«A propósito de Fraga», de Alfredo Conde

Este es el relato de una relación de amistad y mutuo respeto que el autor mantuvo con un hombre que fue capaz de sobrevivir a su propia historia. Una amistad con alguien al que consideraba en sus antípodas políticas y que concluyó de manera abrupta.

«Debo confesar que no recuerdo haberle dicho con anterioridad al PSOE de mi convite a cenar en el Vilas. ¿Para qué y por qué, si yo no tenía militancia en el partido? Lo hice después, finalizada la cena, una vez conocidos los propósitos de Fraga y dado que, sin duda alguna, estos le iban a afectar».

Zenda adelanta el prólogo a esta obra. 

******

A MANERA DE PRÓLOGO

Dicho y advertido lo anterior lo que sí es posible que suceda es que, lo que en estas líneas se describa, incluso más que una  semblanza, o que un retrato, aunque dude mucho de que así resulte, acabe por ser tan sólo el relato de una relación de amistad y mutuo respeto —me atrevo a calificarla así— que el autor mantuvo con un hombre que fue capaz de sobrevivir a su propia historia. Lo consiguió a fuerza de haber entregado la práctica totalidad de su vida al servicio público; dicho y entendido sea esto con independencia de los resultados que cada lector considere.

Pero también puede ser este relato —y casi no sé si también debe ser tomada esta descripción— como un capítulo cualquiera de unas memorias que mucho me temo que no he de escribir nunca por mucho que algunos amigos me las pidan y algún enemigo las esté reclamando a grito pelado; ya saben, un leve e inoportuno ajuste de cuentas. O bien el intento de poner en claro algunos aspectos de ambos que se nos ofrecen oscuros.

Ha de ser el lector quien decida si estas líneas son escritas con honradez, o sin ella, porque tanto la voluntad, buena o mala, como el valor, escaso o abundante, se le suponen; es decir, que habrá que darlos por supuestos. No va a quedar otro remedio. La intención inicial, que veremos si persiste hasta el final, es la de contar como viví esa relación de amistad, como finalizó e incluso como afectó a mi vida…tal y como se verá más adelante.

No se pretende, por tanto, hacer un retrato más de Manuel Fraga Iribarne. Hay ya muchos y controvertidos. De lo que se trata es de aportar la visión obtenida por quien, sino habitante de sus antípodas políticas, pero que por ahí andaba, sí ocasional visitante de aquellas otras y suyas, las de él, las de Manuel Fraga, creyendo que tal visita, cuando menos algo ingenuamente, implicaría una ayuda en la normalización cultural del país del que ambos siempre se reclamaron hijos.

A mayores, esto que comienza siendo un intento de  semblanza, puede conducir al autor, también hay que advertirlo, a explicar algunos eventos de su propia vida que dejen contentos a unos y fastidiados a otros. Se trata de un riesgo que el autor asume. Puede que con gusto o puede que con resignación. A estas alturas de la vida ya pocas cosas realmente importan. Entre ellas, la opinión que susciten los propios actos. Lo único que lo hace, lo único que cuenta, es el estado de la propia conciencia. Lo que realmente cuenta es lo vivido, si acaso; con ello el zumo que uno le  exprimió a la vida, el camino que recorrió hasta llegar a este día de finales de agosto del 2020, el año de la pandemia, en el que están siendo escritas estas líneas que ya están en un tris de ser finalizadas.

—————————————

Autor: Alfredo Conde. Título: A propósito de Fraga. Editorial: Ezaro. Venta: Todostuslibros