Soledad Álvarez (Santo Domingo, 1950), poeta y ensayista, Premio Nacional de Literatura de su país en 2022, se sumerge en la intimidad de la mujer para extraer sus frustraciones y desencantos, todos aquellos símbolos del olvido y la muerte de las ilusiones. Desde que se inició en el oficio, su lengua ha sido un preciso escalpelo para hurgar en la conciencia y los sentimientos del ser humano, para pensar y pensarse sin tregua. Sus tres libros de poesía, Vuelo posible (1994), Las estaciones íntimas (2006) y Autobiografía en el agua (2015), reúnen el testimonio de una voz alerta que observa el mundo con asombro, mientras descubre sus verdades más hondas.
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BODEGÓN
La mujer casada
se levanta todos los días a la misma hora
del mismo lado de la cama.
Sin hacer ruido
espanta a los pájaros del sueño
—su sed de cielo su hambre
de entrañas—
y atados los pasos a la tierra
atraviesa el umbral
del cuadro que la espera.
Sobre la mesa de la cocina
el sol de verano ilumina la fuente de frutas
la barra de pan el queso impávido.
La mujer casada no ve la belleza del bodegón:
viene y va sin pensamiento de las ollas al horno
fríe los huevos cuela el café.
Antes de que entren a la escena los niños
y el ojo del marido eche a andar el reloj
habrá puesto el mantel tenedores platos
y en los labios insomnes
mordidos por el vacío
la mejor sonrisa.
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MUCHACHA ENAMORADA
Después de la cena
de dormir a los niños y dejar cabeceando
al marido en su sillón mullido frente al televisor
la mujer casada lava los platos
y en el agua de jabón
en la espuma del cansancio
la muchacha enamorada que fue
regresa del olvido al inicio del camino:
entre la loza muda la risa
la cabellera al aire que no es el aire
sino la ventada del deseo
la alegría de correr con los brazos abiertos
a los brazos que la esperan
desbocado el corazón a los brazos del hombre
que dice querer vivir solo para quererla
mirar por sus ojos oír tocar lo que ella
hacerla feliz.
Música del cielo la declaración de amor
postal romántica los dos embelesados en el banco del parque
(mirándose algo que no conocen entreabre las puertas a la inmensidad)
él le entrega como sacramento el anillo de compromiso
ella dice que sí al arrebato de seguirlo sin cláusulas
sin preguntar hacia dónde hasta cuándo
¿hasta que la muerte nos separe?
Al fondo los árboles insaciables de pájaros y amores núbiles
testigos tantas veces de la ficción.
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ANIVERSARIO
Han pasado veintidós años
y sigo olvidando la fecha del aniversario
perdida en el círculo extravío las gafas
las llaves del carro cuando vamos a salir
tú olvidas mi cumpleaños
acuciado por la prisa de tus fantasmas
dejas la ropa en el suelo el baño mojado.
Cada vez más somos nosotros mismos.
Cada vez el amor
como gota de agua sobre una roca
sigue su curso.
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CONTRADICCIÓN
Si digo blanco tú dices negro
si sumo tú restas
si me desvisto te vistes
si abro puertas tú las cierras
si vuelo aterrizas
si ardo te hielas
si florezco languideces
si lluevo te resguardas
bajo la capa impermeable del silencio.
Así de contradictorio es el amor
de los casados:
su posibilidad de ser y no ser
al mismo tiempo.
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VETE DE MÍ
A Minou Tavárez Mirabal
Tengo las manos tan deshechas de apretar
que ni te puedo sujetar.
Vete de mí.HOMERO Y VIRGILIO EXPÓSITO
Otra herida en las manos
otra vez el cuchillo como el adiós
te sorprende.
Pasa por descuidar el filo
por no querer ver el presagio
en los ojos del pez muerto
en el bar las aristas del final.
Tonta, queriendo bordar el aire
te equivocaste de nuevo
y sangrarás te coserán la pena
dolerá.
Escóndele la sutura
que no vea la cicatriz de la infancia
la cicatriz de la noche suicida
del escorpión escondido
entre los tréboles de la fortuna
todas las batallas muertes vividas en las manos
por los dedos largos tendrías que haber
sido pianista —como quería la abuela—
esposa con el anillo de la paciencia
en el anular —como quería la madre—
y no llegaste ni siquiera al ornamento
a entretejer la corona pintarte las uñas
de rosa ilusión
ahora cómo mostrarlas rotas
cómo extender en la mesa las manos de mendiga
tan deshechas de apretar
no podrían sujetar al que se va:
escriban la herida en el poema.
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Autora: Soledad Álvarez. Título: Después de tanto arder. Editorial: Visor. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
Qué bajeza de poemas. Qué escritura tan apestada, tan muerta, la de estos años.