Yolanda Castaño es una de las poetas fundamentales a la hora de comprender el panorama actual de la poesía gallega. Hoy, en Zenda, publicamos cinco de sus poemas, traducidos al castellano —el grueso de la obra de Yolanda Castaño se ha publicado originalmente en gallego—.
Esta consciencia de ausencia y no hay regreso…
Esta consciencia de ausencia y no hay regreso. No hay regreso. Pero resisto
al llamamiento de las tragedias. Desacredito de esa desfundación.
Para cuando el pálido manto de mi memoria se va cubriendo de esta piel que yo seré.
Si hablase de ti no pronunciaría…
Si hablase de ti no pronunciaría
las sílabas supremas
pero besas bien y me gusta estar contigo.
Mi verde con tu azul.
Delirio de ramas.
Mi verde con tu azul.
Me abstengo de pronunciar esas sílabas sublimes
pero me gusta cómo abrazas y tu pelo hace juego con mi vestido.
Tus dedos patinan en mis medias.
Mi verde con tu azul.
Para que venga una lluvia pura…
Para que venga una lluvia pura sobre la miseria de no saberse nada,
pulsaremos los silencios hasta arrancar una uva demasiado violenta.
Estoy resbalando por una flor caliente…
Estoy resbalando por una flor caliente. He estado siempre cansada. Este egoísmo voraz
que insiste en la miseria. Pulsa mi vigilia la única fortuna de los locos. La que no comprendió
nada pero lo sintió todo.
Y en las madrugadas hago panegíricos a esta yolanda mezquina, que sabe venderse
y conoce el final.
Deja que se alargue esta inquietud del ahora…
Deja que se alargue esta inquietud del ahora.
Que tarde, que tarde tanto
la patria de este
movimiento de la servidumbre del pan.
Yo me acaramelaba encerrada en una urna
pero no enlazaba nunca la miseria de una carencia.
Deja que mane
una prisa lentísima
y que el deseo sea
inmovilización de la urgencia.
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