Se ha producido una confusión con los libros que todo periodista debe leer. Con frecuencia, un título no acota de forma estricta lo que queremos transmitir. Si tuviera que recomendar a un periodista leer un libro, el primero sería El Quijote. El mismo que le aconsejaría a cualquier otra persona de cualquier profesión. De hecho, el periodista no deja de ser una persona.
Aquí no hablamos de libros indispensables para todos los mortales. Se da por supuesto que alguien que se arroga la facultad de informar a los demás debe tener un bagaje que incluye las lecturas imprescindibles para cualquier ciudadano mínimamente culto. Si el periodista no es culto, malo. Supongo que a nadie le gusta que le informe, aunque sea de deportes, un inculto.
Así pues, a aquellos que me han recomendado Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez; La Colmena de Cela o el Ulises de Joyce les doy las gracias y reconozco su buen gusto. Aunque he de decirles que no son el objeto de este blog. Este bloguero no tiene preparación ni lecturas suficientes para ser tan osado.
Vamos concretando. Claro que un periodista tiene que haber leído los reportajes de los grandes. Sólo faltaba. Es como si Messi no supiera quién es Maradona. Ya sé que no son contemporáneos, pero para eso tiene Youtube. Igualmente, un periodista ha de saber cómo ejercían su profesión de periodista Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez, Oriana Fallacci, Ryszard Kapuscinski, Julio Camba, Émile Zola o Mariano José de Larra. Son sólo una pequeña muestra de los grandes de la profesión.
A sangre fría, Truman Capote
Sería muy buena idea, por cierto, preparar una serie sobre estos monstruos del maltratado oficio de escribir para los periódicos, las webs o lo que vaya a ser mañana. Tomo nota para el próximo curso. Pero tampoco es la idea de este blog.
Reducimos todavía más el territorio en el que nos movemos. Lo que aquí se busca y sobre lo que se quiere debatir es sobre los libros, preferentemente de ficción, que han tratado de una forma u otra la figura del periodista, su forma de ser y de trabajar. Un ejemplo meridiano es El honor perdido de Katharina Blum, de Heinrich Böll, al que estuvo dedicado el texto de la semana pasada.
Ya está disponible una nueva lista con 40 títulos, el doble de los inicialmente propuestos. He añadido muchas sugerencias de lectores, otras de autores y otras muchas de colegas de profesión. Han aparecido muchos superventas (Grisham, Follett…), que haríamos muy mal en desdeñar. Se supone que los habrán leído más personas y por tanto habrán contribuido más a configurar la imagen del periodista en el imaginario colectivo.
Hay una gran presencia de títulos escritos en español frente a los escritos en otros idiomas. Es natural la propensión periodística a lo próximo frente a lo extraño. Finalmente aclaro que he procurado evitar libros de ensayo. La presencia de Leguineche, Kapusckinski, Talese, Wallraff o Pérez-Reverte se debe a que los cinco han ofrecido una muy interesante visión de la profesión desde dentro. Y también, claro, por su relieve literario y porque en muchos casos se mueven con fascinante habilidad entre la realidad y la ficción. Seguro que no he incluido sus mejores libros, pero sí los más significativos de entre los que se refieren a sus compañeros.
La hoguera de las vanidades, Tom Wolfe
Insisto en que la lista permanece incompleta a la espera de nuevas aportaciones. Estoy seguro de que aquí faltan libros imprescindibles. De momento, estas son las 44 obras y estos, los 37 autores. Se admiten sugerencias y críticas. Sólo faltaba. (lavianajc@gmail.com)
44 sugerencias para periodistas amantes de la lectura y con espíritu autocrítico
Aguilar Camín, Héctor. La guerra del Galio.
Bayly, Jaime. Los últimos días de la Prensa.
Bioy Casares, Adolfo. La aventura de un fotógrafo en la Plata.
Böll, Heinrich. El honor perdido de Katharina Blum.
Capote, Truman. A sangre fría.
Carrión, Ignacio. Cruzar El Danubio.
Casas, Fabián. Titanes del coco.
Dexter, Pete. El chico del periódico.
Eco, Umberto. Número cero.
Ellroy, James. LA Confidencial.
Follett, Ken. Papel moneda.
Ford, Richard. El periodista deportivo.
Fuguet, Alberto. Tinta Roja.
Greene, Graham. El americano impasible.
Grisham. John. El informe Pelícano.
James, Henry. Los periódicos.
Kapuscinsky, Ryszard. Los cínicos no sirven para este oficio.
Kundera, Milan. La insoportable levedad del ser.
Larsson, Stieg. Saga Millennium.
LeCarré, John. El honorable colegial.
Leguineche, Manuel. La tribu.
Malcolm, Janet. El periodista y el asesino.
Martínez, Tomás Eloy. El vuelo de la reina.
Maupassant, Guy de. Bel ami.
Mendoza, Eduardo. La verdad sobre el caso Savolta.
Penn Warren, Robert. Todos los hombres del rey.
Pérez-Reverte, Arturo. Territorio comanche.// El pintor de batallas.
Rachman, Tom. Los imperfeccionistas.
Rand, Ayn. El manantial.
Sanclemente, José. Ilusionarium.
Sorela, Pedro. El sol como disfraz.
Tabucchi, Antonio. Sostiene Pereira.
Talese, Gay. El reino y el poder.// Vida de un escritor.
Vargas Llosa, Mario. Conversación en la Catedral.// Las cuatro esquinas.
Verne, Julio. La jornada de un periodista americano en 2889.
Wallraff, Günter. El periodista indeseable.
Walsh, Rodolfo. Operación masacre.
Waugh, Evelyn. Noticia bomba.
Wodehouse, P. G. PSmith Periodista.
Wolfe, Tom. La hoguera de las vanidades.
Zepeda, Jorge. Malena o el fémur más bello del mundo.
Saga Millennium, Stieg Larsson
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