George Oppen fue un poeta nacido en Nueva York en 1908. Fue un poeta de la segunda generación de modernistas norteamericanos y conocido como uno de los padres del objetivismo. Publicó Discrete Series (1934), The Materials (1962), This in Which (1965), Of Being Numerous (1968), Alpine (1972) y The Collected Poems (1975), que incluye el libro Myth of the Blaze y Primitive (1978). En 1990, Rachel Blau DuPlessis editó una selección de su correspondencia en el volumen The Selected Letters of George Oppen. En español, se han publicado libros como De ser numerosos (Matadero, 2017; Aparte, 2019) y la antología George Oppen: poesía, ensayo y entrevista (Ediciones Universidad Diego Portales, 2012). Falleció en California en 1984. Presentamos una selección de textos de Los materiales, publicado en 2022 por la Editorial Bisturí 10 con traducción de Kurt Folch.
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SANGRE DE LA PIEDRA
I
En la puerta
Piernas largas, alta
Un peso de hueso y carne –
Sus ojos captan–
Cargando cosas. Ah!
Todo lo que soy es
Nosotros. Ven a casa.
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PRODUCTO
No hay belleza en Nueva Inglaterra como sus botes.
Cada uno en sí mismo, incluso la pintura blanca
Oscilando cada vez con cada ola
Anclados, mástil
Y aparejo son una firme unidad
Reluciente entre las herramientas secas
Y las manos secas de Nueva Inglaterra.
La proa parte el agua, encuentra las olas
El casco las acepta. Una vez alguien
Hizo flotar un pocillo
Y allí para que lo vieran todos, para todos los niños,
Incluso el nativo de Nueva Inglaterra
No tenía bote. Lo que he visto
Es todo lo que he encontrado: a mí mismo.
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DE UNA FOTO
Sus brazos me rodean –niña–
alrededor de mi cabeza, abrazándome con sus brazos,
Sus brazos como si yo fuera una querida piedra el lugar,
La manzana en su mano – su manzana y su padre, y mi
nariz presionada
Fuerte contra el cuello de su chaqueta de invierno. En la foto
Esta es la niña que es la rama
De la que caemos, donde habría zarzamora,
Matorral, zarzamora en el joven invierno
Que arroja la nieve que ella debió pensar
Era nuestra para dársela.
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PEATÓN
Qué generación podría haber soñado
Esta nieta de las calles comerciales, sus ojos
En la luz de los consumidores, la luz de los locales
Más brillante que los faros, más brillante que la salida de la luna
Desde la sal de la bahía tan tica
Tan brillante su ciudad
En un suelo de concreto, una malla de cables en los que camina
En el nuevo invierno entre edificios enormes.
La poesía, el poema, no se puede traducir