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5 poemas de ‘Diván del Tamarit’, de Federico García Lorca

5 poemas de ‘Diván del Tamarit’, de Federico García Lorca

Con pinturas de Javier de Juan, Zenda adelanta tres gacelas y dos casidas, en total cinco poemas, de Diván del Tamarit (Reino de Cordelia), libro que Federico García Lorca tituló con el nombre de un huerto propiedad de un tío del poeta.

***

Gacela I

Del amor imprevisto

Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.

Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre,

siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.

***

Gacela  IV

Del amor que no se deja ver

Solamente por oír
la campana de la Vela
te puse una corona de verbena.

Granada era una luna
ahogada entre las yedras.

Solamente por oír
la campana de la Vela
desgarré mi jardín de Cartagena.

Granada era una corza
rosa por las veletas.

Solamente por oír
la campana de la Vela
me abrasaba en tu cuerpo
sin saber de quién era.

***

Gacela IX

Del amor maravilloso

Con todo el yeso
de los malos campos,
eras junco de amor, jazmín mojado.

Con sur y llama
de los malos cielos,
eras rumor de nieve por mi pecho.

Cielos y campos
anudaban cadenas en mis manos.

Campos y cielos
azotaban las llagas de mi cuerpo.

Casida II

Del llanto

He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto,
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.

Hay muy pocos ángeles que canten,
hay muy pocos perros que ladren,
mil violines caben en la palma de mi mano.

Pero el llanto es un perro inmenso,
el llanto es un ángel inmenso,
el llanto es un violín inmenso,
las lágrimas amordazan al viento
y no se oye otra cosa que el llanto.

Casida VII

De la rosa

La rosa
no buscaba la aurora:
casi eterna en su ramo,
buscaba otra cosa.

La rosa
no buscaba ni ciencia ni sombra:
confín de carne y sueño,
buscaba otra cosa.

La rosa
no buscaba la rosa:
inmóvil por el cielo,
buscaba otra cosa.

—————————————

Autor: Federico García Lorca. Ilustrador: Javier de Juan. Edición: Luis Alberto de Cuenca. TítuloSonetos del amor oscuro – Diván del Tamarit. Editorial: Reino de Cordelia. Venta: Todos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

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Lucas
2 años hace

Ahora sí va tomando color la poesía no es para menos es Lorca