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Un sueño enciclopédico

Un sueño enciclopédico

El Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias pasa por ser el primer diccionario publicado en Europa en el que la lengua de estudio coincide con la de comunicación. Aparecido en Madrid en 1611, contiene una décima parte de definiciones léxicas respecto a los actuales diccionarios canónicos, pero el capellán de Felipe III y consultor del Santo Oficio de la Inquisición que lo llevó a cabo estaba hecho todo un artista. Había afinado la imaginación con las Etimologías de San Isidoro y el rigor con los trabajos del Vocabulario español-latino de Elio Antonio de Nebrija, por lo que podía permitirse libertades brillantes como la definición que dedicara a Centella: sust. fem. Raspa del fuego que sale del pedernal herido.” A eso se le llama tener chispa, sí señor. No queda claro que se haya dedicado a generar mountweazels, o dicho de otro modo, definiciones aleatorias de términos inventados para detectar posibles plagios, dado que las leyes que trataban los derechos de copia y sus infracciones todavía estaban algo verdes. Tuvo que llegar Lope de Vega para poner un poco de orden, aunque esa ya es otra historia.

"Lo que se cuenta en el libro bien podría responder a eso mismo: claridad y honestidad"

Eley Williams es profesora de Escritura Creativa en el Royal Holloway de la Universidad de Londres y, haciendo honor a su tarea, no parece menos creativa que el insigne lexicógrafo español, a tenor del alcance conseguido en su debut literario con el libro de relatos Attrib. y otras historias (2017), y el desembarco de su primera entrega novelesca, la curiosa y peculiar El diccionario del mentiroso. En ella aparece una cita que vale como declaración de intenciones, a pesar de no tratarse de un compendio auxiliar de definiciones idiomáticas, sino de una novela en toda regla: “Un diccionario tiene que ver con la claridad, pero también con la honestidad”. Lo que se cuenta en el libro bien podría responder a eso mismo: claridad y honestidad. La claridad con la que Williams ha expuesto una doble historia que parte del siglo XIX y se instala en la actualidad sin esfuerzos de engarce, con plena naturalidad, para contar algo que no por sabido resulta menos sorprendente. Todo está conectado. Nada permanece estanco.

O así al menos lo siente Mallory, la becaria de la editorial que publicó el Nuevo Diccionario Enciclopédico Swansby, que lleva tres años en labores de revisión. Es el encargo que le hace el supervisor David Swansby, cuyo deseo último consiste en actualizar y digitalizar el centenario monumento bibliográfico que sigue siendo el orgullo familiar. Pero Mallory no sólo sigue desbordada, sino que ha hecho un descubrimiento delirante: el trabajo de Peter Winceworth, experto léxicografo que revisó en 1899 la letra S de la enciclopedia referida, esconde infinidad de términos trampa o mountweazels. Desentrañar lo existente de lo inexistente, desbrozar los nueve volúmenes de la obra será la gran tarea de la joven Mallory. Reconstruir la vida de aquel mentiroso asalariado de la casa Swansby, que parecía vivir sin propósito alguno y ceceaba sin causa aparente, alterará los días grises de la becaria, pero facilitará la conexión de ambas líneas argumentales, la de antaño y la actual. El amor, no sólo a las palabras, amalgamará las vidas de ambos lexicógrafos.

"Eley Williams ha confeccionado una brillante aventura articulada en capítulos que van de la A a la Z, en la que las fugas de conocimiento son la excusa"

Eley Williams ha confeccionado una brillante aventura articulada en capítulos que van de la A a la Z, en la que las fugas de conocimiento son la excusa para dotar de mayor profundidad a cuanto bueno pudiera depararnos la vida. Los días se cuentan con palabras y sólo una definición exacta de cada una de ellas logrará que nos apropiemos de los hechos en toda su dimensión. Por si fuera poco, tenemos a nuestro alcance el pasatiempo con el que podríamos entretenernos inventando palabras y definiciones que describieran, con toda precisión, realidades que no tienen nombre o nuevas formas de relacionarnos. Si a estas alturas de la reseña se han quedado estancados, se han abismado o han entrado en bucle, aquí van mis disculpas, aunque tal vez anden ustedes sufriendo un ataque de relectopatía que, a decir del Swansby, se trata del «hecho de releer sin querer la misma frase o línea debido a la falta de concentración o interés». Ya ven, no hay de qué preocuparse. Si los síntomas persisten, lean, lean por gusto, vuelvan atrás sin miedo, no teman los efectos secundarios ni duden en consultar con su lexicógrafo de cabecera.

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Autora: Eley Williams. Título: El diccionario del mentiroso. Traducción: Mariano Peyrou. Editorial: Sexto Piso. Venta: Todostuslibros y Amazon.

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