (2020) o Tiempo de frutos (2022). Sus textos han formado parte de diversas antologías de poesía y haikus.
Qué hermosos poemas!, y de un ingeniero.., qué bien!, todos muy puros hacia la naturaleza !, pues también soy ingeniero y tengo publicados 2 libros de poesía. Así que muchas gracias por compartirlos. Saludos cordiales