Leí hace tiempo que había toda una moda en Reino Unido con las canciones elegidas para los funerales. Entre las más solicitadas estaban ‘Always Look on the Bright Side of Life’ de los Monty Python y ‘My Way’ de Frank Sinatra. Ambas me parecen grandes elecciones, desde el punto de vista de la comedia y del drama; géneros que confluyen en ese último adiós. Como anécdota decir que la sintonía del programa de fútbol de la BBC, Match of the day, estaba también en el Top 5 de las más solicitadas.
Los británicos no solo ponen música en los funerales —un poco diferentes a los nuestros, ya que el sepelio puede producirse varias semanas después del deceso—, también lo hacen en los velatorios. Ahí, Queen no tiene rival. Who Wants to Live Forever «reina» por encima del resto de temas. Hay que reconocer que cachondeo no les falta a los anglosajones.
A mí, que soy tan anglófilo, la idea me pareció estupenda y me puse a pensar y se me ocurrieron varias tonadillas para el día de mi último adiós: The Blower’s Daughter de Damien Rice, si quiero que lloréis de la hostia; Brought to the Water de Deafheaven, para revindicar mi excepcionalidad; o el Go de The Chemical Brohters, para convertir mi sepelio en un fiestón legendario. Pero entonces, me di cuenta de algo importante: yo no estaría allí para escuchar las canciones, ver vuestras reacciones y disfrutar (o no) con el espectáculo. Fue entonces cuando decidí crear esta playlist. Un conjunto de canciones para el día que me muera. Para ese preciso momento en el que diga: That’s All Folks, de forma consciente y pueda disfrutar de esas últimas notas musicales.
5 canciones para el día que me muera
No todas las muertes son iguales y creo que cada una debe tener su tema. No es lo mismo morir atravesado por la espada de acero valyrio de Jamie Lannister, que sucumbir porque se cayó un ladrillo mal colocado encima de tu cabeza; dejar este mundo salvando las vidas de cientos de civiles en un cruento atentado terrorista, que diñarla porque te olvidaste de cerrar correctamente la espita del gas natural de esa caldera que, siempre prometías, ibas a arreglar el próximo lunes.
Cáncer, Blue Monday de New Order
Si hay una palabra en nuestra sociedad occidental que nos da pavor esa es cáncer. Los que hemos visto a la bestia rondando no queremos que se nos acerque ni en pintura. Un final así solo nos traerá dolor y desesperación. Por mucho que queramos luchar, al final, todo será en vano. Ese sí que sera un verdadero Blue Monday, un auténtico día de mierda.
Suicidio, Geraldine de Glassvegas
Geraldine es una canción jodidamente tristre. Y aunque al final hay un poco de esperanza, tú sabes que la cabra tira al monte, y por mucho amor incondicional de tu «social worker«, acabarás recayendo y metiéndote de todo. No se me ocurre mejor canción si quieres sentirte lo peor del mundo y lanzarte al vacío desde un rascacielos.
De viejo, Interstate Love Song de The Stone Temple Pilots
Nos ha conseguido el «pase especial» para conectar tu cerebro a un superordenador cuántico de nueva generación y la alternativa es ver hasta dónde llegará tu cuerpo que acumula ya 117 años. Has sobrevivido al «megacrack» capitalista, a la tercera y a la cuarta guerra mundial, has conocido la primera invasión extraterreste y sabes que el final está cerca. Tiras de hemeroteca y conectas el chip de tu cerebro a la banda de Scott Weiland.
Catástrofe natural, Bohemian Rhapsody de Queen
Vas a morir en un tsunami en la playa de la Carihuela. Han lanzado gas sarín en la estación de metro de Alonso Martínez. Un meteorito impactará en breves segundos en Los infiernos (Murcia), donde tu deportivo se ha quedado sin combustible. Ante un Armagedón de esas características hay que tirar de épica. Pirarse de este valle de lágrimas con una sonrisa en los labios. Es el momento de Freddy Mercury y los suyos.
Accidente de coche, Free de Stryper
De mis tiempos de heavy ochentero guardo especial cariño a un grupo, Stryper. Una banda de metal cristiano que tenía en su repertorio joyas como Calling On You o la magnífica Free. Toda una declaración de principios si tu Seat Toledo se va a estrallar a 150 km/hora contra un muro de hormigón.
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