Beatriz Pérez Sánchez ha escrito un poemario, Memoria, en el que interpreta, recrea y transmite algo tan difícil de explicar como son los lazos que crea la maternidad. Y lo hace desde la exploración poética y política de la subjetividad femenina que esta condición conlleva.
En Zenda reproducimos cinco poemas de Memoria (Averso), de Beatriz Pérez Sánchez.
***
No tengo ninguna certeza de cómo se inició.
No sé cómo el surco permitió la grieta
y la grieta la ranura
y la ranura tu origen.
¿Cómo es posible que un niño salga disparado?
No sé cómo empezó todo
pero conozco el final.
Algunos permanecieron dentro,
pero no tú.
Se generó un huracán
y sigo sin ninguna verdad
y muchas certezas.
***
Me levanto la primera
y paseo descalza.
Hay un orden establecido en la casa:
un sonido
una luz
el crepitar de las vigas al azar
y una calma.
Y ese paseo con un té en la mano
hasta llegar a tu habitación
regurgita ante lo contrapuesto:
estamos dañados y doloridos.
Respiras tranquilo.
Has dormido bien:
Ya puedo iniciar el día.
***
Has volado con Poniente,
un viento extraño y una maraña de ojos
un curso hacia esos hilos en los que percibes la vida, la equilibras y la balanza pesa –
como pesa tu sueño tras la taza de la primera dosis que acomoda al naciente.
A veces puedes apoyar el descenso con los niños revoloteando cerca.
Te has envuelto de libros
en una suerte de aventura
en un posible cruce de realidades.
No todo es invisible,
como sí lo son los cuentos nocturnos.
No sientes un ápice la cicatriz,
ni el amparo del vínculo.
No somos más que escarcha,
un milagro frágil
unos pies sin sentido.
Somos aquello que perdura
***
El aire que ahora respiras se desvanece
y desciende hacia donde cavas tu tiempo.
Desciende sin descender a la vez
y nos señala tu equilibrio.
Las raíces son la tierra que componen una existencia.
Descienden como grumos
y en el trayecto se nos clavan.
Y como un gusano hemos decidido bajar tempranamente a ese lugar donde nacimos.
Descendemos y no queremos saber.
Descendemos porque nos sostienes
Descendemos con el miedo del silbante que se sabe humano.
Descendemos y enlazamos nuestra respiración con la permutante mezcla de ceniza y miel en nuestro aliento.
Descendemos porque nos arraigas.
Descendemos hacia los días opacos.
***
Oigo tu caminar por el pasillo
y me despierta.
Te has quedado desvalida
y a ratos menos cuerda.
Permanezco mirando el techo
y no veo nada más que esa estela absurda
que deja la angustia.
Necesito que sigan tus pasos en la oscuridad,
que tu memoria persista.
Y es más grande todo, pero menos ligero,
como el peso que ya no soportas.
En eso nos transformamos:
en una necesidad de seguir esa vinculación,
en una extensa cuerda que tira
en una memoria de lo impreciso.
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Autora: Beatriz Pérez Sánchez. Título: Memoria. Editorial: Averso. Venta: Todos tus libros, Amazon y Casa del Libro.
BIO
Nacida en Barcelona en 1974, es licenciada en Pedagogía y Educación Social por la Universidad de Barcelona. En su faceta literaria, es integrante de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña) y perteneció al grupo poético Laie. Como creadora independiente, explora la relación entre la poesía, la danza y lo social.
Ha publicado los poemarios De perfiles, vértices, planetas, cuerpos, árboles y escenarios (finalista del premio Luis Cernuda, concedido por la Asociación Literaria Concursalia), Numb, la espera sostenida (2016), De violetas, mares, cielos, laberintos y cartas (2017) y la plaquette Empty, ojos cerrados (2018); así como coeditado la antología En el vaivén salvaje y aprendido: del 44 al 77, mujeres poetas en lengua castellana (2019). Además, sus poemas han aparecido en revistas nacionales e internacionales como Triadae Magazine, Estación Poesía o Groenlandia.
Pasear entre las letras saboreando y percibiendo aromas siempre nuevos que veo en mi mente. Cada letra de un color… Leer lo que yo no puedo escribir. Admiro ése poder. Genial el trabajo que hacen.