La sombra del otro mar, en edición bilingüe, es una perfecta expresión de la comunión de los talentos artísticos de Joan Margarit y el escultor y pintor Josep Maria Subirachs. Primeros versos de un poema en memoria de la amistad que unió a ambos artistas hasta el final de los días del escultor.
Este volumen reúne una selección de poemas en edición bilingüe, envuelta por la fascinante obra pictórica de Subirachs.
Zenda adelanta 5 poemas de La sombra del otro mar.
***
RAQUEL
Te enseñaron a hacerlo todo bien.
Al jugar, obediente, te ibas acostumbrando
a lugares seguros que muy pronto
te fallarían, ya que el orden es
igual de peligroso que el desorden.
Son las habitaciones cerradas de una niña,
las corrientes de aire, los portazos
en una casa donde ya no hay nadie.
Vienes desde muy lejos con tu sonrisa tímida,
desde un mundo tranquilo en blanco y negro
con tu madre y la estufa de carbón
en una galería con cristales
muy finos a través de donde huía
la calidez de un tiempo, hacia el frío
del cielo azul de un patio de manzana.
Te fuiste acostumbrando
a no confiar en ti. A no saber
qué habías hecho mal para que ahora volviera
con palabrotas que no habías dicho
y gestos de desprecio que nunca fueron tuyos.
Porque has sabido amar, pero la vida
cuánta muerte ha traído hasta tus ojos.
Hoy transmiten de nuevo la tímida ternura
de aquella niña buena en blanco y negro
que aprendió a hacer tan bien todas las cosas
para salvar así,
después de muchos años, nuestro amor.
(De No estaba lejos, no era difícil, 2010)
***
HORARIOS NOCTURNOS
Acostado contigo, oigo pasar los trenes,
y por mi frente cruzan sus luces encendidas
rasgando el terciopelo de esta noche.
Cada rato en silencio me deja una luz roja,
la nota en el pentágrama de cables y de vías
oscuras y brillantes. Acostado contigo,
oigo cómo se alejan con el ruido más triste.
Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos.
Quizá el último acierto sea —abrazado a ti—
dejar pasar los trenes en la noche.
(De Aguafuertes, 1995)
***
MUSEO DEL HOLOCAUSTO, JERUSALÉN
Estaba oscuro bajo la gran cúpula
donde los niños muertos eran pequeñas luces
que temblaban igual que el firmamento.
Una voz recitaba, interminable,
la lista de sus nombres, igual que una plegaria
la más triste que nunca ningún Dios ha escuchado.
Pensé en Joana, pues los niños muertos
están siempre en la misma oscuridad.
Soy demasiado viejo: he de llorar por todos.
He construido viviendas que son como vagones,
esqueletos de hierro que un día arrastrarán
a la gente a un final que ya imaginan,
porque todos han visto la verdad
un destello en un charco de agua sucia.
Aquella sala de los niños muertos
está dentro de mí.
Soy demasiado viejo, he de llorar por todos.
(De No estaba lejos, no era difícil, 2010)
***
IDEAL
Esperé a que surgieras, sombra amable,
desde el espejo de mis ojos,
y te he sentido cerca, en el balcón,
las noches de verano.
En los largos silencios es donde tú te enciendes,
como la cal lo hace con la luz
en pobres muros.
Y en el presentimiento de otro mar
tras el mosaico azul del horizonte.
He puesto rosas rojas en la entrada
de esta casa vacía, donde estuve esperándote
sin comprender quién eres, ni si nunca vendrás.
(De Restos de aquel naufragio, 1975-1986)
***
AUTORRETRATO CON MAR
Aquel niño callado. Juega solo.
Permanece detrás de estos ojos de viejo,
resiste la embestida brutal del mediodía
oyendo los confusos versículos del mar
y el grito de los cuerpos desnudos y oxidados
al entrar en las aguas transparentes y frías
de la playa de piedras. Avergonzado, corre
de un escondite a otro de los cuentos.
Duerme dentro de mí, desvalida criatura:
duerme dentro de mí, una noche de reyes,
donde en silencio vuelan las escobas
y los lobos dejaron sus huellas en la nieve.
Afuera brilla un cielo lleno de albaricoques,
y el mar azul oscuro de ciruelas
se deshace en los negros cuchillos de las rocas.
El verano de alcohol frío en los ojos
me hace sentir mi vida como la pulpa oscura
y dorada de un fruto que se pudre
alrededor del hueso del recuerdo.
Dentro de mí ocúltate, desvalida criatura.
Dentro de mí protégete de la cruel claridad.
Recita la leyenda que habla del niño gris
y de la miserable bicicleta
montada por el triste ciclista del suburbio.
Te busca y está cerca. Pedalea hacia aquí.
(De Cálculo de estructuras, 2005)
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Autor: Joan Margarit. Ilustrador: Josep M. Subirachs. Título: La sombra del otro mar. Editorial: Nórdica Libros. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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