El escritor Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha asegurado en Segovia que los novelistas «vivimos de la discordia, del conflicto. En un mundo feliz no habría literatura, tampoco periódicos, poesía tal vez, pero poca y malísima». Antes de participar en el Hay Festival de Segovia, ha añadido en una entrevista con Efe que «lo que es bueno para la literatura a menudo es malo para la vida: los escritores no vivimos de lo bueno, de la bondad o de la felicidad».
El ganador del Planeta 2019, con la obra Terra Alta, ha considerado también que «si no hay placer no hay literatura, pero también es una forma de conocimiento, es como el sexo. Ojalá que mis novelas sean entretenidas. Kafka es entretenidísimo, como Cervantes o Shakespeare, pero además son capaces de plantear los problemas más serios, son complementarios, como el placer y el conocimiento».
El autor de Soldados de Salamina ha explicado que la segunda parte de Terra Alta es una novela escrita en cuatro partes. «La segunda ya está muy avanzada, las otras dos en la cabeza, y veremos a ver qué sale». Basada en una investigación de un asesinato, en lo que el autor ha considerado entre el western y el thriller, entre un territorio apartado y relegado y una Barcelona dura, violenta, nocturna y prostibularia, el carburante de Terra Alta es lo que ocurrió en Cataluña en el otoño de 2017 con el procés. Recordando aquello, Cercas lo ha definido como «una situación que no había vivido nunca: la ruptura real de una sociedad y la ebullición en las calles de cosas que prefiero no mencionar…».
La continuidad de este libro le lleva a decir a Javier Cercas que está «escribiendo con una alegría y energía que hacía siglos que no sentía. Tengo la sensación maravillosa de haber entrado en un territorio nuevo, en una selva desconocida, soy un escritor nuevo».
En cuanto a la posibilidad de llevar al cine o a las series su obra, Cercas ha anunciado que ahora se rueda Las leyes de la frontera, dirigida por Daniel Monzón (El niño o Celda 211), pero ha matizado que cuando escribe no piensa en eso. Ha afirmado que le han ofrecido meterse en los guiones, y algunas veces a lo mejor cede, por curiosidad, «pero para mí lo máximo es la literatura. No hay nada superior. Puedo desembarcar en Normandía sin ser Spielberg«, sentencia Cercas.
Reconoce haber vivido malos momentos en España, como el otoño de 2017, que «fue muy mal momento en Cataluña, el peor que he vivido de la democracia, junto al 23 de febrero de 1981, pero lo de ahora no se parece en nada». De lo que Cercas se ha mostrado convencido es de que «las redes sociales están contribuyendo a la difusión de las mentiras, a un envenenamiento, muchas veces artificioso. Son un vertedero de odios y rencores, lo que se decía en los bares con cuatro whiskies. No hay que hacerles mucho caso».
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Fotografía de Javier Cercas: © Arduino Vannucchi, Grupo Planeta.
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