Con pinturas de Javier de Juan, Zenda adelanta tres gacelas y dos casidas, en total cinco poemas, de Diván del Tamarit (Reino de Cordelia), libro que Federico García Lorca tituló con el nombre de un huerto propiedad de un tío del poeta.
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Gacela I
Del amor imprevisto
Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.
Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.
Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre,
siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.
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Gacela IV
Del amor que no se deja ver
Solamente por oír
la campana de la Vela
te puse una corona de verbena.
Granada era una luna
ahogada entre las yedras.
Solamente por oír
la campana de la Vela
desgarré mi jardín de Cartagena.
Granada era una corza
rosa por las veletas.
Solamente por oír
la campana de la Vela
me abrasaba en tu cuerpo
sin saber de quién era.
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Gacela IX
Del amor maravilloso
Con todo el yeso
de los malos campos,
eras junco de amor, jazmín mojado.
Con sur y llama
de los malos cielos,
eras rumor de nieve por mi pecho.
Cielos y campos
anudaban cadenas en mis manos.
Campos y cielos
azotaban las llagas de mi cuerpo.
Casida II
Del llanto
He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto,
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.
Hay muy pocos ángeles que canten,
hay muy pocos perros que ladren,
mil violines caben en la palma de mi mano.
Pero el llanto es un perro inmenso,
el llanto es un ángel inmenso,
el llanto es un violín inmenso,
las lágrimas amordazan al viento
y no se oye otra cosa que el llanto.
Casida VII
De la rosa
La rosa
no buscaba la aurora:
casi eterna en su ramo,
buscaba otra cosa.
La rosa
no buscaba ni ciencia ni sombra:
confín de carne y sueño,
buscaba otra cosa.
La rosa
no buscaba la rosa:
inmóvil por el cielo,
buscaba otra cosa.
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Autor: Federico García Lorca. Ilustrador: Javier de Juan. Edición: Luis Alberto de Cuenca. Título: Sonetos del amor oscuro – Diván del Tamarit. Editorial: Reino de Cordelia. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
Ahora sí va tomando color la poesía no es para menos es Lorca