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5 poemas de Mario Maquilón

Mario Maquilón es un poeta nacido en Guayaquil, Ecuador, en 1988. Graduado de comunicación y literatura en la Universidad Católica de Guayaquil, obtuvo una mención en Literatura por la misma universidad. Trabajó en el Ministerio de Educación en actividades relacionadas a la promoción de la lectura y manejo de fondos bibliográficos. Ha colaborado con el portal periodístico GKCity y la revista literaria digital Matavilela.

***

·°·°•○•○•

En el nudo acuoso del ahogadæ
se deshacen las corrientes;
(h)ondas son las bocanadas
de la soledad.
Del agua aprendí
el ilusionismo,
el ímpetu y
la erosión.

Labrados por la mar
todos los naufragios.

***

Constelación de Andrómeda

Incluso la ternura puede
engendrar bestias crueles

¿Por qué pesa tanto una caricia?

En la vastedad del universo
todo los días explotan
soles.

***

La mar del sur

Ayer soñé con el poder, como verbo y sustantivo,

con la vastedad de mi linaje,

y la maquinaria sutil

de mis caderas.

Ayer soñé con la pendiente y el desprendimiento,

con la avalancha del sentido,

de lo sentido,

y de lo sensible.

Hoy sueño con las manos abiertas

y los pies en el techo;

a la deriva

y en los desiertos.

El fruto madura porque es su naturaleza ofrecerse.

Aún dispuesta bajo la cicatriz

está la sangre.

***

Naturalmente, la alquimia
la materia oscura
la roca fundida
el plasma.

Evidentemente, la combustión
de la sombra alcalina
la tierra digerida
la sangre.

Intempestivamente, la magia
el oscuro conjuro
el abono sagrado
el agua.

***

12/12/21 3h33

Los caminos existen una sola vez.

Entre la niebla se escuchan las fieras
y mi pasos, en código morse, contando
la historia de mi peso, mi densidad,
y mis intenciones.

[Dibujé 21 círculos en la tierra para probar mi pulso,
traté luego de esbozar mi rostro y escribí
una piedra]

El cordón umbilical se convierte en espíritu
para que que el cuerpæ se nutra
de su propia devastación.

La tierra que soy me reclama por soberanía.

[En toda su magnífica ausencia de materia y razón
todos los vacíos pesan]

Con ceniza en el ojo se me bautizó
en el lenguaje de las llamas
en la topografía feroz, y
en la cicatriz que también es escritura.

Fuera de mi alcance se germina la lluvia, y; sin embargo, cae indiscriminadamente sobre mis manos abiertas. Bebo, bebo la lluvia para condensarme.

Bebo en la palma de mis manos, ahí donde también construí un precipicio.
La arquitectura del abismo se revela solo durante la caída.

Escribo como réplica a latido de mis entrañas y
como saludo a la niebla enmascarada
por las fieras.

La bruma también es bestia.

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