César Cortés Vega es un escritor y artista multidisciplinar nacido en Ciudad de México en 1976. Ha publicado en poesía libros como Arx poética (Editorial Literal); Reven (XX Premio Interamericano de Poesía Navachiste 2012), en novela Tanuki y las ranas (Librosampleados), Abandona Silicia (Amphibia editorial), Espejo-ojepse (noveleta experimental, Puntodata) y en ensayo No tocar. Anotaciones sobre el riesgo posmexicano (AEM-EP), Calibán no ha muerto. Para una relectura de Roberto Fernández Retamar (Colores primarios), Poetas esclavos, máquinas soberanas (Centro de Cultura Digital) o Periferias y mentiras. Textos sobre arte, banalidad y cultura (Fomento a la Cultura Ecatepac). Aparece en antologías como Siete de la poesía (Casa Universitaria del Libro), Ecos de la imagen (Ed. Generación Espontánea), Poesíacero (Café Literario Editores) o Región de ruina. Generación literaria del Bicentenario, 1970-1990 (Secretaría de Cultura de la Ciudad de México). Ha compilado los libros Textos postautónomos: para comer las nuevas ficciones; Citas caníbales; Anti/Pro canibalia; La ternura de Georges Bataille de Juan García Ponce; y Pensamiento y poesía de María Zambrano. Ha presentado obra visual en México, España (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona), Dinamarca (Bienal Metropolys Laboratory), Irlanda (National College of Art and Design/Gallery), Japón (Tsubakihara group, Nagoya Artport) o Ecuador (Centro de Arte Contemporáneo de Quito). Coordina la publicación Cinocéfalo; revista de crítica y literatura. En 2018-19 desarrolló el proyecto curatorial Dossier; encuentros colaborativos apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (https://www.dossiercolaborativo.com/). Se pueden encontrar enlaces a sus proyectos en cesarcortesvega.com
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Unguis
Cubre las capas, los tejidos,
la fealdad de la glándula.
Oscurece las palabras
conforme a los sujetos,
el documento en el ojo
y sus ramificaciones.
Oculta la excavación
y la cosecha astral del presente.
Surco vomeriano,
ímpetu de forma angular.
El anatomista inserta
los resultados del análisis
en su libreta:
la mirada oblicua
en el alma del Imperio,
y en ello el instrumento
junto al corte de navaja
del cual emanamos
como apariencia.
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Vómer
Deslizándose por el taño del hueso
la percepción aguardó en soplos
para colarse pronto
en el reflejo de la memoria.
Ahí la comunión
del maestro escultor:
discernimiento de los réprobos
entre el vapor de las calles,
las nervaduras y membranas
rumbo al aroma que percibe lo venidero.
Brotar de la unidad mediante el golpe
que modifica la naturaleza y su artificio.
Ser la reproducción de una maniobra:
en el cruce donde el tiempo se hace límite,
todo lo punible es su objeción.
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Cornete
Háganos una imagen en madera,
maestro,
en la que debatamos reunidos
sobre una superficie blanca.
Aproxime su gurbia a las fosas,
intente que percibamos
el aliento último de nuestras palabras.
Modifique la luz a través del material
para que lo íntegro sea sombra,
—salvo el presente luminoso
que hoy somos incapaces de percibir.
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Maxilar superior
Despacio
una hipérbole
de nuestros mohines:
largo tránsito
para retornar al reino,
cabalgando entre afanes.
Lenta muerte,
remedo del cosmos,
avanza y embate
entre nosotros los diligentes.
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Mandíbula
Sin loas a la metafísica,
un trazo largo que duela,
maestro,
nocaut-saeta que rompa el hueso
hacia la larga agonía del poema.
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