Cristian Perfumo: «Es fácil ganar corazoncitos en redes sociales, pero muy difícil que se transformen en lectores»

Cristian Perfumo es doctor en Ingeniería de computación. En 2016 dejó su trabajo como investigador para el gobierno australiano y se trasladó a Barcelona, donde se centró en su carrera literaria, que comprende siete novelas. En 2017 ganó el Premio Literario de Amazon con El coleccionista de flechas, una edición en la que participaron más de 1800 obras de 39 países. Con Rescate gris fue finalista del Premio Clarín de Novela 2018, uno de los galardones literarios más importantes de Latinoamérica. Acaba de publicar Los crímenes del glaciar.

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—Lo primero que me fascina de tu trayectoria es que todos tus libros cumplen una condición: son thrillers ambientados en la Patagonia. ¿Por qué?

—Es un lugar verdaderamente fascinante. Remoto, de paisajes imponentes, naturaleza extrema y muy poca gente. Tengo la fortuna de haberme criado en esa parte tan especial del planeta, así que lo raro sería que ambientara mis novelas en cualquier otra parte (risas).

—¿Crees que en un mundo literario saturado es necesario tener una marca personal muy reconocible para que un autor triunfe?

—No es absolutamente necesario, pero ayuda mucho tener una identidad con la que los lectores te identifiquen.

—¿Cuál sería la tuya?

—Thrillers ambientados en la Patagonia.

—Entremos en la trama de Los crímenes del glaciar. La historia parte de unos turistas que visitan el glaciar Viedma, en la Patagonia argentina, y descubren el cadáver de un hombre atrapado entre el hielo del glaciar. La ambientación es maravillosa, los lectores sentimos que estamos en cada uno de los lugares que describes. Bajo mi punto de vista, es lo que da carácter a la novela. ¿Cómo trabajas este aspecto?

—Intento visitar siempre los lugares que luego serán escenarios de las novelas. Los lectores suelen decirme que les hago sentir que están ahí, y quizás en parte se deba a que yo sí que vi (y en muchos casos viví) todos esos sitios. Los personajes de mis ficciones se mueven por una Patagonia real que conozco muy bien.

—La forma en la que describes la Patagonia me recuerda a la novela negra nórdica. Lugares poco conocidos para nosotros, desiertos helados, pueblos pequeños y parajes solitarios.

—Me lo dicen muchos lectores. No he estado en países nórdicos, pero sí he leído mucha novela ambientada allí, y las características climáticas son similares. Dos sociedades muy distintas, eso sí, pero ambas regidas y condicionadas por el frío. Como dicen en mi pueblo, sólo tenemos dos estaciones: el invierno y la de tren.

—¿En qué se diferencian estas dos sociedades?

—Es difícil responder, porque la patagónica la tengo en el ADN y la nórdica la conozco por Camilla Läckberg y Jo Nesbø. Pero una diferencia evidente es que la seriedad, el respeto y el nivel de civismo que hay en los países nórdicos no lo tenemos en la Patagonia, lamentablemente.

—En Los crímenes del glaciar planteas una historia de ida y vuelta donde el pasado no se puede ocultar y aflora como el cadáver en el hielo. ¿Qué querías expresar con esta novela?

—El objetivo principal cada vez que me siento a escribir es que cuando el lector llegue a la última página diga: «Ha valido la pena dedicar estas horas de mi vida a leer esto». Como objetivo secundario, me gusta explorar ciertos aspectos de la naturaleza humana. En Los crímenes del glaciar uno de esos aspectos es lo que sucede cuando tapamos un secreto de nuestro pasado. Aunque tengamos suerte y logremos que nunca vea la luz, siempre será una olla a presión al fuego que tendremos que vigilar para que no explote. Y a veces, por más que la vigilemos, explota igual.

—¿Por qué es tan importante conocer nuestro pasado?

—Porque sabiendo de dónde venimos podemos entender ciertas cosas de nuestro entorno, e incluso de nosotros mismos, que de otra manera nos parecerían inexplicables.

—Te has movido entre la autopublicación (como en tu última obra, Los crímenes del glaciar) y la publicación con editorial tradicional (Rescate gris, Suma, 2018). ¿El modelo ideal para un autor es el modelo híbrido?

—El modelo ideal para mí es el que me permite llegar a la mayor cantidad posible de lectores. Hay quien autopublica, le va bien y sigue por ahí. Hay quien sale con una editorial, se hace conocido y sigue con editorial. Y después estamos los curiosos que queremos saber cómo funcionan las dos caras de la moneda. Intento no enarbolar ciegamente banderas sino preguntarme qué es lo mejor para mi carrera en este momento.

—¿Y hacia dónde va tu carrera en este momento?

—Hacia una situación en la que se maximice mi libertad y se diversifiquen las formas de llegar a lectores. Hay gente que sólo compra en librerías y otros sólo en Amazon. Yo quiero tener la posibilidad de que me lean los dos grupos.

—¿Y eso cómo se consigue?

—Estando presente en ambos mercados. El de la autopublicación está abierto a cualquiera, pero para entrar en las librerías hay que ir de la mano de una editorial. Sé que parece que estoy dando vueltas y que habría sido más fácil responderte «sí, el modelo híbrido es el ideal». Sin embargo, dar una respuesta categórica sería irresponsable, porque el mundo de los autores es muy variado y no hay un modelo que les venga bien a todos. La prueba está en que hay autores exitosísimos en las tres categorías (sólo con editorial, sólo autopublicados e «híbridos»).

—Tenemos claros los ejemplos de autores que han triunfado con editorial, pero dame un ejemplo de escritor o escritora que triunfe como autopublicado y como híbrido.

—Autopublicados, Fernando Gamboa y Marc Reklau. Híbridos, Lorena Franco y Marcos Chicot.

—¿Los libros autopublicados que triunfan son diferentes de los que triunfan de la mano de una editorial?

—Esa es una pregunta que llevo años haciéndome. Evidentemente algo hay, porque hay libros que triunfan como autopublicados y luego salen con una editorial y les va muy mal. La explicación no la tengo muy clara. Podría ser que el público que compra libros autopublicados es diferente al que compra en librerías, o podría ser que cuando un libro se republica la máquina de ventas (ya sea un algoritmo o un librero) tiene que empezar desde cero. Y que a un libro le haya ido bien una vez no significa que vaya a irle bien dos veces, porque hay un factor suerte importante en cada lanzamiento.

—Pero en este caso te refieres a autores que publican un mismo libro de las dos formas. Sin embargo, hay autores que intentan dar el salto a la publicación tradicional con un libro diferente y no consiguen, ni de lejos, el mismo éxito.

—Lo más probable en ese caso es que sea debido a que el autor está entrando a un nuevo mercado. Nadie lo conoce, no hay histórico de ventas. Tampoco hay libreros ni algoritmos que sepan nada de ese autor para decidirse a apostar por él. Sólo cuenta con el empuje de márketing que pueda proporcionarle la editorial. Empezar en un nuevo mercado es casi empezar de cero.

—Algunos escritores piensan que para ser considerado escritor profesional hay que publicar siempre con editorial. ¿Por qué crees que existen estos prejuicios?

—Porque antes la autopublicación era el último recurso. Cuando ninguna editorial te abría la puerta, autopublicabas. Ahora eso está cambiando y los dos modelos coexisten en paz.

—¿Cuáles son los pasos que debe dar un autopublicado para tener éxito en su carrera profesional?

—Paso 1: Escribir y «empaquetar» el libro con absoluta profesionalidad. El texto, la portada y la descripción no deben tener nada que envidiar a un libro publicado por una gran editorial. Paso 2: Aprender a promocionarse. Las cosas que han funcionado para mí son la lista de correo y los anuncios de pago en Amazon. Por otro lado, las redes sociales en mi caso han sido una pérdida de tiempo (es fácil ganar corazoncitos, pero muy difícil que se transformen en lectores).

—¿Cuáles son tus referencias literarias?

—Las dos que me vienen a la mente ahora son Eduardo Sacheri y Claudia Piñeiro.

—¿Y qué tiene tu literatura de cada uno de ellos?

—Muy poco. Estoy a años luz de su calidad literaria [risas]. Algo que ellos hacen muy bien y que yo también intento es narrar una historia con una identidad geográfica clara (Argentina, por ejemplo) sin que esto dificulte la lectura a personas de otros países. Es un trabajo de funambulista que requiere mucho esfuerzo, pero vale la pena.

—¿Habrá pronto un nuevo thriller ambientado en la Patagonia?

—¡Siempre!