Una historia, una biografía, un manifiesto: un manifiesto fiero. Nastassja Martin cree fieramente en lo que dice, lo cree con sangre. En Creer en las fieras, de Errata Naturae, crees lo que ella cree. Que el animismo de las culturas nativas es real, existe, aunque nos hayamos olvidado de él. Que las tribus de Alaska o las de Kamchatka se relacionan de forma especial con los seres vivos no humanos. Con los bosques y los renos y los osos. Lees a Nastassja Martin y tú también lo crees. Porque su cabeza estuvo dentro de las fauces de un oso, porque el oso le rompió el cráneo y se llevó un trozo de su mandíbula y después la abandonó.
Y ella ha decidido que ese estar viva es estar medio viva, y su otra mitad es un oso.
Nastassja Martin es una antropóloga francesa, tiene 35 años y una alborotada melena rubia. Ha vivido entre los indígenas de Alaska, de esa experiencia nació Las almas salvajes: La resistencia de un pueblo de Alaska frente a Occidente —de próxima publicación en Errata Naturae—. Y ha vivido en Kamchatka, con los evenos. Allí transcurre parte de este libro, en una península en el lejano oriente ruso, con un parque natural de más de un millón de hectáreas. Un lugar extraño, de clima subártico, habitado por animales salvajes, bosques interminables, una base militar rusa en la que está prohibido entrar y volcanes que son Patrimonio de la Humanidad.
“De pequeña yo ansiaba vivir porque existían los animales salvajes, los caballos y la llamada del bosque; las grandes llanuras, las altas montañas y el mar bravío; los acróbatas, los funambulistas y los contadores de historias”, escribe en su libro. Lo contrario, dice, eran las aulas, la escuela. Una niña que no encontraba su lugar en la Francia de principios de los 90. Hasta que su padre le regaló un libro sobre tribus en todo el mundo y descubrió que eso era lo que quería hacer: vivir como esas tribus. Estudió Antropología, el famoso antropólogo Philippe Descola —experto en pueblos amazónicos— le dirigió su tesis y se embarcó en la investigación del animismo. Empezó a profundizar en las relaciones entre los humanos y las criaturas de la naturaleza; primero en Alaska, después en Rusia. Hasta que su encuentro con el oso la convirtió en objeto de su estudio. Su rostro deformado daba lugar a mil preguntas. ¿Qué es un ser humano sin rostro? Los evenos empezaron a llamarla miedka, mujer mitad oso.
Creer en las fieras arranca con el ataque del oso: frases certeras, de precisión científica, trepidantes. Y ese arranque te coloca dentro de la yurta de un eveno, en medio de la nieve y la naturaleza salvaje. Porque la naturaleza de la autora es esa, salvaje. Y entiendes por qué se parte en dos cuando tiene que regresar a Francia y su familia tira de una de las mitades y la fiera que lleva dentro tira de la otra.
Este libro, exquisitamente editado y traducido, es la historia de cómo alguien se levanta de entre los muertos. Muy pocos humanos sobreviven a un ataque perpetrado por un oso. Nastassja sobrevive. Y nos cuenta cómo se queda marcada física y espiritualmente por ese encuentro. Cómo pasa por un hospital ruso —y sus métodos— y después por uno francés —y sus métodos, que no son mejores que los siberianos— y la guerra fría que se desata entre los facultativos. Hace antropología de la cirugía. Hace antropología de sí misma. Y mientras yace en esas camas y va y viene y revive su enfrentamiento con el oso, y lo sueña, y lo siente, se plantea las mismas preguntas una y otra vez: ¿qué nos distingue de los animales? ¿Tienen alma los animales? ¿Podemos comunicarnos con ese alma?
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Autora: Nastassja Martin. Título: Creer en las fieras. Editorial: Errata Naturae. Venta: Todostuslibros y Amazon.
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