Este poemario de Carolina Esses narra la muerte del padre, pero también las tensiones de la vida cotidiana: el cuidado de los hijos, la preocupación por la madre, la incertidumbre del matrimonio… Por suerte, hay en todo esto una certeza: la de la escritura.
En Zenda reproducimos cinco poemas de Un brote de pino (Renacimiento), de Carolina Esses.
***
Llamé a mamá
lo hacía a cada ratoahora que papá había muerto
pero también antes.
Cuando atendió dije
hola, hola
—el silencio,
un acantilado feroz
el vacío al que se abre una ventana—.
Pensé: me está diciendo algo que no llego a entender.
Pensé: sabe que soy yo, va a volver a llamar,
pero no lo hizo.
***
Como en aquel poema de Pavese
—el primo vestido de blanco, las colinas—
sentado sobre la cama
Manuel, el más chico
parece un gigante.
Lo visto, le ato los cordones
lo abrigo
da igual
el esfuerzo está ahí
se toca, se palpa: cincuenta páginas
que me falta leer, una reseña que no logro escribir
los platos, la comida de mañana, una interminable
lista de pendientes, la constante sensación
de no dar con la metáfora
de no encontrar el tono.
***
Postergaría todo
salvo estos poemas.
***
Leyó toda la historia clínica
sabe cuánta morfina le dieron
en qué momento fallaron los riñones
conoce el nombre de los medicamentos
que le inyectaron en el suero.
Atardece sobre el centro de la mesa
la luz de una lámpara
deforma nuestras sombras,
ella despliega informes, estudios
compara fechas, resultados.
Le aconsejo no hacerlo
para qué, le digo
pero después me acuerdo,
Joan Didion hacía lo mismo.
Ah, la falsa certeza de los nombres
de la letra,
escribir sabiendo que vamos a fracasar
dirá, más adelante, la poeta.
***
Papá anotaba los gastos del día
como quien escribe
pagar almacén o ir al dentista,
lo hacía en papeles sueltos,
números pequeños
delgados como arañas
que después pasaba a una agenda.
El trazo es ligero, ágil
apenas alza la lapicera de la hoja.
Toda su vida escribió este diario íntimo
compuesto por cifras innecesarias. Una vez
yo tendría quince, dieciséis
o quizás más
quizás veinte
trabajaba en una oficina
colaboraba con la economía de la casa,
entró a mi cuarto
me preguntó qué eran esos papeles
¿qué vas a hacer con esos papeles?
Parecían las plumas de un pájaro muerto
—¿había estado toda la tarde descuartizando
palomas, sacándoles la piel
desplegando
ese abanico sobre alfombra, cama, cajones?—
eran poemas, fragmentos,
como los números
que él anotó
hasta el 20 de agosto.
Creíamos en un lenguaje
cifrado, abstracto. Ahora
¿qué voy a hacer con estos papeles?
—————————————
Autora: Carolina Esses. Título: Un brote de pino. Editorial: Renacimiento. Venta: Todostuslibros.
BIO
Carolina Esses (Buenos Aires, 1974). Poeta y novelista. Ha publicado los libros de poemas Temporada de invierno (2009, finalista del Premio Olga Orozco y traducido al inglés) y Versiones del paraíso (2015). Como novelista ha publicado Un buen judío (2017) y La melancolía de los perros (2020). Colaboró durante muchos años en Ñ, la revista cultural del diario Clarín, y ahora escribe en el diario La Nación. Trabaja desde hace quince años en la Red de Bibliotecas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires, donde programa actividades y dicta talleres.
-
Linda Lovelace, musa olvidada de la revolución sexual
/febrero 23, 2025/Ahora bien, considerando que las actrices referidas anteriormente no fueron más que la inspiración del softcore —aquella pantalla erótica, sin sexo explícito, de los años 70—, imagine el lector cuál fue la condena para Linda Lovelace. Convertida en reina del hardcore —el porno duro, con planos insertos de penetraciones— tras el estreno de Garganta profunda (Gerard Damiano, 1972), obedeciendo a esa misma ley no escrita, a esa metafísica inclemente que se regodea en el castigo, la pena fue mucho mayor. Y ya que estamos en los relatos míticos, se dice que a Jezabel la defenestraron sus propios eunucos desde una…
-
Abrazos en la nieve
/febrero 23, 2025/En la primera página de El abrazo, el soldado John, herido en una pierna, enfebrecido sobre la nieve en una trinchera de la línea Maginot, solo piensa en Helena, con quien vive una apasionada historia de amor, sin desperdiciar nada. John sobrevive a la Gran Guerra con una invalidez que le causa un dolor permanente, abre una tienda de fotografías, cuando la fotografía era un arte y una técnica, el soporte una placa de cristal, el modelo se mantenía inmóvil durante varios minutos de exposición para no salir borroso, las manchas de nitrito de plata eran indelebles y, a pesar…
-
5 poemas de Eva Rodríguez Mínguez
/febrero 23, 2025/Estos cinco poemas pertenecen a dos poemarios inéditos. Los tres primeros —“Desterrados”, “La piel del bosque” y “Eres piedra”— se recogen en el poemario Trazos en el aire; los otros —“Niebla” y “¿Nos tiramos?”— en Entre la tierra y el mar. Son piezas líricas que interpelan al lector y que hablan de la identidad, la libertad, el desamor y el sentido de la vida. En Zenda reproducimos cinco poemas inéditos de Eva Rodríguez Mínguez. *** Desterrados Miro el paisaje atado a mis ojos su verdor terrible ambos desterrados grises testigos de un mundo sobreexpuesto Miro el reflejo de la rapaz…
-
La semana en Zenda, en 10 tuits
/febrero 23, 2025/El invierno encarrila su último mes y en Zenda comenzamos a quitarnos capas de abrigo: de leer a la luz de la hoguera a leer a la luz del sol. Como cada domingo, te proponemos un resumen de nuestra semana. Todo lo que dio de sí en solo 10 tuits. Una selección comprimida y que esperamos te anime a leer más artículos en nuestra web. La semana en Zenda, en 10 tuits 1 En @zendalibros me siento en casa. Hablo de Los colmillos del cielo @EditorialAriel y las utopías en la historia. Me entrevista @mjsolanofranco y retrata @JeosmPhoto https://t.co/0Rm6Z175rR —…
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: