[Foto: @icabrer1]
Tuiteos de @perezreverte sobre libros y autores:
—Microrrelato: Cuando desembarcó, Zapatero y Rajoy todavía estaban allí. “Bajé a tierra y no pasé del primer bar”, dijo el marinero volviendo a bordo.
—escutumbulilla: ¿Pepe Lobo?
—No. Pérez-Reverte. Es la última frase de un relato corto titulado ‘Los barcos se pudren en tierra’. Y es verdad que se pudren.
—jcglozano: Creo que esta pregunta es recurrente, pero ¿por qué no entra usted en política? España necesita tipos con sentido común.
—Querido amigo, si me hace esa pregunta es que no me ha leído lo suficiente. Pero le agradezco la intención. Un abrazo.
—CecilioMG: Desde la duda que me causa el desconocimiento, ¿cuándo se animará a escribir un nuevo libro?
—Ya estoy en ello. Voy por el capítulo 2. Empecé al día siguiente de terminar la anterior. Esto es un trabajo como otro cualquiera.
—fjcaton: Buenísima la última ‘Patente de corso’. Sin ánimo de chuparle la polla. Saludos caballero. Twitter OFF.
—Le agradezco la ausencia de ánimo. Un abrazo, amigo.
—AstridPerez87: ‘La tarde en la que acabó el mundo’ se convirtió en uno de mis preferidos del 2011. Gracias por esas bellas letras.
—Gracias por decírmelo, querida amiga. Un saludo, y que tarde en vivirla.
—vegamagda: Te amo, me enseñas a leer un poco cada día.
—Mensajes excesivos como el suyo me enseñan a mí a escribir, también, un poco mejor cada día. Gracias.
—nachovaca: En mi empresa está prohibido tu blog.
—Me encanta ser clandestino en las empresas. Ya me contará cómo se llama la suya, amigo mío, para tenerla presente en mis oraciones.
—Eduapi: No hay clase en la que no le pongamos a caldo. Nuestro profesor dice que no es usted más que un polemista.
—Dele usted la razón en todo a su profesor. Por lo menos hasta que apruebe el curso. Hay que sobrevivir, amigo mío.
—Urgel09f7: Grande Arturo. En mi cuartel te seguimos y admiramos las clases «medias» y «bajas» y te defenestran las «altas». ¿Razón?
—Pues no sé. Supongo que porque siempre se me notó mucho que prefiero los sargentos a los generales. Son más amenos. Recuerdo una vez que un ministro me propuso una medalla de algo a bordo de un portaaviones, cuando Trafalgar. El mejor rato fue cuando me secuestraron los suboficiales y me llevaron a su camareta, a beber cerveza. «¿Sabes por qué perdimos en Trafalgar? —me dijo un contramaestre gallego—. Porque mandaban los mismos». Y es endiabladamente cierto. En realidad, si uno se fija, siempre mandan los mismos. Recuerdo que Juan Marsé me dijo: «Siempre me putearon los mismos. Con el franquismo los padres y con la democracia los hijos».
—algarra13: Arturo, no termino de pillarte, en tus colaboraciones no acabo de entender de qué pie cojeas.
—Cojeo de los dos pies, amigo mío. Según el hijo de puta que me los pisa.
—jminuscula: ¿No ha escrito usted este artículo, verdad? Está volando por la red, con su nombre siempre ligado.
—No. Ese artículo no lo escribí yo. A estas alturas lo sabe hasta mi perro. Nunca habría dicho «Sois idiotas», sino «Somos idiotas».
—rafaeraso: El otro día, releyendo tu artículo ‘No me cogeréis vivo’ me di cuenta de que cambias PP por PSOE, Irak por Libia, y no cambia nada.
—Es que ésa es la cuestión, amigo mío. No cambia nada. Todo es el mismo infame pastel.
—BraParker: Cada vez que sale un libro suyo mi padre se olvida de dormir. En casa tememos que dentro de poco se olvide hasta de comer.
—Pues dele un abrazo de parte de un amigo. Un abrazo mío.
—VIEJOCAPITAN: Una curiosidad. ¿Qué nombre le has puesto al teckel?
—Sherlock. Por ‘El mercader de Venecia’, como me dijo el otro día un pedante idiota.
—Dongominolo: Otra pregunta. ¿Había segundas lecturas en ‘La tarde en que se acabó el mundo’? Soy un simple y fui incapaz de encontrarlas.
—Había docenas de lecturas, lo siento. Algunas sólo para mí. No se pueden tocar todas las teclas. Un abrazo.
—jd_cabrera: Hola, señor Arturo, tuits escribe muchos. ¿Tiene tiempo para escribir novela?
—Pregunta ociosa. Hágame otra menos obvia o calle para siempre. Un saludo.
—jd_cabrera: Disculpe, no me ha entendido, quería preguntar si estando tan ocupado tiene tiempo para la novela, nada más.
—Bromeaba. Digamos que la novela es lo principal, y el tiempo libre es lo que la novela me deja. Cuando me lo deja. Un saludo.
—Celestialflyer: Imposible poner en palabras lo que siento cada vez que te leo. Resumo, en tal vez burdo término, que es electrizante. Gracias.
—Gracias por dorarme el ego escritor de esa manera. En una tarde lluviosa como hoy, eso anima mucho. Un saludo.
—iiphoneworld: Señor Reverte, una pregunta: ¿el relato de ‘La tarde en que se acabó el mundo’ continúa o realmente termina todo ahí?
—Cada cual lo continúa a su manera, supongo. Cuando se apaga su luz.
—Bucintauro: Eres un escritor maravilloso. Si hubieras nacido inglés ya serías la monda; aquí no perdonamos el éxito de nuestros hijos.
—Tampoco hay que exagerar. Aquí no me va mal. Hace veintiún años que mis libros se leen. No me quejo. Tampoco es posible caerle bien a todo el mundo. Son las reglas. Pero yo tengo mucha suerte. Soy un privilegiado, en eso.
—sharinzakiu: Hace poco leí ‘La mochila y el currículum’. Una pena que todavía sea tan actual.
—Es uno de mis artículos más tristes. Todavía me ensombrezco al recordar a aquel chico y su pobre mochila.
—jescuderoma: Si tuviera la misma facilidad y tiempo para leer como la tengo para comprar libros… ¿No ha tenido alguna vez esa sensación?
—Los libros no hay por qué leerlos todos. Amueblan tu mundo. Están ahí, acompañándote, como proyecto de lectura y de vida.
—ROBautista777: Vivo en EEUU y quiero comprar un libro electrónico, pero ninguno tiene sus títulos en español. ¿Qué hacer en estos casos?
—Comprarlo en papel. De momento.
—burringo: «Las tres provincias pasarán a llamarse Araba/Álava, Gipuzkoa y Bizkaia». Pues nada, que los académicos se pongan a dictar leyes.
—Los académicos no dictan nada. Sólo miran, toman nota, hacen diccionarios y de vez en cuando denuncian alguna estupidez.
—burringo: Noticia calentita. El Congreso aprueba cambiar al euskera el nombre de las tres provincias vascas.
—No sé de dónde carajo saca el Congreso esa presunta autoridad para legislar sobre la lengua que hablan 450 millones de personas. En lengua castellana (española en América) «Gipúzcoa» se leería «Jipuzcoa». Con pé de políticos y jota de jilipollas-gilipollas.
—faemino25: ¡Siempre le echaré en cara que no sea capaz de escribir libros tan rápido como yo en leerlos!
—Consuélese con Tuiter, que va a toda mecha. Un abrazo y gracias.
—javierchipi: Vi su nombre en una calle de urbanización donde antes había un pinar al lado de la playa. ¿Le hielo la sangre diciéndoselo?
—Me la hiela. Nadie me preguntó. Qué vergüenza. Cuando pueda, iré a hacer pis bajo el rótulo.
—Meung1625: ¡Ay, mi niño, no sabe cuánto le debo! Me encantan sus libros, artículos y leo también sus recomendaciones. Gracias. Un abrazo.
—Otro abrazo. Y gracias por decir eso. Mis 59 tacos, sobre todo, le agradecen lo de niño.
—belecat: ‘Los barcos se pierden en tierra’ a punto de salir a la venta: dígame qué hay en él.
—Artículos y textos sobre mar, mares, barcos y marinos. Muy pocos inéditos, pero aquí van todos juntos. Quizá merezca la pena.
—belecat: Don Arturo, ¿acepta un saludo respetuoso si me lo encuentro por la calle y mi timidez me lo permite? ¿O le molestaría? Un saludo.
—Jamás he tratado mal ni descortésmente a nadie que me saludara por la calle, o donde sea. Hágalo con toda confianza.
—ChescoRC: Precioso Lisboa. A tiro de piedra de mi ciudad. ¿Alguna recomendación artística, culinaria, etc, oculta y desconocida?
—El restaurante Martinho de Arcada. Iban Pessoa, Saramago, Manoel de Oliveira… Modestamente, en un rinconcito, también yo.
—GarciaOtero: ¿Prefiere dibujar un personaje místico o un canalla?
—Los canallas dan más juego. Precisamente en mi nueva novela, la de la página 13 del tercer capítulo, el protagonista es uno.
—alexbluses: Arturo, ¿son necesarios los momentos de soledad para poder escribir?
—Claro. Y si uno no tiene la soledad necesaria, se la busca. Es mi caso. Otros pueden escribir novelas en los cafés. Yo no.
—JoseMNebreda: Leyendo las últimas patentes me da la sensación de que usted anda de despedidas, que nos deja. Dígame que me equivoco, por favor.
—Se equivoca. Esas patentes no son despedidas. No se van a librar de mí con tanta facilidad. Me queda mucha posta en la canana.
—mrtroubadour: Hace dos años que estoy escribiendo un novelón. Seguro que con tu nombre sería un best seller. Un saludo.
—Espero que también lo sea con el suyo. Suerte y un abrazo.
—ideasdeayer: La de veces que se pierde, y la de vista que pierde. ¡Proteja usted sus ojos con unos buenos cristales, señor Reverte!
—Le asombraría saber la de veces que se pierde uno cuando pasa ocho horas diarias dándole a la tecla.
—ea1aha: Ánimo, Arturo, sigue escribiendo, que gracias a ello me arreglas los regalos de Reyes y cumple de mi mujer. Saludos.
—Este año le resuelvo los dos. Libro de artículos sobre el mar dentro de una semana (ojo: recopilación) y Alatriste en otoño.
—montede: Las palabras bien hiladas de autores con un talento superior como el suyo se viven aún más cercanas cuando se les pone cara.
—También las palabras de lectores y amigos como usted la tienen, como ahora mismo. Gracias.
—thamuza: Da la sensación de que se va, que finaliza algo, que algo ha concluido y sólo quedan los recuerdos. ¿Ha hecho las paces consigo?
—Para eso escribo, para hacerlas. Pero todavía me quedan paces por hacer y serenidades por alcanzar. Después, que me lleve el diablo.
—MayteSanchez71: Me resulta sorprendente su actividad en este medio. ¿Qué le proporciona? ¿Qué es lo que más valora de estas mini charlas?
—Se llama, en términos militares, reglas de compromiso. Es lo menos que puedo hacer con quienes leen mis libros o artículos.
—guillermogg1: Debo decirle que en Tuiter hay un silencio especial cuando escribe. Admiración nacional.
—No exagere, amigo. Más bien curiosidad a ver qué piel de plátano piso. Soy lobo viejo.
—elpady: ¿Cómo se alcanza la independencia que tú gozas y nosotros disfrutamos? No se te lee por afinidad sino por cojones (los tuyos).
—La independencia me la dan ustedes, leyéndome. En realidad la costean entre todos los que compran mis libros y leen mis artículos.
—Anto_JMS: Solo por leer a @perezreverte merece la pena tener Twitter. Qué pena que escriba tan de vez en cuando.
—Una cita semanal es cuanto puedo. Uno tiene su vida: novelas que escribir, libros que leer. Un saludo.
—Eraser_Esp: ¿No tienes Twitter en el móvil?
—Sólo tengo Tuiter en el ordenata; y éste, fijo en casa. Soy asquerosamente antiguo para esa clase de cosas. Viajo con libros.
—Rodja_altar: ¿Con qué se queda: legionario romano en las Galias, cruzado en Tierra Santa, infante inglés en Sudán? ¡No vale tercio en Rocroi!
—Me quedo en mi casa, leyendo. Te matan menos. Aunque perro inglés, nunca.
—auelilla: El artículo ‘Indecente’ que circula por la red en su nombre, ¿es realmente suyo?
—No es mío. En absoluto.
—Foonau: Veo raro, tras leer tu artículo, que seas uno de los más seguidos en Twitter. ¿Tuitear no es como aceptar chocar contra el iceberg?
—Al contrario, amigo mío. Tuitear es una buena forma de estar atento a los icebergs. La interacción te mantiene despierto. Detectas.
—thamuza: Un abrazo. Le admiro desde que me lee el pensamiento. Un privilegio que sea de este país. Leerle me dice que no todo está perdido.
—Otro abrazo, querido amigo.
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