Ante la plenitud del universo Víctor Bayona compone un poema para confrontar una verdad sensorial contra la verdad objetiva y exacta. Se sitúa ante la realidad y no se conforma con entenderla y describirla, prefiere modificarla poéticamente para penetrar en ella. En A ciencia cierta (edit. Sr. Scott) Víctor Bayona consigue sobrecoger cuando leemos: «Hay dos tipos de infinitos: / el que no se acaba y el que no se acaba nunca. / El amor no es infinito porque se acaba / y se acaba siempre». La poesía de Víctor Bayona humaniza el mundo y se compenetra a la perfección con el lenguaje romántico de la ciencia para encontrarse ambos, poesía y ciencia, en un plano donde fundirse para su mutuo provecho.
SALTO DE PÁGINA
Bon Iver canta Skinny Love en un autobús
de una ciudad al norte del mapa.
Los muertos se mueven.
Puedo imaginar a un hijo cuidando de su madre en el jardín.
La peina, le da de beber,
la alimenta a base de sopas
y los viernes tiene permitido comer helado.
Ella intenta abrazarlo años después.
Pero el hijo ya no es hijo,
ni tampoco existe césped sobre el que reposar el postre.
Un cementerio con relieve.
Una casa vacía.
DEFINICIÓN DEL AMOR POR COMPRENSIÓN
Hay dos tipos de infinitos:
el que no se acaba y el que no se acaba nunca.
El amor no es infinito porque se acaba
y se acaba siempre.
Pero puede durar más que nosotros,
tiene esa bondad de superarnos
sin que podamos percibirlo.
Así, hasta ahora,
hemos demostrado que podemos acotar el amor en el tiempo.
En el espacio también y es evidente:
no escapa de nosotros;
como mucho se irradia hasta encontrar un breve hogar en el entorno.
Por otra parte, el amor verifica la propiedad
de existir solo en medios materiales −reales o imaginarios−.
Por ejemplo:
sentado en una silla,
con la luz del sol cruzando el jardín
y colándose por su piel como si lo estuviera enhebrando,
mi abuelo quiso abrazarse a aquellos olivos
y besar el huerto con sus tomates y cebollas,
y acabar vencido a esa labor el resto de los días.
Y el ruido de los coches en hora punta le recordó
que tenía que sacar la comida del horno.
Es decir;
el amor es una herramienta de certidumbre.
Por tanto:
el amor tiene punto y final pero alumbra
incluso cuando ya no recorremos el camino,
como queríamos demostrar.
INVESTIGAR
El espaciotiempo es algo así
como dibujar en un papel el espacio por un lado,
por otra parte el tiempo,
y que entonces el papel sea todo el tiempo
y todo el espacio a la vez,
igual que los niños que imponen su vida
sobre un dibujo de una casa plana junto a un río,
un sol que sonríe y los seres queridos de la mano.
Es como pedirle a Einstein, a Lorentz, a Minkowski un favor.
Y que un día tomaran un folio
y lo hundieran para colocar planetas,
y estrellas, y agujeros negros,
y quizá agujeros de gusano,
y otras cosas que dispusieron con un orden quirúrgico
sin saber muy bien de qué se trataba.
La papiroflexia del universo,
canicas rodando en el patio de la escuela.
El sol, el río, el amor:
elementos necesarios
pero quién sabe qué.
Y ahora nosotros estamos sobre esa hoja.
Lo que quiere decir el espaciotiempo
es que si te mueves el reloj corre.
Que no moverse es moverse (tic,tac,
tic,tac).
Que más vale salir ahí afuera,
porque pronto el dibujo irá vaciándose
y será difícil encontrar un hogar,
un abrazo,
el calor de una mañana.
BIOLOGÍA, CLIMATOLOGÍA, ECONOMÍA
En la playa,
unos críos recogen medusas
con una red de juguete.
Los abuelos las meten en un cubo
y las enseñan a los bañistas
aconsejando precaución.
Los expertos afirman
que esta multitud de las medusas
se debe al notable incremento
en la temperatura media del planeta.
(A más temperatura,
mayor número de medusas en las costas).
Yo vivo en un pueblo que se sustenta en el turismo.
Si el mar se llena de medusas,
no habrá niños suficientes
ni ancianos que lo limpien.
Los socorristas izan las banderas
y todos asentimos
ante el mar en verano,
un inevitable signo de los tiempos.
HORMIGÓN
Una casa, construir una casa,
construir una casa con sus paredes y su techo,
construir una casa por la que pase el agua,
la electricidad que tense los ladrillos,
construir una casa para habitarla, para tener casa,
construir una casa como principio de familia,
construir una casa porque las casas necesitan un lugar donde sostenerse.
Pero también construir una casa que habite,
una casa activa de materiales imposibles,
construir una casa incómoda que señale y pregunte,
y se ría de todos cuando fracasamos en la vida.
Construir una casa para llamarla cuerpo,
y entonces darnos cuenta de que resulta un artificio.
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Víctor Bayona Marchal (Barcelona, 2001). Actualmente reside en Granada donde cursa estudios universitarios en Física y Matemáticas. Ha publicado varios poemas en revistas de creación literaria y en diversas antologías como Piel Fina (Maremángum, 2019) y en la colección Letras de Papel, dirigida por el Centro Andaluz de las Letras.
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Autor: Víctor Bayona. Título: A ciencia cierta. Editorial: Sr. Scott. Venta: Todostuslibros y Amazon
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