En el frontispicio de este poemario hay una frase de José Saramago que en buena medida coloca al lector ante lo que descubrirá con la lectura de estos versos de Enrique Serrano: “Los hombres están solo alrededor de la ciudad tan incapaces de entrar en ella como de alejarse definitivamente”. Zenda publica cinco poemas de Ático sur, que rozó el Premio Leonor de Soria, uno de los galardones más prestigiosos de nuestro panorama poético.
MADRID, ÁTICO SUR
Generosa esta plácida altura
donde apaciento tus nombres.
Mírame ya, ciudad, e iré contigo.
Si hoy, por un pequeño desliz, levantaras los ojos
con el afán de conocer la codicia del hierro,
inundaría de siglos tus calles
para engendrarme de nuevo en los vientres del agua.
Lo sabes.
Escribo desde ti todo mi tiempo.
ESCURRIDIZO VERANO
Rezuman nuestros días partículas de agua.
Parece así evidente
la presión de la luz sobre los cuerpos,
la misma luz que golpea sin luz estos lugares.
Sin demasiado éxito,
intento calcular la estructura del brillo.
¿Es el mármol lo que vive alrededor de mi cuello,
o acaso es mi cabeza
la que rodea a un mármol obstinado?
La casa no responde a esta llamada.
Un líquido vital me abrillanta la piel
como una última esencia, seca e invisible.
ESCRIBIRÉ LOS DÍAS
Escribiré los días
como a mí me apetezca.
Pequeños o silvestres
y tal vez incompletos.
Escribiré los días a mi modo
y acaso sin palabras,
para eludir el vértigo
de auditar las memorias.
Escribiré los días
redondos como lunas,
suicidas hasta el pelo,
curiosos de la luz
como cuando era niño.
Escribiré los días
aquí, entre nosotros,
y todos serán fieles
a tu cuerpo de furia.
Hoy nos dieron las tres
(lo mismo que a Sabina),
y escribiré este día
como obliga la noche.
AYER SE LO DIJE A UNA MUSA
Estimada señora:
La rutina de los ángulos muertos,
cualquier arte de amar destartalado,
las tierras de alquiler, los laberintos,
el empuje virtual de los espejos,
esta habitación vacía y libre de impurezas,
la desnudez del verbo cuando el frío,
el peatón que agoniza en un paso de cebra,
el héroe que se inventa una batalla,
esta locura infiel a pesar de los años,
nuestro amor imperfecto, señora, tan vivido,
su querido cadáver, mentir, la cirugía,
una vida encajada entre dos muertes.
Todo ello, señora, y algo más, son piedras
que el tiempo va dejando en mis bolsillos.
EL PERFIL DE LAS AVES
De los pliegues del mundo
viene un niño a pasear mi vida.
Hermoso, libre, alborozado,
amigo de entre-vuelos.
Como un ave de invierno y primavera
que va desde su nido
hasta el azul más dulce de estos versos.
(Me tomaría contigo una copa en El Patio).
Y es así, que siempre me acompaña.
Porque estas cosas pasan, y lo sabes.
De los pliegues del aire
viene un niño a proteger mi sombra.
Hermoso, libre, alborozado.
Al acercarse a mí, me grita: ¡vuela!… ¡vuela!
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Enrique Serrano Meana (Gijón, 1947), se traslada a Madrid en 1989, en donde vive. Estudió Náutica en La Coruña habiendo sido Piloto de la Marina Mercante hasta 1974 y un año después empieza su andadura por el mundo de la informática. Escribe y publica poesía desde hace veinte años (tiene tres poemarios en libros colectivos y dos individuales), y colabora en revistas literarias. Ático Sur fue publicado en Madrid por El Sastre de Apollinaire y quedó finalista del Premio Leonor de Soria en 2017 y del Premio Pastora Marcela de Campo de Criptana en 2018.
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Autor: Enrique Serrano Meana. Título: Ático Sur. Editorial: El sastre de Apollinaire. Venta: Todostuslibros y Amazon
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