Mi primer poemario cuya inicial es M está empezando a tener patas de bronce con doscientos nombres en sus páginas. M desea darse a conocer a través de unos versos similares a su cabello de plata. Aquí van estos cuatro poemas inspirados en cuatro personas de diferente índole, pero con una misma pasión: el martillo en sus manos si los excrementos vuelan. Disfruten, babies.
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MARCAS INCRUSTADAS EN LA ESPALDA
Las marcas incrustadas en la espalda
fueron el aleteo constante
de una llama con nombre de músculo.
El masetero resquebrajó la simiente
de la mariposa en cuatro
campanas tocadas al unísono,
aunque la lluvia no sucedió.
Fue sencillo oír el aullido de la gata,
cuando el orbicular hizo
su función prohibida.
Fue imposible ver la leche
de la corola,
flotar en unas sábanas blancas.
Todo se sostuvo en un crepúsculo
lleno de secretos y carente
de olor a santidad.
Sucedió la cara escondida
de la moneda,
cuando el placer se hizo oro en mí.
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AMOR VERDADERO
A Du Mu
Se adentró en mis senos
como una espada azul,
que no tiene renos
para frenar la herida.
Herida agridulce
situada en el costado,
que llega hasta mi corazón
con sabor a dulce
de leche.
Eso no es amor -dijo el sabio can,
pero la tigresa casi se choca
con la manzana prohibida
de Eva.
La tigresa también peca,
esa cara de inocente la delata.
Pero la tigresa seguirá dando
pasos hacia el badén
de su seguridad
y del verdadero amor,
porque eso a ella
le coloca el corazón
en el ardor del choque correcto.
***
EL CÍRCULO VICIOSO DE LA HOJA NEGRA
El tambor recoge la hoja negra,
que ha descendido,
dando vueltas,
porque el rojo está en su esencia
envuelta en quejas.
El círculo vicioso de la hoja negra
solo conoce el
universo tóxico,
que apaga a los ingenuos
bañados en verde.
Y es que
el líquido de
las sustancias nocivas
del acero
está en su aura.
Alma podrida de ira,
rabia y malas palabras,
que hacen de la hoja negra
una sustancia,
que aleja a cualquier alma blanca.
El parque gris al lado del McDonald’s
repele aquella rama,
que creció en un mar
lleno de odio
Y es que
el círculo vicioso de la hoja negra
no se ha forjado en una tierra fértil,
porque ha terminado
en el suelo,
aunque crea que ha alcanzado
el límite de la eternidad.
***
TEÑIDO DE VERDE
A Erick Gullock
La isla dio alas al colibrí,
que transformó el sonido de la [R]
en una dulce sucesión de pasos
a la luz de la arena blanca.
Cálida es la voz del pájaro,
que canta a Borges,
contando la historia
que se entrelaza en el hielo.
No se sabe si la luz
colmará de brillo suficiente
–ya que deslumbra en el invierno–
a un ser que diseña arte
a través de una cámara y
una pluma estilográfica verde,
pues verde es su mirada y su alma.
Y solo el verde puede llegar a ser
el cuento que dará vueltas y llegará
a Saturno, para convertir la muerte
en rabia y la rabia en vida,
porque la existencia solo puede ser
completa, cuando el arte tiene
la luz que irradia el colibrí.
Y esa luz es el amanecer de Costa Rica
teñido de verde
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