Inge Ursula Elsa Meyer fue una poeta nacida en Berlín en 1925. Autora de libros infantiles, obras radiofónicas y piezas de teatro, también dejó una novela incompleta: Yo, Jonás. En 1945 fue juramentada como soldado de las Fuerzas Armadas Alemanas, recibe el uniforme color gris campaña (feldgrau) con la insignia de la esvástica. Es instruida para conducir los camiones de la Fuerza Aérea. En el frente, tan agresivo como indignante, toca a ratos el acordeón. Intenta escapar en repetidas oportunidades, pero es detenida. Un fragmento de Inge escrito a máquina reza: «Las excepciones y la regla. Las asistentes de las Fuerzas Armadas obligadas a dormir con los oficiales fingíamos un sangrado dos veces al mes». El 29 o 30 de abril de 1945, cerca de las 4 am, hora en que se solían suspender los bombardeos y las ayudantes eran enviadas a por agua, Inge quedó enterrada viva, junto a un perro, bajo los escombros de un edificio que se derrumbó. A los tres días es rescatada. Camino a casa en medio de las ruinas halla el edificio de sus padres destruido. En el sótano yacen los cadáveres de sus progenitores y de algunos vecinos. Ella misma los levanta y los lleva al cementerio en una carretilla. Se suicidó el 1 de junio de 1966 en su ciudad natal. Presentamos una selección de poemas de ¡Qué no me asfixie de hacer tanto silencio!, antología poética de su obra publicada por la editorial Llantén.
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Mi madre no me quería tener
Prefería un hijo
Pero llegué yo
Y a mi hermano aún no lo habían enterrado.
Alemania, madre vieja
Quería un hijo
Pero llegaron uno y –
Mil cañones en lugar de manteca.
Fritz y Krupp y Karl, el fuerte
Sagrada nación
Sí, ya lo sabemos
Es nuestra tierra y nuestra marca distintiva.
Y el mundo se rompió en pedazos
Alemania, un pedazo de él
Pedazo de nación
Favorita cuando se habla de mortandad.
Nuestros pensadores y poetas
Tuvieron que irse
La madre permaneció de pie frente a la lápida
En el embudo de Nuremberg.
Mi madre no me quería tener
Yo tampoco la quise
Por eso no tuve rostro
Hasta que me enterraron.
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A los 33 yo era una niña creyente
Mis padres eran buenos y trabajadores
Me hice adulta a los 39
Cuando estalló la guerra.
Oí esto y aquello
Contra Hitler y después a favor de Stalin
Vi: que este hizo eso y este lo dejó
Cuando eso se hizo cargo de él.
Tuve mi primer amor cuando estalló la guerra
Y cuando se marchó al frente
Lloré. Yo era una cosa tonta
Un ser inferior en relación a la nación.
Antes de caer regresó a mí
Totalmente destrozado por el crimen
No supe nada mejor que decirle: ven quédate aquí
Felices nunca hemos sido.
En el 45 todo el mundo era anciano
Yo no quería vivir y tampoco morir
Vi la herencia sin herencias
Y la movilización fue el precio.
Porque tuve que marcharme me fui
Busqué una razón
Y pensé en los árboles del parque
Y en sus labios suaves.
Bombas y cañones
Me enseñaron a tener paciencia
A considerar a los que sangran
A pensar: qué significa la culpa.
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Mamá conocía a mi padre apenas hace un año
Cuando era camarero en el Jardín del Edén
Donde ella servía por las noches en el buffet de champán
Con violetas de Parma. Yo no conocí a mi padre.
Él no tenía nada y ella muy poco
Para ella fue una suerte, para él sólo un juego
Así llegué al mundo
Y él desapareció
Eso fue cuando mamá trabajaba en el Jardín del Edén
Con violetas de Parma.
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Fui criada en el seno de Abraham
Mis padres y parientes eran gordos
La vida me quedaba demasiado grande
No la quería y me eché a correr
Hacia lo desconocido a los cuatro años
Corría y corría y
Fui capturada por un guardia municipal
Mi vestido dominguero me había delatado
Mordí al guardia, me agarró del brazo
Y algo raro sucedió.
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Bajo los escombros III
Cuando iba a buscar agua un edificio se derrumbó
Sobre mí
El perro abandonado y yo
Cargamos la casa.
No me pregunten cómo
No recuerdo
Pregúntenle al perro.
***
Pregunta
Yo también estuve en prisión
Tres días en el sótano
Por desmoralizar a las tropas
No quise aceptar la Cruz de Hierro
(Otorgada por la suprema solapa)
Por algo sobrentendido
No quise
Dejar agonizar heridos y moribundos
No quise la cruz
Y todavía cargo el peso
En el sótano.
Quise escribir
Encontrar colores
Entender palabras
Amar
Ver
Seguir andando.
¿Pero quién
Está detrás de mí?
***
Máscaras
Me resisto a llevar máscaras
Me busco a mí misma
No quiero que ustedes me imiten
Busco nuestro rostro
Desnudo y cambiante.
Ni las lágrimas ni el tiempo
Nos quitan las larvas
Ningún fuego ningún Dios
Nosotros mismos
Nos llevamos a la tumba
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Versiones de Geraldine Gutiérrez-Wienken
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