Los que tengan esa irremediable manía de ojear las últimas frases de un libro antes de empezarlo, se llevarán la grata sorpresa de que en Cuentos de negros: Senegal y Mali el final viene seguido de la biografía de su autor, Ricardo Añino. Podría ser el último o el primero de los guiños que este diplomático coruñés —antes obrero, jardinero y ayudante de profesor— hace en esta obra a todos aquellos que escriben detrás del escenario, aparecen en la última línea o deciden figurar en la última página. Porque la historia que nos presenta Añino puede interpretarse como un tributo a los comúnmente llamados “negros” literarios, una suerte de viaje a lo que hay detrás del telón de la actualidad que, por puro desconocimiento, hace dudar al lector —o al menos a este lector— de cuánto está basado en la realidad y cuánto es fruto de la imaginación.
Al adentrarnos en este libro —comenzando por la primera página— conocemos a una asamblea de “negros” literarios, que adoptan nombres de países africanos, por aquello de continuar aún más con la despersonalización del escritor fantasma, y que escriben los discursos a “amos” tan variopintos como ministros, secretarios de estado o políticos en campaña electoral. Este grupo de intelectuales se congrega en reuniones secretas, que por momentos recuerdan a las de El hombre que fue jueves, de G. K. Chesterton, en las que debaten sobre los argumentos más apropiados para uno u otro discurso y reciben diferentes encargos. Es en una de estas citas cuando a nuestro protagonista, Senegal, se le encomienda la tarea de escribir, nada más y nada menos, que el final de ETA.
De esta manera, dentro del libro, se va escribiendo una segunda novela que narra un fin de ETA fácil de imaginar pero difícil de haber imaginado, basado por estos “negros” en la historia de Gilgamesh y en la Odisea de Homero. Y a esta trama se suma la de la propia vida de Senegal, Mali, Kenia o Guinea, cuyo pasado nos viene a recordar que detrás de los discursos e ideas que escuchamos en los medios, siempre hay una persona que los ha pensado y que, muy comúnmente, es distinta a la que los pronuncia.
De esta manera, vamos viendo que la relación entre las vidas personales de los que escriben y las historias escritas tienen más elementos en común de lo que parece, y que por tanto estos escritores dejan una suerte de firma invisible en sus argumentarios. Una impronta que no es más que el fruto de lo vivido.
Los “negros” de Ricardo Añino, como buenos intelectuales, están cargados de excentricidades. Una de las de Senegal es no leer a autores vivos. La biografía de la última página nos indica que, si siguen esa norma, tendrán que esperar demasiado para leer este libro. No lo hagan.
——————————
Autor: Ricardo Añino. Título: Cuentos de negro: Senegal y Mali. Editorial: Amazon Publishing. Venta: Amazon
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: