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Julieta Serrano, una pasión imposible por el cine y el teatro

Julieta Serrano, una pasión imposible por el cine y el teatro

Fue «una niña de la posguerra totalmente perdida» salvada por el teatro y una amante de la escena que se ganaba la vida con el dibujo. Luego, Julieta Serrano se convirtió en una «mujer muy inteligente» y una actriz que con una técnica maravillosa construye sus personajes con una «increíble sencillez».

Así la ha descrito Pedro Almodóvar en un diálogo con el que la Academia del Cine ha rendido un homenaje a la actriz, de 87 años, tras la proyección de una copia restaurada de Entre tinieblas (1983).

Han sido seis los títulos en los que Julieta Serrano ha trabajado con Almodóvar, la última Dolor y gloria (2019), por la que consiguió su primer Goya, tras 27 años sin colaborar juntos.

«Trabajamos mucho en los 80, hasta Mujeres…, pero en el 19 hacía 32 años que no trabajábamos», empezaba a recordar Almodóvar, interrumpido por una divertida Serrano, que le decía que no eran 32. «Eran 27, los tengo contados», afirmó con una sonrisa. El cineasta no dudó de la memoria de la actriz y aseguró que en esos 27 años la echó «muchísimo de menos» y se dio cuenta durante el rodaje de Dolor y gloria que parecía que no había pasado el tiempo, ni un solo día.


«Daba la impresión de que no había pasado ningún año, que habíamos estado haciendo Mujeres… el día anterior. Descubrir eso me emocionó mucho», ha reconocido Almodóvar, que alargó su personaje y escribió las dos maravillosas escenas en las que habla con su hijo (Antonio Banderas) sobre lo que le había decepcionado.

También para Julieta Serrano fue reencontrarse con unos amigos —Almodóvar y Banderas— como si hubiera sido el día de antes. Son unos recuerdos cercanos que llegaron después de que la actriz se refiriera a su infancia, en una Barcelona sin grandes compañías teatrales y en la que desarrollaba su pasión en el teatro de aficionados mientras se ganaba la vida como dibujante. «La posguerra fue muy dura y terrible, y el teatro me salvó», ha afirmado rotunda Serrano, tras haber sido recibida en pie por compañeras como Marisa Paredes o Ana Belén, por el presidente de la Academia del Cine, Mariano Barroso, o por el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes.

El homenaje empezó con mensajes grabados en vídeo por Rossy de Palma —»te admiro muchísimo»— o Banderas —»mi querida Julieta si hay alguien que merece un homenaje por tantos años de profesión brillante, digna y honesta, esa eres tú»—, que ha interpretado a su hijo en tres películas, todas ellas de Almodóvar. «Yo te conocí cuando acababa de llegar a Madrid, yo estaba en el lugar del espectador y tú desde muy arriba, en Las criadas, de (Jean) Genet, con Mayrata (O’Wisiedo) y con Nuria Espert. Me impresionó mucho todo», reconocía Almodóvar.

El cineasta y la actriz han hablado mucho de teatro. De las obras en las que él la vio, las que más marcaron la carrera de ella y hasta de una colaboración casi olvidada en un espectáculo expresionista de La casa de Bernarda Alba, en el que Serrano era Martirio y Almodóvar una de las vecinas. A Serrano se le iluminaba la mirada al recordar cómo se rieron en aquella gira. «Eres tan ingenioso», decía ella. «Era más joven y atrevido», respondía Almodóvar.

También se acordaron de la primera incursión del manchego en un festival internacional, el de Venecia, precisamente con Entre tinieblas. «Los periodistas hacían cola para entrevistarte», apuntaba Serrano. Ahí el cineasta quiso resaltar el apoyo que tuvo desde el principio de su carrera con las actrices. «Yo aún trabajaba en Telefónica. Poder teneros a ti y a Carmen (Maura), a Chus (Lampreave)… Yo era consciente de que era un enorme hallazgo». «He podido hacer 21 películas porque actrices como vosotras me habéis apoyado desde el principio, no os lo agradeceré bastante», ha agregado. Tanto que ha querido devolverle a Julieta Serrano un poco de lo que ella le ha dado a él como cineasta y le ha preguntado si tiene algún papel en el que quiera que él la dirija. «No he pensado en ello» contestaba sincera la actriz. «Es una cuestión de edad, aprecias todo lo que te llega porque piensas que no te va a llegar nada, el camino es un poco limitado…pero lo pensaré». «Piénsalo y me pongo con ello de inmediato», ha asegurado Almodóvar.  Pero no parecía que la actriz sienta que algo le falta en su carrera. Ni siquiera el personaje de Bernarda, el único de la obra de Lorca que no ha interpretado sobre las tablas.

Se siente más que satisfecha de su vida y su carrera. De sus inicios como actriz aficionada, de aquella época que compartió con Nuria Espert en los Infantiles del Romea —eramos tan jovencitas, tan inocentes… Yo tenía 18 años y Nuria, 16″—, de su amor por el cine —»nos alimentaba, nos daba luz, nos abría puertas y ventanas»—, de haber hecho radio, doblaje o dibujo. Pero sobre todo está satisfecha de haber hecho lo que ella pensaba que era «una pasión imposible», su forma de vida. Y sigue recordando cuando llegó a Madrid, después de que María Luisa Ponte le dijera: «¿Y tú, niña, porqué no vives de esto?», o cuando salió de gira con Berta Riaza y Alicia Hermida.

Y asegura que no es rencorosa pese a que Almodóvar tardara 27 años en volver a contar con ella o a que amigos suyos, como Pedro Olea, nunca la hayan llamado para trabajar juntos. «Si el director no te ve, pues no te ve». No hay nada más que añadir.

Vídeo: charla completa del homenaje a Julieta Serrano

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