En un momento en el que los trastornos mentales, la depresión o la ansiedad han sufrido un aumento, en muchos casos por la covid, y cuando se necesita hablar de los cuidados y la fragilidad del ser humano, aparece Fármaco, un libro íntimo y literario de Almudena Sánchez, donde relata su depresión.
A Sánchez (Mallorca 1985), autora de un título muy traducido y elogiado, La acústica de los iglús (2016), explica a Efe que con este libro ha querido «normalizar el tema de la depresión, y que, entre otras cosas, forme parte de los temas de conversación rutinarios o que se hable en los medios».
«Creo que ha llegado el momento de tratar la depresión, como se tratan las enfermedades físicas. Yo he sufrido también una enfermedad física y he estado muy apoyada, pero con la enfermedad mental no, porque no se entiende. Te sientes incomprendida, desprotegida. Te sientes loca, y creo que es hora de sacar la fragilidad al escenario», explica esta autora que vive en Madrid.
Así, Sánchez, en pleno tratamiento de su enfermedad decidió hacer literatura con su testimonio, íntimo pero universal, de cómo era este proceso que había aparecido en su vida, aparentemente sin causa ninguna.
«No me había pasado nada en concreto —explica—. No tenía ningún motivo. No había sufrido una ruptura, no se me había muerto nadie. Entonces yo me decía: ¿Cómo me ha pasado esto? No puedo moverme del sofá ni hoy, ni mañana, ni pasado, y que creo que me voy a morir. Y no me muevo y pasa un mes, y otro… Estaba alucinando con lo que me estaba pasando, pero me dije: «Bueno, yo soy escritora y este es un tema muy difícil». Además lo que hay son muchos libros de autoayuda o los muy técnicos de la universidad, y me propuse hacer algo literario, personal, al estilo Clarice Lispector, sensorial, y aquí está el libro», explica.
Sánchez quiere dejar claro que aunque la locura está muy presente en muchas creaciones, ella no volvería a pasar por esta enfermedad para conseguir un estado alucinado o «lúcido» para crear una obra. «Se sufre mucho, no quiero pasar más por ahí. Es una especie de existencialismo a lo bestia. Es muy doloroso», reconoce. «La locura para nada es buena. Estoy totalmente de acuerdo en curarla», subraya. «Creo que en un momento dado las cabezas se descolocan, y es algo normal. La palabra «depresión» también tiene mucho que ver con la presión. Cuando tú presionas mucho tu cerebro, tienes un montón de acumulación de traumas (…), es un cúmulo. Eso pasa y se ve reflejado en el cuadro El grito, de Munch, por ejemplo, en el Guernica, de Picasso, también. Es un mundo totalmente descolocado que hay que comprender. En la música, por ejemplo, Béla Bartók, cuando hacía las disonancias, sentía que su cabeza no estaba estructurada. «No estoy bien», decía, «veo muchas sombras ahí», o el Quijote, que es exactamente un canto a la locura».
Por otra parte, la joven narradora dice que las mujeres son dos veces más propensas que los hombres a sufrir depresión. «Si un hombre está loco es un genio, ¿no? Hasta Van Gogh cortándose la oreja. Pero una mujer loca es la loca de los gatos», lamenta.
Fármaco es un libro sobre la depresión muy en conexión con la épica en la que vivimos, e incluye también algunos tuits de redes sociales, que la autora, que finalmente ha conseguido salir de la enfermedad con química, paciencia, y la ayuda de un psiquiatra presente en el libro, iba escribiendo.
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