“Un thriller en el ojo del huracán”, anuncia La Sacudida [Ediciones B] desde su portada. La etiqueta de thriller, sin embargo, se queda corta para describir lo que Fernando Goitia, periodista y Jefe de Actualidad en la revista XLSemanal, ha conseguido reunir en su primera novela. Porque hay thriller, sin duda, en esta historia sin tregua, pero el autor va más allá.
La Sacudida presenta numerosos aciertos, comenzando por el arranque, demoledor y despiadado. El lector empieza a leer, y a las pocas páginas le ha caído la ladera de un volcán encima y a su alrededor hay más de 3000 muertos enterrados bajo un inmenso lodazal. Porque así es como se siente, trasladado de golpe al epicentro del Mitch, el huracán más devastador que ha conocido Centroamérica, adonde Goitia nos lleva de la mano de dos personajes desarrollados con una hondura infrecuente en un debutante: Miguel, un vasco con una falsa identidad, y Julio, ex guerrillero hondureño reconvertido en sicario harto de su profesión. Es ahí, entre el lodo, rodeado de cadáveres, donde se cruzan los caminos de estos dos personajes en fuga, dos asesinos: el etarra que huye de su pasado y el ex guerrillero desengañado tras el colapso de la Revolución sandinista. Sin saberlo, Miguel le acaba de salvar la vida al hombre que estaba llamado a terminar con la suya.
Así, en los cuatro primeros capítulos, alternando las voces de los dos protagonistas, en primera persona, el autor nos coloca en la propia mente de sus criaturas para saber cómo vive cada uno de ellos el encuentro entre ambos en medio del desastre. A partir de ahí, iremos sabiendo quiénes son en realidad y todas las cosas que ignoran el uno del otro. Esta es la historia de Miguel Goikoetxea y de Julio García Baltodano, dos hombres que se necesitan el uno al otro sin saber que, en realidad, están condenados a enfrentarse. Perseguidos por la ley, por sus antiguos camaradas y por sus conciencias, los protagonistas viajarán en dirección norte, por Nicaragua y Honduras devastadas, hacia el hogar y el pasado de Julio, mientras recorren también su propia desolación interior y profundizan en una relación que contradice sus destinos. Es así, a través de este viaje de múltiples caras, como esta novela de carretera va convirtiéndose en una historia de desengaños personales, ideológicos e, incluso, sexuales; en una novela sobre las cargas que se transmiten a los hijos y sobre segundas oportunidades a las que, incluso en medio de la naturaleza desatada, es posible aferrarse.
El título La Sacudida nos remite al escenario donde transcurre la historia, pero se refiere ante todo, al golpe que sufren los dos hombres en fuga que protagonizan la novela. Sus vidas manchadas de sangre, que conocemos en flashbacks sucesivos, son, en realidad, toda una gran sacudida. Goitia crea una lúcida simbiosis entre el escenario y los protagonistas de su novela en un juego de espejos en el cual la devastación del paisaje refleja y ahonda la desolación que arrastran sus personajes.
Volviendo ahora a otro aspecto fundamental: el habla y el léxico de sus personajes, es interesante el modo en que Goitia ha conseguido diferenciar las voces en primera persona de los dos protagonistas-narradores. Por un lado, la de Miguel, cuyo español, después de tres años viviendo en Nicaragua —los mismos que pasó allí el autor, por cierto— aparece salpicado ocasionalmente de modismos locales; y la de Julio, con quien Goitia ha realizado un exhaustivo trabajo para reproducir el habla nicaragüense y hondureña, que, no lo olvidemos, es parte del idioma español.
Con Goitia, bilbaíno nacido en 1969, que cubrió la tragedia del Mitch para EL PAÍS y obtuvo, por uno de aquellos reportajes, el Premio Iberoamericano de Periodismo Lázaro Carreter, surge una voz singular, diferenciada y valiente. Una primera novela a tener en cuenta.
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Autor: Fernando Goitia. Título: La sacudida. Editorial: Ediciones B. Edición: Papel y kindle
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