Jon Andión (Madrid, 1984) nació en el seno de una familia profundamente relacionada con la cultura, bebiendo desde niño de la música, la literatura y el arte. Este hijo de cantautor ha publicado Palabras invisibles (Huerga & Fierro Editores, España, 2011), Soñar (Huerga & Fierro Editores, España, 2014), Entre cosas salvajes (Ediciones Perro Azul, Costa Rica, 2015), La mirada abierta (Casa de Poesía, Costa Rica, 2017) y El sonido del vigía (Huerga & Fierro Editores, 2018).
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BALIZA SOLITARIA
Naima
tu nombre es nombre de pájaro adentro de un papel
baliza solitaria en el ruido del comienzo
es el roce de sus alas contra sus pliegues
su sonido
es el lugar de la familia que nos asalta en mitad de la cena
la paz de las fuentes en la yema del bullicio
la ternura que dicen se escapó del mundo para formar
tu pelo
sabes que vienen las ruedas de los carros golpeando la verdad del verano
que termina
las botellas las angustias las prisas de los hombres vacíos en la puerta
la calle en la cabeza como jungla en la garganta
en la palma un envoltorio con veneno
en el hígado la voluntad despeñada por sus desfiladeros
no recuerdo los nombres de los demás porque me sumerjo
la carnalidad de unos labios es mi costurera
son las curvas perdidas de las formas intermedias los deseos que me guardo
no busco más de lo que anhelo no sé lo que persigo ni lo que acontece
y vendrán sin descanso vendrán
como los lunes amargos de cada hormiga tus caderas.
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LOS LUGARES INTERMEDIOS
Crescent
¿De qué color son las tierras baldías?
Al diablo se le olvida contar las piedrecillas que lleva en la mano cuando
se asoma a la periferia,
pega la mirada contra las ventanas,
mueve los amuletos en su puño como invocando un algo,
la oscuridad de los interiores se funde en un túnel gris sin nombre,
sólo puede ver a los que se lleve,
a veces desvela a los obreros que duermen al sofá contra su cansancio,
esquiva los perros que deambulan su soledad,
se fija siempre en el tono de las interferencias en el resplandor de las farolas,
va paso a paso, es un eco para él sólo,
la noche es un recreo, una maldición, un cielo, un pasatiempo.
¿De qué color son las tierras baldías?
¿Por dónde se sale de aquí?
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EL PREGÓN DE LA LOCURA
Out of this world
¡Viene un tropel de luces amarillas a preguntar por los límites y los confines, a desarticular los órdenes de los saludos, a llenar el momento de acentos antiguos que se agolpan en las aceras y popularizan las alcantarillas de excentricidades y pulsos contra lo convenido!
¡Es la hora del sonido en las alturas, es la hora del cielo moteado! ¡Es la mañana limpia del murciélago, el futuro templado de todas las orugas, la redención del puercoespín y los hangares!
¡¿Quién se ha llevado los aviones, quién?! ¡¿Qué ha sido de los globos, las hélices, los propulsores y turbantes en el horizonte, qué del largo aliento de los helicópteros que pajarean la noche en el cemento geométrico de las densidades?!
¡Vienen los juguetes antiguos con alma de juguete nuevo a reclamar su lugar en territorio, a desbancar la tiranía de la utilidad, que la magia no tiene hambre de embalaje que no les importan las formas proféticas del plástico ni el calendario viral de las blasfemias!
¡Vienen encendidas todas las huérfanas benditas de la mar, todos los mestizos de los estanques, las tías fervientes de la conchabanza, cuarenta y siete carambolas con nombre de alegato inimitable!
¡Vienen todas las vírgenes suicidas que velaban los curanderos en su altar de sueños y de pegatinas, quieren comprar pan con la palabra, borrar dinero con la intervención del elefante, deslumbrar a la eternidad con un nuevo sonido de la videncia, derrumbar con su arrebato el ritmo sólido de las ciudades y su repetición!
¡Su repetición es un ensordecedor canto continuo y jadeante, es el hechizo moderno contra el aburrimiento, la duda, la pausa, la solidaridad que amenaza con el mañana!
¡Todas las mañanas se alejan de los puentes, todas las estanqueras se despiertan del revés, se prefieren majaderos a semejantes, se subastan amigos contra la pena, se incitan mariquitas contra la necedad!
¡Que nadie cante sino lo que ya se hizo, que nadie cambie el sombrero del tiempo, que nadie vacile en su ejecución, que nadie dude! ¡Que nadie dude! ¡Que nadie baile! ¡Oh, que nadie baile, mas con las estrellas, que nadie baile, que nadie baile!
¡Que nadie venga a buscar en la tierra el aire que manda contra la corcova!
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Autor: Jon Andión. Título: El sonido del vigía. Editorial: Huerga & Fierro. Venta: Todos tus libros, Amazon y Casa del Libro.
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