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5 poemas de El bosque no es un árbol repetido, de Félix Maraña

5 poemas de El bosque no es un árbol repetido, de Félix Maraña

El último poemario de Félix Maraña es una meditación sobre la vida y la muerte. El poeta es dueño del libro, lo maneja, lo pastorea con oficio, se da el gustazo de vivirlo a su manera. Como dice Valentín Martín en el Prólogo: “Digo esto y lo sostengo, porque muchas veces sucede que hay libros que andan solos como esos niños de frontera, pobrecitos. Pongamos que a mitad del libro o así, Félix Maraña ha decidido avivar el ritmo acudiendo a la musicalidad de los heptasílabos”.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de El bosque no es un árbol repetido. Sonetos y soñetos, de Félix Maraña (Huerga & Fierro).

***

GARAJE DE GUARDIA

Que la vida iba en serio se sabía
mucho antes de leer a Gil de Biedma
y recibir unos golpes de repente
de esos que te duelen o te matan.
Pero en serio, ya en serio, se comprende
cuando vas al garaje y no te arranca
el músculo central del carruaje
que bombea la vida por el árbol.

Y acudes de urgencia a los talleres,
una, dos enfermeras, tres o cuatro,
te rodean, asaltan tu esqueleto,
y toman posesión, a sangre y suero,
del trasto que presentas para el trance,
te imponen la salud como quien manda
el carburo vital intravenoso,
que te espanta la muerte de reemplazo,
y te tratan como en hotel de lujo:
No te muevas, nosotras te empujamos.

Por si acaso, tan sólo por si acaso,
no vuelvo de esta jaula de salud,
y me cubre de nieve negro alud,
y no podéis curar este fracaso,
os dejo mi mensaje más sincero:
Muchas gracias por ser mis ocho brazos
y darme algo de vida, nuevos plazos.

Bien seas enfermera o enfermero,
médico global, mundo sanitario,
arriesgando vuestra vida a diario,
que nunca os lo dije, pero os quiero.

***

PÁNICA

Ha quedado mi cuerpo repartido
entre los cuatro vértices del viento,
me he dejado llevar, no me arrepiento,
y afirmo mi existencia; interrumpido,

extiendo los fragmentos con que vivo
a través de los puntos cardinales,
si me llega la lluvia creo mares,
con retales de viento fundo ríos.

No hay misterio que explique al ser disperso
ni verbo que reviente sus canales,
es ley elemental del universo:

Dos brazos extendidos son venales
en que discurre el tiempo y nace el verso
y su luna es tu luna de cristales.

***

PATRIA

Un lugar donde el odio esté prohibido,
un espacio sin templo obligatorio,
un vivir sin mortaja o velatorio
e hincar con la rodilla, suprimido.

Un paisaje liberto, falansterio,
donde sólo dirija la cabeza,
reparta pan, justicia y no tristeza,
luzca la luz y reluzca el criterio.

Que la mente y el cuerpo y su memoria
conformen el país y sus circuitos,
sin cercas, ni collares, pena o gritos,
y liberen lo humano de la escoria.

Esa es la patria que a vivir prefiero:
Que el trato del respeto sea su gloria,
sin tanto respirar furioso y fiero.

[Para José María Unsain, historiador de mares y tierras].

***

EL ÚLTIMO ROMÁNTICO

Él la amaba en todos los lugares,
donde el aire se esconde y se recrea,
donde el mar se refugia en su marea
y el mundo se confunde en sus pilares.

Allá donde se pierden los confines
del horizonte que señala el tiempo,
donde el aire se crece y ruge el viento,
las olas se alborotan en sus crines.

Porque era amor, al menos parecía,
fiebre inocente en un cuerpo maldito,
tal vez enamorado de sí mismo.

Mas no era amor, pero él no lo sabía,
cumplía con las reglas de algún rito
romántico que le llevó al abismo.

***

GUADALUPE GRANDE AGUIRRE

En la fiesta de Azorín
(San Sebastián de los Reyes),
la amistad puso sus leyes
y se consumó el festín.
Para abrazarle vinimos
y darle, porque le dimos,
nuestro cariño a Manolo.
El poeta no está solo
y, entre recitados trinos,
palabras de autoridad,
hermanamos la hermandad
del poeta. Luego supe
que estaba allí Guadalupe,
poeta con su orfandad.
Murió Félix, murió Paca,
nos descuida la baraka,
reguero de mortandad,
que Lupe se muere ahora,
y lloramos pues la hora
nadie la sabe en verdad.
Que la memoria se ocupe
y que el cosmos nos agrupe
en su inmensa soledad.
La nuestra se llama Lupe.

—————————————

Autor: Félix Maraña. Título: El bosque no es un árbol repetido. Editorial: Huerga y Fierro. Venta: Todostuslibros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

BIO

Félix Maraña (León, 1953) se ha dedicado al periodismo cultural desde siempre. Sus ar­tículos han aparecido en los diarios del grupo Vocento, en El Periódico de Catalunya y en otras publicaciones y revistas. Ha dedicado libros y artí­culos a retratar la vida sentimental y emocional de San Sebastián —donde vive desde niño— y el País Vasco y escrito ensayos sobre Unamuno, Baroja, Oteiza, Julio Caro Baroja, entre otros. En 1987 recibió el Premio de Periodismo Miguel de Una­muno. Fue miembro de las revistas de literatura Kurpil (1972-75) y Kantil (1976-81), editadas en San Sebastián, así como uno de los fundado­res de esta última. En ambas publicó sus primeros poemas. Su primer poemario, Ataduras de noche y arena Hondar eta gauezko loturak— (1981) es un guiño surreal, del que no se ha desprendido su lírica del todo. Es autor de antologías de la poesía de Jorge Oteiza y Celaya y promotor del I Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya. Fundador y director de la Oficina de Ideas (1985), de la colección Poesía Vasca (Gaur Egungo Euskal Poesia) para la Universidad del País Vasco (1990–2000), o la editorial Bermingham (1995). En 2005 dirigió junto con Nuria Ruiz Cabestany la película Oteiza tiembla.

Félix Maraña. Fotografía de Silvia Penide.

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FÉLIX
FÉLIX
1 año hace

Gracias por difundir la poesía, gracias por difundir la poesía de todos, aunque en ese caso me toque a mí. Un cordial saludo. Félix Maraña