Pablo Quintela obtuvo el Accésit de Poesía en el Certamen Arte Joven de Castilla y León 2022 con Lejanías, un poemario que, según el jurado del premio, «parte de lo pequeño, de lo íntimo, de lo cercano, para recobrar y preservar, en la medida de lo posible, lo luminoso de la niñez, el amor de los padres, la compañía de la naturaleza y, en general, el milagro de la existencia».
En Zenda ofrecemos cinco poemas de Lejanías, de Pablo Quintela (Junta de Castilla y León).
***
Nos perdimos
La brisa del otoño se despierta.
Vuelve a caer el recuerdo
como azada sobre la gleba.
Un canto. Un suspiro.
Una lluvia que vacía los cielos.
Una infancia muerta.
Hay palabras que se dicen
con misterio
y se callan ante la niebla.
Miro aquello que se forma en la distancia.
Allí, donde nacen las nubes,
nacimos un día.
Y nos perdimos.
***
Pater familias
Siempre fuiste de brumas.
Una farola distante
en una calle lejana.
Tus juegos nulos, tus licores callados
y la luz se escapa del hogar.
Eso era un hombre.
Y yo un extraño ante tu presencia,
un vástago que crece de un tronco
talado por el tiempo
y me fui haciendo de espuma
diluida en tu roca.
Nadie sabe por qué.
En tu casa de muñecas
había discordia, orden
y miseria. Me perdía
por los laberintos de mi tedio
para hacerme fuerte como Sísifo.
Y siempre caía en el mismo lado:
desayunar en soledad y volver
a mí buscando el consuelo
en mis hermanos.
Eso era un niño.
Ayer el sol estaba roto,
las aves no volaban
y a las ruedas de mi bicicleta
siempre les faltaba el aire.
Ayer no había abrazos
ni besos de despedida
en la estación,
solo una vaga silueta
que al abrigo de la niebla
llamaba padre.
Ahora sé que eso no era un hombre.
***
Hacia campos yermos
Se abre el mundo entre la luz.
En el espejo hay un rostro ajeno,
desconocido,
que intenta descifrarse
como un enigma del pasado.
Miramos vidas en papel de celofán
que poco a poco
va arrancando el aire,
que surgen en atmósferas
pesadas de calor y estío.
Y una luz banal, inútil,
inunda algunas sombras
escapadas en los muros de la tarde.
Así nace una voz entre tantas
otras: buscando, indagando,
hollando de nuevo el camino,
para llenarse de polvo ya mojado
mientras pisa los brezos en flor.
Entre bosques y espinas
voy encontrando el consuelo
de un ave destronada
que, sin la caricia de la brisa,
solo espera el arrullo de las piedras.
Y es entonces cuando veo claridad
asida a la palabra.
La tomo y luego dejo que se marche
hacia otros campos yermos.
***
Tarde de primavera
Avanza la vida
como una nube desolada
que marcha lejos
tras derramar su esencia
entre campos floridos.
El hombre se pregunta
de dónde viene,
hacia dónde camina,
si será algún día como ella:
un vapor que asciende sobre el mundo.
Así se escapan las horas
y el enigma sigue abierto.
***
Lejanías
Yo que pensaba en otras lejanías
desde mi niebla firmeClaudio Rodríguez
En algún lugar habitan
nombres, aves, piedras, mares
y esta luz sobre la arena
guarda el silencio
de un barco lejano.
Debajo de mi sombra
el agua se evapora
en las formas de la espuma
y se disuelve
—como un sueño de niebla—
en el tapiz de lo absoluto.
Entonces pienso que soy como el rocío,
como un cristal quebrado,
como un sol caído en el crepúsculo:
algo que se fue y no retorna.
Y siento que las pequeñas cosas que me cercan
son las mismas que contemplo en el horizonte.
Estos lugares pasados.
Estas nostalgias mías.
Estas lejanías donde habito.
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Autor: Pablo Quintela. Título: Lejanías. Editorial: Junta de Castilla y León.
BIO
Pablo Quintela (León,1993) es graduado en Historia e Historia del Arte. Ha participado en varias antologías poéticas y publicado sus poemas en diversas revistas culturales. En 2022 publica su primer poemario La pluma en el aire. En 2023 su segundo libro, Rumor del agua, ve la luz. Ha sido galardonado con el Accésit de Poesía en el Certamen Arte Joven de Castilla y León por su obra Lejanías.
De primera
ME ENCANTO, ME ENCANTA Y ME ENCANTARA.
Mi capacidad no llega al fondo de la comprensión de estos poemas. Deben ser muy profundos.
Típicos poemas del Siglo XXI, nada que no haya leído ya; una lástima.