Gregorio Dávila de Tena se alzó con el XXXI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina” gracias a su poemario La limosna de los días, obra que el jurado apreció por establecer “un diálogo entre la voz poética y el mundo, haciendo trascender lo cotidiano”, además de por revelar una honda tradición lírica y por mantener “su propia sonoridad y su plasticidad estética”.
En Zenda reproducimos cinco poemas de La limosna de los días, de Gregorio Dávila de Tena (Cántico).
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Recuerdo y agradezco cada instante de vida:
la luz del sur entre los girasoles,
los espacios crepusculares
–la tarde y el otoño–
y el desierto florido de Atacama.
Recuerdo al gato entre los juncos,
el jaspear de las encinas,
una canción antigua, los dones y la dicha
de enmudecer,
la mirada es hoy el idioma.
(La gratitud le rondaba y era el motivo del poema).
***
Todo es alusión y todo es oblicuo
la luz se curva y el tiempo es una espiral
todo es aleteo
mariposas que se balancean en los espinos
los colores apagados en la umbría
horizonte lejanía figura cuerpo.
A punto de aparecer
pensamiento y sentir se unifican.
(Resonaban los ecos de Unamuno y Zambrano, claro).
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Trabajo esta mañana gris
en la que silban los vencejos
esta mañana plomiza
entre el dolor y la alegría
este tráfico intenso de luces parpadeantes
que señalan el cambio de sentido
(¿hacia dónde?)
Siempre este sol intermitente y tenue.
He vuelto a la antigua casa
y una telaraña se ha enredado en mi pelo
indago en los rizos de la memoria
—recuerdos como hiedra—
en la nervadura del cerezo.
Desayuno duraznos y ciruelas
que no saben a nada.
Oigo a los tertulianos hablar sin lucidez.
Saber y sabor comparten raíz,
la misma lengua para el gusto y la palabra.
Porque nunca aprendiste a pescar como Carver
ni a dar clases como Machado
Porque no bordeaste el Sena como Celan
ni el Perú con Vallejo
Tu infancia fue de granito y alberca
—agua y piedra, como siempre en la historia—.
Tu madre Petra (de piedra) y tu padre Manuel (dios con nosotros).
Este niño con sed de mañanas
con hambre de jilgueros y caricias
que teme el hurto de todo lo que roza.
***
Pasan los días, pasan las estaciones y llega el invierno
el verbo “pasar” es la palabra con más acepciones en el DRAE (nada menos que 64)
pienso en Heráclito y su baño en el río
recuerdo el “Todo cambia” de Mercedes Sosa
pasan los días y sólo queda la huella del tránsito
pasar, cruzar, atravesar
el camino de Machado y el regreso de Ulises
el “Todo se pasa” de Teresa de Jesús
pasan los días, “el paso del tiempo”, la eterna cantinela de los poetas.
Podría enumerar todas las acepciones poéticas de la palabra “pasar” pero sería excesivo y tú, lector, “pasarías” a otra cosa.
Así que llega el invierno, la rapsodia del blanco.
(Todo poema es un camino, un viaje por el tiempo,
es abrir un espacio para los pies del peregrino).
***
Comienza la mañana
y mis brazos dibujan el chikung
las manos con aroma a mandarinas
el sabor a menta del té
y las calles esparcen naranjos y gorriones
Un rumor de chasquidos en boca de la fuente
el café con sorbos de centella
y claridad en los versos de Andrade
Schubert vibra en el tímpano de Hierro
con un adagio en Nueva York
Toda la tarde se hace párpado
la embestida de luz en el crepúsculo
la última lectura entre las sábanas
hasta la hora bendita del sueño.
(El poeta leía a los estoicos y quería pasar un día con Epicuro,
devanaba sus versos entre el cauce y el gozo).
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Autor: Gregorio Dávila de Tena. Título: La limosna de los días. Editorial: Cántico. Venta: Todos tus libros.
BIO
Gregorio Dávila de Tena (Quintana de la Serena, Badajoz, 1959) es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, ciudad en la que reside. Es autor de los libros de poesía: Alma de renacuajo (plaquette, 2017), Cuenco de azahar, haikus (Karima editora, 2018); Hebra de luz. Ejercicios sobre el Cántico (Diputación de Jaén, 2018), Madre del agua. Por las huellas del Tao (Ed. Cuarto Centenario, 2019), Un temblor en las encinas. Biografía de una mirada (Bajamar, 2021); Un hombre que no conoce Nueva York (Ed. Renacimiento, 2022); Heredar la lluvia (Ayuntamiento de Bujalance, 2023) y Entre el diamante y la penumbra (Ed. Barcarola, 2023). Ha participado en varias antologías de haiku y de poesía. Ha recibido los Premios de poesía: García de la Huerta 2017, Pepa Cantarero 2018, Eladio Cabañero 2019, Ana de Valle 2021, Juana Castro 2021, Mario López 2022, Ciudad de Albacete Barcarola 2022 y Ricardo Molina 2023. Fue finalista del Premio Andalucía de la Crítica-Poesía 2022. Es editor del foro de haiku paseos.net y del blog grego.es.
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