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El sueño americano

¡Hola otra vez! Me alegra mucho volver a verte por aquí, hipotético lector o lectora. Yo debo confesar que aunque estoy de vacaciones, no he podido resistirme a pasar a saludar. Saludar y también, de paso, echar una mano a quien no acabe de decidirse entre tanto libro abarrotando las torres esas que giran en el chiringuito que hay junto a cada playa. No han sido pocas las veces que he salido de allí con varios libros, incluyendo alguno para mi mujer diciéndole: “éste te va a gustar” para terminar ella mirándome con cara de “buen intento, pero te lo has comprado para ti”. Si en la anterior entrega hablábamos de John Verdon y Sé lo que estás pensando, hoy vamos a cambiar el registro para hablar de otro bestseller que ha tenido muchísimo eco en los últimos años. Dejaremos a un lado el puro misterio para hablar de cómo son las relaciones de pareja en un pueblecito de la “América profunda”. ¿Puede una historia de amor ser un thriller? Pues sí, y de los buenos. De los mejores. Hoy es el turno de Perdida, de Gillian Flynn.

La autora americana nos cuenta la historia de amor de una pareja de neoyorkinos para los que el sueño americano se ha convertido en una auténtica pesadilla. Nick Dunne, de treinta y cuatro años, se despierta una mañana en su nueva casa. Tras quedarse ambos sin trabajo, deciden mudarse al pueblo natal de Nick, pero las cosas no terminan de funcionar. Ese día es su quinto aniversario de boda y Amy ha preparado, como es habitual, una “caza del tesoro” para que Nick encuentre su regalo. Esa mañana, mientras Nick está trabajando en el bar que regenta junto a su hermana, recibe la llamada de un vecino alertándole de que algo ha ocurrido en su casa. Nick llama a la policía pero no pasará mucho tiempo antes de que empecemos a descubrir que la vida no era como se pensaba en casa de los Dunne.

"La capacidad de Flynn para captar la atención del lector es asombrosa."

Perdida esconde mucho más que la típica desaparición de una mujer y un esposo con la palabra “culpable” pintada en la frente. Esconde mucho más que la típica historia de maltrato que hace que un matrimonio se rompa. Si pensáis que las páginas del libro esconden un guión de “telefilm de antena 3”, estáis muy equivocados. Gillian Flynn es capaz de torturar al lector con su narrativa, haciendo resonar en su cabeza las preguntas y pensamientos de Nick y de Amy. (¿De verdad pensará eso mi mujer de mí?, ¿será capaz mi marido de llegar hasta ahí?). Es aterrador ver cómo, ante algunos de los pensamientos que pasan por la cabeza de Amy o de Nick, nos sorprendemos esbozando una sonrisa cómplice. Dicen que Gillian Flynn, cuya familia está vinculada al mundo del cine, de niña ensayaba frente al espejo la sonrisa con la que Anthony Perkins cerraba Psicosis y, tras terminar de leer Perdida, no lo pongo en duda.

La capacidad de Flynn para captar la atención del lector es asombrosa. Como muestra, aquí os dejo un fragmento del párrafo que abre el libro.

“Cuando pienso en mi esposa siempre pienso en su cabeza. Para empezar, en su forma. (…)Reconocería su cabeza en cualquier parte. Y lo que hay en su interior. También pienso en eso: su mente. Su cerebro, con todos sus recovecos, y sus pensamientos yendo y viniendo por dichos recovecos como rápidos y frenéticos ciempiés. Como un niño, me imagino abriéndole el cráneo, desenrollando su cerebro y examinándolo cuidadosamente, intentando apresar e inmovilizar sus ocurrencias “¿En qué estás pensando Amy?”. La pregunta que más a menudo he repetido durante nuestro matrimonio.”

El punto fuerte de este libro es, sin duda, sus personajes. Nick y Amy, Amy y Nick… la verdad es que es bastante complicado hablar de uno dejando al otro de lado. El libro se escribe a dos voces, perfectamente diferenciadas, que otorgan a su lectura una dualidad narrativa muy original. Es algo así como un protagonismo/antagonismo cíclico en el que cada vez que termina de hablar uno de los personajes, le pasa el micrófono al otro. Son dos personajes indivisibles, con muchísimas capas en las que puedes profundizar y con una compleja psicología que va cambiando junto con la percepción de la realidad que se nos muestra. En el diario de Amy vemos cómo se desarrolla su personaje pero Nick, al mismo tiempo, describe la construcción misma de la figura de su mujer. Esta lectura paralela de la evolución y construcción del protagonista en voz de su antagonista, me parece una herramienta de narración soberbia.

Otra de las fortalezas de la narración es su estructura. Una historia a dos voces que se divide en tres partes donde cada inicio es un puñetazo encima de la mesa. Flynn ha conseguido vencer la maldición de otras muchas novelas en las que esta doble perspectiva en la narración pasa factura al final. De hecho a mí, uno de esos giros de la trama me estalló literalmente en la cara. Cuando llevas tantos libros de este estilo a las espaldas, desarrollas ese olfato que todos tenemos y que nos empuja a vaticinar cómo terminará la historia. Yo estuve continuamente barajando diferentes posibilidades, para terminar encontrándome con uno de los finales más originales que he leído dentro del género. Parece que ese bloqueo creativo sufrido por la autora y relatado en los agradecimientos del libro, le vino bien para diseñar un final que no entraba en absoluto en las quinielas.

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Gillian Flynn también es capaz de provocar que el lector tenga que mojarse. Esa es otra de las cosas que me ha enganchado de este libro. La autora sublima el concepto de “lector activo” y le hace posicionarse en cada razonamiento. Le hace opinar.

“¿Quién selecciona el porno para los centros de fertilidad? , ¿quién juzga qué material es susceptible de resultar estimulante para los hombres sin resultar excesivamente degradante para todas las mujeres que aguardan fuera del pajeadero, las enfermeras, las doctoras y las esperanzadas y hormonadas esposas?”

Es algo recurrente en todo el texto. Nos convierte en cómplices, nos exige que emitamos juicios a favor o en contra de los personajes, en definitiva, que nos impliquemos. Hasta ahí todo bien, pero Flynn no se conforma con eso. Nos manipula como a una víctima más, enredándonos en una compleja red de mentiras y apariencias. A medida que avanza la trama tomamos diferentes rumbos, y en función de nuestra propia experiencia personal nos posicionamos en un lugar o en otro. En un momento estamos a favor de alguien y al pasar la página, lo sentenciamos. Pero la cosa no termina ahí, porque la autora eleva el veredicto a toda la sociedad de clase media americana, haciendo de Perdida una crítica brutal hacia los medios de comunicación y su influencia sobre la opinión pública. Nos cuenta cómo los programas televisivos populares de moda en la América rural, eligen a amas de casa de mediana edad sin nada que hacer como audiencia objetivo, empujándola a emitir un veredicto sobre el tema a tratar, de manera casi dirigida. Nos cuenta cómo la sociedad disfruta haciendo juicios paralelos sin ocultar el gozo de las masas ante cualquier condena mediática.

"Perdida es un thriller donde el amor y la muerte se encuentran a muy poquita distancia. Una historia de amor obsesivo aderezada con una gran dosis de suspense."

La crisis que asola Norteamérica planea sobre toda la historia. El empobrecimiento de la gente, grandes ciudades en las que profesionales altamente cualificados pierden sus puestos de trabajo, familias desahuciadas y urbanizaciones enteras vacías donde la gente vive de subvenciones y en busca de la oferta más barata, son los hechos que van describiendo cómo el sueño americano se hace añicos para gran parte de la población. Y justo en el centro de esa sociedad, se encuentran nuestros protagonistas. El gran sueño americano se convierte en una pesadilla.

perdida gillian flynn portadaComo asiduo al thriller, me costó identificar la presencia de elementos propios de la literatura romántica en esta obra, pero los hay. Al estar vestido todo con una investigación policial, cuesta un poco ver cómo se disecciona la institución matrimonial. La autora pone de manifiesto aspectos del matrimonio tan tangibles y oscuros, que nos costaría admitirlos en la vida real, pero que son esenciales para su funcionamiento. El descubrimiento de los defectos de la pareja para retorcerlos y usarlos en su contra, los celos y el deseo de poseer el cónyuge perfecto, parecen ser moneda corriente en el relato de Flynn. Parece que la autora quiere contarnos que el matrimonio es algo peligroso porque estás unido a alguien que sabría pulsar cada una de tus teclas para llevarte al límite.

En resumen, Perdida es un thriller donde el amor y la muerte se encuentran a muy poquita distancia. Una historia de amor obsesivo aderezada con una gran dosis de suspense. Una historia de personajes en la que, al más puro estilo de Patricia Highsmith, la maldad y la psicopatía están muy presentes en todos los personajes de Flynn. Una crítica a los medios de comunicación y a la sociedad americana actual. Si queréis una historia que os ponga al borde del asiento, que os haga pensar en qué haríais vosotros en esa situación y sobre todo en qué sería capaz de hacer la persona que tenéis al lado, no dejéis pasar este libro. Leedlo y después… ¡venid a contármelo!

¡Buena lectura y buen verano!

Autor: Gillian Flynn. Título: Perdida. Editorial: Roja y negra. Edición: Papel y ebook

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