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60 años de anime en España: Piratas, artes marciales, futbolistas y… dramas adolescentes

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60 años de anime en España: Piratas, artes marciales, futbolistas y… dramas adolescentes

En 1964 llegaba a las salas de cine de España Simbad el Marino, una película que marcó el hito de ser la primera producción de anime en llegar a nuestro país. 60 años después, varias generaciones han disfrutado de dragones, robots gigantes, fútbol, artes marciales y profundos dramas adolescentes.

La historia de Simbad el Marino, una adaptación del cuento clásico incluido en Las mil y una noches, consiguió congregar a más de 315.000 personas en los cines españoles en 1964, unas cifras considerables, según explica a EFE uno de los responsables de Selecta Visión, la distribuidora más importante de manga y anime en España.

«Fue un éxito absoluto» reconocen desde la distribuidora, aunque careciera de importancia la procedencia de la película. «En aquella época no se tenía conciencia de lo que era el anime. Simplemente se percibían como películas de dibujos para niños».

Sin embargo no fue el primer largometraje de animación japonesa en llegar a España. En el festival de San Sebastián de 1961 se proyectó Panda y la serpiente mágica, aunque no llegó a las salas comerciales.

Pocos años después, aparecieron las primeras series de televisión. En 1969 se emitió en TVE, Kimba, el emperador de la selva (Kimba, el león blanco en latinoamérica), que en los años 90 volvió a la actualidad al tratarse de una historia con bastantes paralelismos, incluido el nombre del protagonista, con el éxito de Disney de 1994, El rey león.

A las aventuras del pequeño león Kimba, le sucedió la acción de Meteoro, que llegó a la televisión española en 1971. Titulada originalmente como Mach Go Go Go en Japón, contaba las historias de una familia de mecánicos y pilotos de carreras de coches futuristas. El peso de este título es tan importante que en 2008 tuvo una versión de Hollywood en acción real titulada Speed Racer.

Los 70 verían la llegada de dos adaptaciones que supusieron un fenómeno cultural en España: Heidi llegó en 1974, hace 50 años, y contaba la historia de una niña huérfana que va a vivir a las montañas con su enigmático abuelo. Marco, de los Apeninos a los Andes apareció en 1977, un drama épico en el que un niño abandona su rutina para embarcarse en un viaje en busca de su madre enferma.

En 1978 llegaría Mazinger Z, un título que para el portavoz de SelectaVisión «fue un auténtico fenómeno de masas que dura hasta la actualidad». El reciente fallecimiento del cantante de la versión española de la canción de la serie, Alfredo Garrido, ha vuelto a revivir la historia de este robot gigante. Una serie cuyo éxito europeo sorprendió en Japón, donde el género «mecha» (robots gigantes) causaba furor, y que se convirtió en la primera gran serie de ese estilo con fuerte presencia en occidente.

Los 80 vieron un alto grado de especialización en el anime. En 1984 llegaba a TVE Candy Candy, un drama adolescente orientado a chicas. El anime poco a poco dejaba de ser visto como un producto infantil y aparecían producciones dirigidas a un público adulto. El título que terminó por destruir esa barrera fue la película Akira, de 1988.

Desde SelectaVisión explican que Akira fue «una obra maestra del cine de animación que demostró que el anime no era solo cosa de niños y que existían producciones animadas orientadas al público adulto y de calidad». En occidente causó un gran revuelo por las escenas de violencia y, según el responsable de la distribuidora, «sirvió para abrir los ojos a los occidentales, que en aquella fecha todavía relacionaban animación como dibujos animados para niños».

Los 90 vieron la explosión definitiva del anime en España con tres títulos fundamentales: Campeones: Oliver y Benji (Captain Tsubasa en Japón) apareció en la parrilla de Tele5 en horario de máxima audiencia, el de los informativos nocturnos, cuando en la cadena aún no prestaban este servicio. Una serie que aficionó al fútbol a toda la generación millenial.

Los Caballeros del Zodiaco también apareció en Tele5, con un estilo marcadamente violento, en la línea de Akira, se aprovechó de la no emisión en Madrid del otro gran éxito de los 90, Dragon Ball, que se emitía en las autonómicas, y supuso la explosión definitiva del anime y el manga en España.

Para el portavoz de SelectaVisión, «el éxito de Dragon Ball hizo que las editoriales empezasen a apostar decididamente por el cómic procedente de Japón y supuso el nacimiento de la industria del manga en España», y además favoreció la aparición de los primeros otakus, aficionados a la cultura japonesa.

Títulos como Sailor Moon orientado a un público más femenino, continuaron con la senda abierta en España por esos tres éxitos y terminó por derribar estereotipos de género, tras conseguir atraer todo tipo de público frente al televisor, y que aún hoy día cuenta con mucho tirón, según explican desde SelectaVisión.

Actualmente, la diversificación ha traído títulos de una gran calidad y series que han marcado a las generaciones posteriores, como pueden ser Naruto, One Piece o Death Note, o la más actual Ataque a los titanes, uno de los últimos grandes éxitos de la industria del anime.

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Un artículo de Guillermo Vázquez

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