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5 poemas de Supe una lengua de fuego, de Jamila Medina Ríos

5 poemas de Supe una lengua de fuego, de Jamila Medina Ríos

La escritora cubana Jamila Medina Ríos reunió la pasada primavera, gracias a la Colección Playa Sucia del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico, algunas de las melodías con las que suele superar el mal de amores que le asalta desde su adolescencia. El resultado es un libro cuyos textos pueden ser leídos como nana, rezos y pregones.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de Supe una lengua de fuego (Playa Sucia), de Jamila Medina Ríos.

***

Aserradero para flauta y arca

Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan
piden hielo, piden sal
y una cura Calabar.

Aserrín, aserrán…
Donde ayer me eché a llorar
diez maderos de San Juan
echan flores de alquitrán.
Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan
piden bote y capitán;
tendrán velas, mar tendrán.

Aserrín, aserrán…
Hazme entrar en mocedad;
tráeme lluvias de huracán,
sueños, risas de azahar…
y a los palos de San Juan
que se defiendan de amar
guárdalos en el desván
(y amenázalos con más).

Aserrín, aserrán…
Monedero, puerta y pan:
tuyo y mío en tempestad;
cama, cuna y Navidad,
sol y luna, cielo y paz
de maderamen vendrán
para quien sepa esperar
(su ajuar).

Aserrín, aserrán…
Tenme horneado el mazapán
y el zapato de cristal
con que emprenderé a volar
como fuego de San Juan:
techos, nubes, más allá.

Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan.
Busca mi mano si hay lirios
y si cunde el azafrán.
Buenos días, carpintero.
Buenas noches, mi mitad.
Viniendo de Salsipuedes
llegaste a Nuncajamás.

***

Cantigas del cundiamor

Camino de la salina,
los brazos sobre los remos:
la quilla del bote corta
la cabellera de un velo.

Sobre la estela amarilla:
la luna del bote. Abajo
de la sayuela: la luna
como un techito de guano.

En el agua están los Juanes
y el sol, de canto, en el cielo;
sobre un madero flotando
la virgen espera un beso.

Hundidos en el azul
seis pájaros bocabajo,
y el pecho sube que sube
coleteando de milagro.

Gorjea la muchachita
cuando escalan los remeros
anclando anzuelos de luna
entre las crestas del velo.

Ladridos del dienteperro
silbando pasa el trasmallo:
la pesca del mediodía
confunde la red y el sayo.

Tanto que al caer la noche
volviendo del mar océano…
no se sabía quién era
la jaula ni el azulejo.

***

La picada

Fue un amor marinero
de esos que te despechan
plantada en la estación.
Había un remo caminero
capitaneando el abrazo
con que me izó pa bailar.
Fue lluvia y de madrugada
cuando bajé la cabeza
donde llevaba enterrada
la peineta de su voz.
Rezando cedí la pieza
y me llevó a la carrera:
de Caballito a Retiro,
de Flores hasta Barracas,
de Soldati a Mataderos,
de La Boca a Pueyrredón.

Hundiéndome en la arenita
me sentí al subir al barco.
Era curva peligrosa…,
mas no me dijo: “Quedate”
ni yo le dije: “Venite”.
Y partí en Puerto Madero
como se cae a un barranco,
como se arranca una flor.

Cuando volví de Tres Cruces,
ya era noche para el baile.
Ay, mi peineta calada.
Ay… del remo que no entra al agua.
La boca que no besa, no se sacia.
La boca que no besa, no se sacia.

Cuando volví a Buenos Aires
habían cerrado el mesón.
Ay, a boca que no bebió
¿cómo acallarla?
Ay, la boca hambrienta y abierta,
la boca toda sedienta…,
a la boca-ojos de muerto
¿cómo haces para cerrarla?

Ay, mi boca, pero qué sed tiene mi boca…
Ay, mi boca…, pero ¡qué sed!

La boca que no besa no se sacia,
no se sacia…
¡No!

*** 

De puntillas

Como en una burbuja
sin brújula
va el barco tensando cuerdas.

Viene y va.
¡Ven! (bordeando el mar).
Viene y va.
¡Ten! (mi azul).
Los ojos ebrios de luz
quieren quedárselo todo:
días de lluvia
rondas nocturnas
en la fogata del parque
a la vera de los ríos.

Vienen y van.
¡Ven! (verdeante mar).
Vienen y van.
¡Ten! (mi azul).

Noticias llegan cortadas
de faros y tierras yermas.
Si en el barco éramos todo,
¿!para qué desembarcar?!

Viene y va
(vaivén)…
Viene y va
sostén (mi azul)…

***

Supe una lengua de fuego

Era un claro, pero no era la tierra;
había cielo, pero…
Era un claro, pero no era la tierra;
había cielo, pero…/ no era el mar, no era el mar.
Vieron sombras cruzar, y palabras mudar:
chocolate, aguacate,
chocolate, aguacate,
papalote, to-ma-te.
Había un barco, pero…
no era un lar, no era un lar.
Me dije: “es fuego”, pero faltaban leguas
para que fuera señal…
de nada más, de un algo más.
Era un claro, pero…
ni un algo más, ni un nada más.
Venía sin estrella, venia sin brújula.
Venia sin sinsonte, venía sin ruiseñor.
Quería timonela, quería jícara.
Quería timonela, quería risa…
¡ja-ca-ran-do-sa!
Volaba un alcatraz. Volaban toninas.
Vi un cangrejo vivo. Vi una caguama yerta.
Mucho me fue necesario este viento contrario,
mucho me fue ne-ce-sa-rio…
Por un trozo de día no había yerba.
Después, ¡ay, después!, regresó espesa, vino muy espesa.
Parecía un monte, pero…
yo no sabía, no veía leña, no veía na…
Parecía un monte, pero…
y yo sí sabía, pero…
Toda la noche se oyeron pasar. Toda la noche se oyeron crepitar.
Volaron papagayos. Volaron peces.
Volaron bijiritas. Volaron peces.
Volaron bi-bi-jaguas.
Cuando la vide, temblé en el muelle.
Ateje, arique, zacate, capulí,
caoba, majagua, ocuje, guaguasí.
Parecían yerbas, pero…
Parecían troncos, pero…
Parecían ramas. Brotaban hilos.
Vinieron ovillos. Vinieron espejos, enjambres de algodón…
Grande aguacero caía cuando la vide.
Tocando fondo, señor.
Se allanó el mar, el mar se allanó…
Se me unió. Unióseme el cielo con la tierra.
Se me unió…
Maremoteme. Maravilleme.
Aluciné. Alunicé.
Tsunami-jamazín. Tsunami-huracán.
Era un claro, mas no la primavera.
Venía abril, venía lo fértil.
Y a las aguas volvió, astillando el viento.
Rasgando las velas.
Olía a guayabas. Olía a zapotes.
Olía a papayas. Olía a nísperos.
Y en el claro de ayer,
volaban cocuyos, zumbaban arrullos,
olía a nísperos…

—————————————

Autor: Jamila Medina Ríos. Título: Supe una lengua de fuego. Editorial: Playa Sucia.

BIO

Jamila Medina Ríos (Holguín, Cuba, 1981) aprendió a nadar en El Cairo, en ruso, y a montar bicicleta con su abuelo, en Báguanos, en una Bariay de freno de maza. Libros-transmigraciones: Huecos de araña, Primaveras cortadas, País de la siguaraya, 2 Times, Ratas en la alta noche, Escritos en servilletas de papel, Diseminaciones de Calvert Casey. En España se reeditaron Anémona (Polibea) y Del corazón de la col y otras mentiras más (Amargord). Paras su máster estudió la desautomatización de la retórica revolucionaria cubana en Nara Mansur Cao y su tesis de doctorado se centra en las reencarnaciones del corpus mambí en la Cuba de hoy. Añora volar. Duerme poco. Las aceitunas le matan. Tiene perdido el azimut.

Foto: Evelyn Sosa.

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Aguijon
Aguijon
5 ddís hace

La vida es un cigarrillo:
Humo, ceniza y candela…
Unos lo fuman deprisa,
Y algunos lo saborean.
Manuel Machado