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5 poemas de Martín Rodríguez-Gaona

Martín Rodríguez-Gaona es un poeta, ensayista y traductor hispanoperuano. Entre sus poemarios están Pista de baile (1997), Parque infantil (Pre-Textos, 2005), Códex de los poderes y los encantos (Olifante, 2011) o Madrid, línea circular (La Oficina, 2013, Premio Cáceres Patrimonio de la Humanidad). Sus ensayos Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes (Caballo de Troya, 2010) y La lira de las masas. Internet y la crisis de la ciudad letrada (Páginas de espuma, 2019, X Premio Málaga) son pioneros en el análisis de la poesía en su adaptación a la cultura digital, campo en el que también ha publicado la antología de poesía femenina Decir mi nombre. Muestra de poetas contemporáneas desde el entorno digital (Milenio, 2019), enmarcada en la influencia de las redes y los feminismos. Su obra como traductor incluye libros de John Ashbery, John Giorno, Jack Spicer, Brian Dedora y Alice Notley. En la Residencia de Estudiantes organizó recitales y conferencias con poetas como Seamus Heaney, José Watanabe y Gonzalo Rojas, y editó libros de Olga Orozco, Blanca Varela, José Ángel Valente y Jaime Gil de Biedma, entre otros. Presentamos una selección de poemas de su último libro publicado, Motivos fuera del tiempo: las ruinas (Pre-Textos, 2020).

***

PEQUEÑO TRATADO SOBRE EL CONOCIMIENTO Y EL SUEÑO

Tus labios para besar y el abrazo que acompaña siempre

el descanso de tu cuerpo.

El descanso tras el descenso.

Debería de haber alguna forma de atrapar los instantes,

de hacer perdurar

el aroma de tu piel en mis poros, perder al fin toda posibilidad

de dialéctica y movimiento

y que el horizonte sea de pronto algo definitivo,

un pozo plácido y oscuro

varado entre tus piernas.

 

Así casi valdría la pena no despertar jamás, pero

ambos sabemos que sería imposible

porque nuestra naturaleza es efímera

y, aún peor, indistinta, poco fiable.

 

Mentimos, pues nuestra única y auténtica pasión

es el conocimiento.

Esa curiosidad, al principio compartida y amable,

pero que también, tarde o temprano,

nos llevará a otro cuerpo.

***

MNEMOSINE

Dulce sería dormir bajo las sombras.

Friedrich Hölderlin.

El pasado regresa mejor y más ungido,

el brillo sigue siendo un desnudo

si en el calmo frescor de la noche

lentamente cierras los párpados.

 

La memoria es también movimiento,

una súbita sensación de inasibilidad

e incertidumbre,

los pasos se parecen a los cantos,

melifluos meandros, conciertos concéntricos,

voces atroces

de pronto sublimes

por una espontánea combustión.

 

Los dioses están vivos y son invisibles, renacen

en gestos imperceptibles por un instante,

sagrado es lo efímero

compartido al punto de la comunión,

los cuerpos trascienden, las palabras se elevan,

la luz inunda las olas

que revientan contra las rocas-

 

Una y otra vez estar vivos vuelve a ser

un privilegio de los cielos…

***

BROT UND WEIN

Dame la paz para perdonar
a la belleza
que nada perdona. A la inconmovible
satisfacción
de sus apetitos
ella dedica la noche: dedícale tú
el olvido
que todo nivela.

Donde sea que habite
la luz
deja que esté hoy
entre nosotros.

No
somos hermosos
y lo agradecemos
porque has hecho nuestra
la canción.

***

Y LAS MIRÍADAS QUE SU CENTRO, CUAL IMÁN, PROPICIABA: ORFEO SIN EURÍDICE

Silba la música que hace
que todo lo demás se mueva
y siempre agua tiene
para los que, de una u otra manera,
respiran.

Déjame que cante con las
Ménades,
a la izquierda, para vernos
más o menos pronto.

Los destinos son indescifrables,
sólo perceptibles
al hartazgo y la emoción.

***

PORTBOU: LA GANANCIA DE LO PERDIDO

De haber alguien llamado a su puerta, esa noche,
o haberlo abrazado…

Marshall Berman 

Si sólo pudiera asegurar
la continuidad de aquellos instantes
en los que una sonrisa
da sentido
a todo lo que existe.

Tiene que haber algo que diga
que aún es posible
la entrega
espontánea, aunque quizá ya no
inocente,
porque el tiempo
ha concluido
y en la ansiedad y en la timidez
he logrado
plasmar esperanzas,
promesas
hechas precariamente
y
a mí mismo.

El verano
está a la vuelta de la esquina,
en aquello que aún
desconocemos y que, así parece,
llega
alegremente a buscarnos.

Quiero decir tu nombre
al final del día.

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