Todo lo que llegó tras The Velvet Underground estaba inspirado en ellos. Desde David Bowie al punk rock, Patti Smith o la New Age. Fueron «la raíz de todo lo demás», afirma a EFE Todd Haynes, director de un documental sobre la historia de la banda que llega este viernes a Apple TV.
«Si íbamos a hacer un documental, no podía parecer ni sonar como un documental normal, esos bustos parlantes que te dicen lo que pensar, qué es bueno y qué es malo», explicó Haynes en una entrevista tras presentar el filme en el último Festival de Cannes. Es un documental lleno de testimonios pero también de estilo cinematográfico, con un montaje vertiginoso, pantalla partida en dos o convertida en un puzzle de imágenes, una narración que se corresponde a la perfección con el Nueva York de la Velvet Underground.
Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Angus MacLise formaron el grupo en 1964 y al año siguiente MacLise fue sustituido por Maureen Tucker. Posteriormente se uniría Nico, aunque siempre se consideró su colaboración como temporal. Y en 1969 se fue Cale, a quien reemplazó Doug Yule.
Solo cinco álbumes, grabados entre 1967 y 1973, sirvieron para revolucionar el rock e influenciar el trabajo de muchos músicos posteriores y el surgimiento de nuevos estilos. «Todo el mundo escuchaba música inspirada por ellos. Yo había escuchado la música de muchos que se habían inspirado en la Velvet, como David Bowie, el punk rock, Patti Smith, la New Age… Y de repente al comienzo de la universidad escuché The Velvet Underground y dije: ‘Ah, OK, esta es la raíz de todo lo demás’«, recuerda Haynes.
Y para reflejar lo que la Velvet supuso y también el momento en el que surgió, Haynes decidió que el documental debía mostrar ejemplos del arte que se hacía en aquella época, especialmente en el cine. «Quisimos dejar que ese lenguaje visual describiera lo que estaba pasando en la música y permitir al público encontrar los paralelismos entre los experimentos en el cine de la época y los de la música, porque estaban profundamente conectados, ese fue el punto de partida», precisa el realizador.
The Factory era un lugar extraño y especial para la vida de los creadores: se hacía arte visual, cine, música, happenings, lecturas de poesía. «Es difícil encontrar otro ejemplo similar en los tiempos modernos en términos de arte popular», asegura Haynes, director de títulos como Lejos del cielo (Far from Heaven), I’m not There o Carol.
De ahí el particular estilo del documental, que mezcla con multitud de testimonios. Desde David Bowie a Jackson Browne, Jonathan Richman —que asegura haber asistido a 80 conciertos de The Velvet—, John Waters, La Monte Young, Delmore Schwartz o Jonas Mekas, la hermana de Reed —Merrill Reed-Weiner— e incluso Allen Ginsberg. Sin olvidar a cada uno de los miembros de la banda.
Se usaron imágenes y voces de archivo para poder escuchar a Lou Reed, Sterling Morrison, Angus MacLise y Nico, mientras que sí se contó con Moe Tucker y con John Cale, que deja una perfecta definición de la banda: buscaron «cómo ser elegantes y cómo ser brutales» al mismo tiempo. Al único al que no consiguieron fue a Doug Yule, que no quiso salir de su mundo actual. «Entiendo que hay gente que no necesariamente quiere volver al pasado», afirmó Haynes, que sin embargo reconoció que «fue decepcionante» no poder contar con él.
La mayoría de las entrevistas (18 de 19) las grabaron en 2019, así que cuando llegó la pandemia en 2020 ya las tenían, así como todo el material de imágenes y fotos. «Fue el momento perfecto para poder dedicarnos a este proyecto y ser autosuficientes», asegura el realizador, que junto a su equipo, buceó en más de 600 horas de imágenes y más de 7.000 imágenes para elegir lo que querían contar. Una primera versión de más de 12 horas acabó en los 110 minutos que dura el documental.
Material, mucho inédito, procedente de los archivos de los productores Wyatt Stone y Bryan O’Keefe, de la Fundación Warhol —grabaciones de The Velvet Underground ensayando en The Factory—, o del archivo Lou Reed —maquetas de las primeras canciones de la banda—.
Son imágenes que reconstruyen los orígenes de sus miembros, especialmente de Lou Reed con su complicada personalidad desde niño y su obsesión por convertirse en estrella pese a ni cantar ni tocar realmente bien, y de John Cale, que saltó de Gales a Nueva York y que hasta los siete años ni siquiera hablaba inglés. Es un extraordinario documental en el que se ve a Lou Reed diciendo que los 2,79 dólares que consiguió por derechos de autor de su primera grabación fue más de lo que sacó de The Velvet. O cómo los miembros del grupo consideraban que las letras de las canciones de The Beatles eran para niños; que el grupo odiaba el movimiento hippie y que los ensayos para su álbum de debut, The Velvet Underground & Nico (1967), con la famosa banana de Warhol como portada, duraron más de un año.
Son muchos datos ya conocidos pero contados de forma extraordinaria por Haynes, que rinde un gran homenaje a un grupo esencial que casi cincuenta años después de su separación siguen sonando innovadores.
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