Destino: La saga Winx, la última apuesta juvenil de Netflix, se ha situado en menos de una semana de emisión en la cumbre de los contenidos más vistos de la plataforma, a pesar de las numerosas críticas recibidas por los fans de la serie de animación original en la que está inspirada, Winx Club.
«Sé que es un personaje muy importante para muchos de los fans de la serie de animación, y puede que en una segunda temporada aparezca», apunta, dando esperanzas. Lo cierto es que la confusión tiene sentido, ya que Terra es un hada de la Tierra y tiene el poder de controlar las plantas, al igual que Flora».
Asimismo, la ausencia del personaje de Tecna también ha levantado ampollas en quienes siguieron la versión animada; ella era el hada de la tecnología y la mejor amiga de Musa, con la que comparte cuarto en los dibujos. Abigail Cowen, quien interpreta a Bloom, el hada del fuego, afirma a Efe que «se trata de una adaptación que ha hecho Netflix de la serie animada, por lo que no todo tiene que ser igual». «Tiene sus similitudes y sus diferencias obviamente, no es un calco de la original y por eso creo que también va a sorprender», añade.
Destino: La saga Winx, creada por Brian Young (Crónicas vampíricas), cuenta en seis episodios la historia de Bloom, una joven hada que descubre de la peor manera posible que posee el poder de generar fuego. Tras un accidente con sus poderes, que se manifiestan en plena adolescencia, es enviada a Alfea, una academia en un mundo mágico, donde estudian personas como ella. Allí conoce a Aisha (Precious Mustapha), hada del agua; Musa (Elisha Applebaum), que puede sentir los sentimientos ajenos; Terra, que trabaja con los elementos terrenales; y Stella (Hannah van der Westhuysen), capaz de generar luz. Juntas tendrán que hacer frente a monstruos que ponen en peligro sus vidas, como Los Quemados.
El toque oscuro y místico que le ha dado Netflix a la historia, mezclado con la magia, las aventuras y el retrato adolescente recuerda irremediablemente a Harry Potter, cosa que hace gracia a las protagonistas. «Hay una referencia clara a la película cuando bromeamos sobre Gryffindor en el primer episodio. Creo que es divertido e irónico», considera Cowen. «Estamos en un internado, aprendiendo magia, cada una tiene su casa, hay diferentes poderes y magos muy poderosos —aporta Hannah van der Westhuysen—. Es una historia muy similar, salvo por el empoderamiento femenino de la nuestra». Es un asunto en el que coincide el equipo. «Siento que la sociedad muchas veces enfrenta a las mujeres entre sí, y lo ha hecho en el pasado. Creo que es realmente especial ver a muchas chicas de diferentes orígenes, diferentes entre sí y con distintos intereses cómo se apoyan, se aman y pelean la una por la otra», agrega Cowen.
La adaptación aparca también los coloridos trajes de «Winx Club» en un intento de rebajar el tono infantil y dar paso a una versión, en ciertos aspectos, más «adulta», donde se habla de adicciones, autoestimas bajas con resultados catastróficos y traumas familiares diversos. «La puede ver cualquiera. De hecho, a mi abuela le encanta», confiesa entre risas Van der Westhuysen, mientras que Danny Griffin, que da vida a Sky, destaca el «gran trabajo» de Young «al equilibrar la fantasía con la realidad».
Aunque todavía no hay confirmación de que Netflix vaya a hacer una segunda temporada, Precious Mustapha confía en ello, dice a Efe, ya que «todavía hay muchas incógnitas por resolver».
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