Los poemas que componen Espectro son como esos rostros que uno ve en sueños: cada uno diferente, cada uno familiar. Y es que la mente del poemario, por así llamarla, también engendra criaturas, fantasmas y demonios. En estas páginas, la imaginación nos acompaña en el viaje hacia el inconsciente universal.
En Zenda reproducimos cinco poemas de Espectro (Libros del Aire), de José de María Romero Barea.
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«Piensas que todo está aquí, en este mundo sustancial transmutado en aire neolítico, escrito sin pensar, perdido en una traducción que describe con simplicidad precisa los días ordinarios, llenos de peligros y dificultades, de lo que se mantiene para siempre accesible.
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¿Se ve así? Tan azul como debería ser. Sin motivos para haber sido inventado, sin precedentes, en una geometría recortada y rectilínea, que no se parece a nada. Formas de mirar dentro o alrededor, visión de las cumbres, borrosidad anclada que raspa el extremo, que divide en dos el camino que conduce al atisbo tentador salvaje, que mordisquea el núcleo a través de un agujero desigual irregular que sostiene la luz mientras perfora o fija hendiduras del significado.
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Felicidades juntas en el inolvidable retrato registro de un nuevo tipo de zoología felizmente aislada del ruido y la irritación urbana o industrial. Como tal, precursora indispensable de la sensación de anticipación que se intensifica en cabañas de lo que parece ver, o incluso mirar, lo que no podemos ver: el más allá.
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Lluvioso estudio en innumerables matices de lo pequeño, apenas un índice de la vasta escala de lo circundante. Cerca y lejos, en secuencias, todo a la vez. Telarañas de la fiebre común conducen a los eléboros de la migración vernal. No hay explicación para lo que nos absorbe. Tenemos que volver a mirarlo de nuevo. Nunca lo hemos visto antes, aunque vive aquí. Ahora no podemos dejar de pensar en ello.
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Hay otros paisajes, pero ninguno tan radical o extraño. Extraño, porque no muestra nada más que una sección; radical diseño estricto en serie de rectángulos que se unen, parlanchina autorrevelación en figuras infinitamente más mundanas (e incluso corruptas) que conducen a un tipo de familiaridad coloquial de formas, combinaciones rectilíneas o triangulares sometidas a la intemperie. Estructuras construidas evocan puntales de puentes, álamos, góndolas.».
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Autor: José de María Romero Barea. Título: Espectro. Editorial: Libros del Aire. Venta: Todos tus libros.
Contadas veces he soñado con situaciones relacionadas con lo que he vivido despierta, creo, porque a veces me planteo lo que es o no real…
Mis pesadillas son constantes y sonantes. Mi cerebro, y lo escribo sin saber si es en ése lugar, dicho así, dónde está todo ése entramado, es capaz de crear lo que veo y siento cuando duermo, y recordarlo claramente al despertar: rostros, palabras, colores, formas, lugares que no conozco pero que ahí, en el sueño, parecieran de toda la vida…
Me parece una genialidad que, haya personas que puedan escribir sus sueños de una forma que envuelva a la persona que lo lea. GRACIAS
Exactitud del espejo de la naturaleza. Sueños que explotan el alma. Divino tesoro los sueñosbinexactos.
Así se escribe, con ideas abstractos e irreales. Pero sanscritas a una realidad