Eterna ballena blanca

A estas alturas hay poco que se pueda contar de la obra más conocida de Herman Melville. Más de 800 páginas de obsesión, de lucha, de épica, de una montaña blanca en mitad del océano. Incluso aquellos que no han leído la novela original conocen de qué trata y saben con qué palabras comienza, algo a la altura de muy pocas obras, con permiso del Quijote. Moby Dick hace tiempo que ha trascendido al imaginario popular, junto a otros personajes como Drácula, el monstruo de Frankenstein, el doctor Jekyll o Sherlock Holmes, por citar unas pocas creaciones literarias que hoy ya son eternas.

Es imposible captar toda la magnitud de una novela tan excesiva en 48 páginas de cómic, pero la magia de Sienkiewicz consiste en transmitirnos la esencia, la ambientación y el espíritu. No se trata de hacer un resumen, sino de introducirnos en la demencia de un capitán Ahab más aterrador que nunca. En manos de Sienkiewicz, la epopeya marina de Melville cobra tintes casi lovecraftianos en cada una de sus páginas. Cada lámina es de una espectacularidad sobrecogedora, contenida, que por sí sola es capaz de contar una historia que se aboca más y más hacia la obsesión.

Ahab es la locura personificada, un hombre que parece poseído, que camina al compás de la marcha fúnebre que produce su pata de hueso chocando contra la cubierta. Sienkiewicz nos hace partícipes de su descenso a las tinieblas, la degradación de su psique se nos muestra con un rostro en blanco y negro que se va deformando y emborronando hasta que apenas se distingue a un ser humano. Los arponeros que oculta en el Pequod, la profecía de Fedallah, el caníbal Queequeg y su ataúd, el arpón forjado en sangre… Cada detalle nos hace entender que hemos traspasado la línea de lo real, y el ballenero va por el infierno con una tripulación de muertos en vida en busca del mismo diablo. Las imágenes de Sienkiewicz, expresionistas, oscuras, como si desgarraran el lienzo, son una pesadilla en toda regla. Se suceden los dientes afilados, las viñetas verticales, los arpones en ristre, el Pequod como un barco fantasma arrastrando una cabeza de ballena en cada costado, el sol rojo sangre y el mar de una oscuridad casi impenetrable. De la simbología freudiana de esta obra ya hablaremos otro día.

A destacar la maravillosa edición de Astiberri. Si la de Matadero 5 era una joya, esta es de una exquisitez absoluta. Tapa dura, formato algo mayor al de un comic book normal y por apenas 12 € para el deleite de sus lectores. Sin duda, este Moby Dick es una experiencia única.

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Autor: Bill Sienkiewicz. Título: Moby Dick. Editorial: Astiberri. Venta: Todostuslibros y Amazon