Siempre que me preguntan cómo surgió la historia de La música de los huesos tengo dudas. No consigo ubicar el punto exacto donde empezó todo, hará unos cinco o seis años. Probablemente era una noche de verano en Navarra y yo estaba tirada en mi cama sin poder dormir. Probablemente estaba soñando despierta, como he hecho desde que tengo uso de razón.
Es posible que ese fuera el origen. Navarra. Dicen que los veranos de la infancia son especiales, únicos, que se quedan grabados. Y cada vez que estaba en el pueblo los rememoraba. Mientras paseaba frente a las muchas casas vacías iba inventando historias para cada una, pensaba en quién viviría allí antes, en las historias que habría atrapadas entre las paredes. Si alguna vez escribía un libro, aquel era el lugar donde tenía que suceder.
Llené muchas libretas de ideas inconclusas, y poco a poco, frente a un word vacío, la historia fue tomando forma. Tenía claros los nombres y la personalidad de los personajes principales, sabía lo que quería contar. Pero después, por falta de tiempo —o de voluntad— la historia se quedó en un cajón hasta que llegó su momento.
Y su momento llegó gracias a una red social, gracias a Twitter. En 2018 conocí la existencia de la Feria del Hilo y quise participar. Pero me enteré demasiado tarde y sólo tuve un día para crear una historia pequeñita. La cosa no fue mal, pero no tuve gran visibilidad ni recibí ningún premio. Me quedé con la espinita clavada y en 2019 decidí participar con una historia titulada El ángel de la guarda, con la que conseguí el premio del público, el premio a mejor hilo de misterio y… un contrato editorial con Penguin Random House.
El primer día que —una vez firmado el contrato y con la fecha de entrega marcada en rojo en el calendario— me senté a escribir me pareció que aquello era una tarea inabarcable. No se parecía a escribir hilos de Twitter más allá de que todo estaba estructurado previamente. Era una tarea mucho más amplia, pero también me permitía trabajar sola, tranquila, sin sufrir el agobio del directo de Twitter.
No me resultó difícil hacer la transición de escribir hilos a escribir una novela. Quizá porque tenía muy claro que eran formatos completamente diferentes: lo que funcionaba en un sitio no funcionaba en el otro, y viceversa.
Llegó un momento, que supongo que atraviesan muchos autores, en el que vivía y soñaba con la novela. Los personajes se movían en mi cabeza, me obsesionaba con los detalles y me pasaba el día escribiendo en la pizarra que había colgado en mi habitación. Cada canción que escuchaba, cada sitio por el que paseaba, me hacían pensar en el libro, me sugerían ideas, cosas que podía añadir o mejorar.
A veces encendía la luz en la cama de madrugada y apuntaba algo que se me ocurría en el móvil.
Al final el proceso fue mucho más fluido de lo que me esperaba, y mucho más divertido. Lo disfruté bastante, con sus días malos y sus días mejores, lógicamente. Tuve pequeñas crisis, como la de escribir los capítulos finales durante los primeros días del confinamiento. Me costaba concentrarme, estábamos en un momento que parecía irreal, no sabíamos qué estaba pasando ni lo que iba a significar y en medio de todo eso yo tenía que entregar la novela. Finalmente, por suerte, salió bien. Y hasta tuve tiempo de hacer un hilo de misterio sobre el confinamiento.
La verdad es que tengo mucho que agradecerle a Twitter: me ha permitido tener aprendizaje, explorar nuevas formas narrativas, aprender mucho de la interacción con los lectores, analizar qué puedo mejorar. Y sobre todo, me ha curtido contra los haters. Creo que si sobrevives a narrar una historia —o cuatro— en tiempo real en Twitter, estás curtido contra lo que venga después. Y en mi caso, espero que vengan muchas novelas más.
—————————————
Autor: Nagore Suárez. Título: La música de los huesos. Editorial: Ediciones B. Venta: Todostuslibros y Amazon
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: