En La discordia de Babel las referencias artísticas y literarias —Magritte, Eurídice, Camus, Kiarostami o Cavafis— se alternan con reproducciones de obras del artista Víctor Hugo Irazábal. “Meursault está en lo cierto al responder la pregunta de / Marie / decirle que la ama no significa absolutamente nada. / Decir y significar no valen lo que un beso / que se recuerde toda la vida”, se lee en el poema titulado “Meursault” (p.29). En Cantábrico, publicado originalmente en 2003, pasado y presente dialogan entre sí.
“En Cantábrico trato de recuperar una infancia y juventud repartida entre Venezuela y España. En el poemario hay también un recuento de las situaciones que me desolaron al retornar a mi país. La discordia de Babel transita por una experiencia más consciente de lo que supone compartir con otros la vida, en un sentido social y político. También hablo de mi deseo de no querer llegar a Dios con artilugios”, dice la autora hispanovenezolana, doctora en Filosofía Contemporánea por la Universidad Central de Venezuela.
Zenda reproduce 5 poemas de La discordia de Babel / Cantábrico, de María Clara Salas.
HILANDERA
El poeta pide una venda a la hilandera
y después la rechaza.
Para volver
al ojo limpio
y al caminar seguro,
¿cuánto tiempo?
Se cuentan por miles
los heridos.
Demasiados escombros, cuentos
e inoportunas burlas se mantienen.
Sobre aquel cuerpo cayeron azotes,
a él y a muchos otros
los destruyó el encierro.
Negamos la presencia de Caín,
pero las formas de la crueldad
persisten.
TESELAS
Si él creó su laberinto
o le fue impuesto, no lo sé,
este país compatible con soles
y mosaicos de teselas azules,
no da para más.
Decimos, con la atadura al cuello,
que mañana es el día y
no hay mañana.
Para los que huyen sin pensar
en lo irracional de sus
andaduras, pedimos que
crezcan los bosques,
que los alimentos lleguen
a sus manos.
No piensen en volver,
si han encontrado vida
en otra parte.
SOBRE ALGUNAS PREFERENCIAS
Los entregados a la distancia
huyen del mundo,
la voracidad del tiempo frena
sus canciones.
Los que por una mano recia son apartados de las plazas
cierran sus ojos a la desventura.
Algunos sonidos,
los más feroces,
logran despertarlos.
No sé si afirmar tan persistentemente el amor
sea saludable.
Reír o dejar de reír
es la disyuntiva.
El azote peor
es la arrogancia de estar
muerto-vivo.
Puestas sobre un mantel,
nuestras vanidades aspiran a un corte
preciso.
La mirada se detiene en las palabras de los libros,
en sus sentidos y sin sentidos,
en la emoción que doblega,
vuelo suave deleitoso sin ruido.
WANDERER
No hace falta saber
a dónde vamos
Las sombras de las hojas tejen
el borde del camino
Somos viajeros sin meta
nos detenemos
en lugares donde la sed
nos detiene
Hacemos alto
a cualquier hora
La prisa es otra ilusión del tiempo
INSTRUCCIONES DEL VIENTO
Lo más sensato
es el silencio
de nada sirve
hablar
Cuando somos explícitos
la confusión
es mayor
Mejor decir
tenemos tigres en los ojos
nuestra piel es una habitación sin armas
La sed requiere lo fugaz
tender las manos
a las nubes
obedecer las instrucciones del viento
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Autor: María Clara Salas. Título: La discordia de Babel, Cantábrico. Editorial: Kalathos. Venta: Todostuslibros y Amazon
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