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Anne Weber: “No es el contenido lo que le da la calidad a un libro, sino la manera en que se cuenta”

Anne Weber: “No es el contenido lo que le da la calidad a un libro, sino la manera en que se cuenta”

La escritora y traductora alemana Anne Weber (Offenbach, 1964) ha escrito Annette, una epopeya (AdN) un libro único y bello, una biografía a modo de épica sobre Anne Beaumanoir, una mujer de 98 años que se unió a la Resistencia Francesa a los diecinueve, estudió medicina especializándose en neurofisiología, salvó a dos judíos de la muerte y formó parte del gobierno argelino. Verdaderamente, su vida merecía esta gesta. Lo confirma el hecho de que Weber ganó con Annette el Premio Alemán del Libro 2020.

¿Cómo y cuándo conoció a Annette Beaumanoir?

"No fue solamente lo que dijo sino que sentí una especie de flechazo hacia ella porque tenía una manera de hablar muy viva"

—La conocí por casualidad hace cuatro o cinco años en el sur de Francia, en un pequeño festival de cine documental. Yo formaba parte de una mesa redonda en torno a un documental sobre el nacionalsocialismo y la generación posterior, los hijos de… Ya sabes que muchas veces a los escritores nos invitan a este tipo de debates, aceptamos la invitación y después hablamos un poco como si supiéramos algo, y cuando el público pudo tomar la palabra, una mujer menuda, mayor, de ojos muy claros, se levantó y comenzó a hablar, y me dije a mí misma: «Soy una idiota, era ella la interesante, la que había vivido esa época». Ella debería haber estado en mi lugar en esa mesa. No fue solamente lo que dijo sino que sentí una especie de flechazo hacia ella, porque tenía una manera de hablar muy viva, con muchísima vivacidad, y además es una bellísima mujer mayor. Toda su persona me subyugó. 

¿Cómo definiría a Annette? No será fácil.

—No, no lo es, pero la definiría como una mujer valiente, con determinación y con una manera de ser inquebrantable al desaliento. A fin de cuentas, todas sus esperanzas y sus deseos la tuvieron que decepcionar. Tuvo muchas desilusiones, pero nunca perdió la esperanza. Siempre continuó y continúa siendo una mujer comprometida con su causa.

Le escuché contar en una entrevista que no ha podido regresar a Argelia.

"Hay que tener en cuenta que en Argelia gobiernan los mismos desde los años 60. Siempre el mismo clan"

—Sí, así es, porque hace cuatro años alguien hizo un documental sobre ella. Hasta ese momento era más o menos desconocida, pero ese documental se difundió en FR3 en Francia y dejó de ser tan anónima. Hay que tener en cuenta que en Argelia gobiernan los mismos desde los años 60. Siempre el mismo clan el que ha acaparado el poder y la riqueza de ese país, porque es un país muy rico en recursos. Como Annette está totalmente en desacuerdo con el gobierno, allí no la quieren porque gobierna un partido único, autoritario. 

Usted escribe tanto en alemán como en francés. ¿Cuándo elige hacerlo en una lengua o en la otra?

—No es exactamente así, no decido con cada libro en qué lengua voy a escribir. Mis dos primeros libros publicados fueron escritos en francés, y desde hace por lo menos siete libros lo hago a la inversa. Escribo primero la versión alemana y hago inmediatamente después una versión francesa.

¡Eso es doble trabajo!

"Cuando se traduce se ven todas las debilidades de la frase. Se ve si algo falla o cojea"

—¡Sí, lo es! Esta vez estoy muy contenta de que Belén Santana me haya traducido al español y de que este libro haya llegado a muchas otras lenguas, y que otros traductores que no sean yo misma se ocupen, porque es mucho trabajo y tiene además un lado despiadado, ya que nadie pasa más tiempo sobre una frase que un traductor o una traductora. Muchas veces mucho más tiempo que el propio autor. Cuando se traduce se ven todas las debilidades de la frase. Se ve si algo falla o cojea. Cuando te traduces a ti misma tienes la tentación de volver al original y de corregirlo a la luz de la traducción. 

El premio que ha ganado en Alemania es importante. ¿Qué le ha aportado?

—Me ha aportado muchos más lectores, más de 200.000 en Alemania, una cifra totalmente inesperada, porque no es un libro predestinado a ganar ese tipo de premio, y también me ha otorgado un reconocimiento y haber sido traducida a una docena de lenguas por el momento, pero habrá más.

También ha conseguido que muchas personas conozcan la figura de Annette Beaumanoir.

—Sin duda. No será conocida en el mundo entero pero sí en muchos países gracias a este premio.

Anne Beaumanoir, de joven

¿Por qué cree que no es una mujer sobre la que se haya oído hablar demasiado, al menos en España?

"Para Annette es prácticamente imposible que el Estado francés le rinda un homenaje oficial porque realmente fue condenada a diez años de prisión por un tribunal militar"

—No es una mujer que haya recibido muchos reconocimientos, por el momento. Creo que hay varios motivos para que no haya sido muy conocida. El primero que durante la Resistencia era una chica joven y no tuvo mucha responsabilidad. Se conocen grandes personajes de la Historia, grandes resistentes como Jean Moulin o incluso mujeres como Geneviève de Gaulle-Anhonioz, cuyos restos se han trasladado al Panteón Nacional, pero tenían más edad en la época de la Resistencia y tenían responsabilidades más importantes y, sobre todo, no tuvieron ese nivel de compromiso que tuvo Annette con la guerra de Argelia. Para Annette es prácticamente imposible que el Estado francés le rinda un homenaje oficial porque realmente fue condenada a diez años de prisión por un tribunal militar francés y hubo una amnistía muy tardía, al cabo de nueve años. Cumplió condena seis meses en Marsella y luego se escapó, pero no pudo regresar a Francia en diez años. Los franceses que ayudaron a los argelinos siguen siendo considerados como traidores, o como terroristas o personas que ayudaron a los terroristas. 

¿Fue fácil hablar con ella?

—Sí, a ella le gusta contar su historia y hablar de esa época. Es muy abierta. 

¿Se vieron muchas veces?

—Esa noche que se quedó a la cena, estuve sentada a su lado y estuvimos charlando un buen rato; volví a visitarla tres semanas más tarde y enseguida me acogió en su casa. Pronto quise volver a verla, no porque tuviese pensado escribir un libro sino porque la sentí como una amiga. 

¿Cómo surgió la idea de escribir sobre ella?

"No era un libro literario y tampoco era su pretensión; me dio algo de rabia que no fuera un libro que pudiera llegar fácilmente a la gente"

—Curiosamente me dio a leer su autobiografía, o creo que la compré, y me apasionó. Está repleta de detalles muy interesantes pero era un libro que aunque transmitía su pasión se notaba que no estaba escrito por una escritora. No era un libro literario y tampoco era su pretensión; me dio algo de rabia que no fuera un libro que pudiera llegar fácilmente a la gente. Es más el tipo de libro que se escribe para dejar como legado a los hijos y nietos.

¿Eso le hizo pensar en escribir sobre su vida de otra manera?

—Exacto. Así fue. Pensé mucho sobre cómo hacerlo. ¿Cómo contar la vida de un personaje que no es ficción y que sigue viva y me confía su historia? Me pregunté si podía disponer de su historia a mi conveniencia. Para mí, la cuestión formal, cómo contarlo, era también una cuestión moral. Entonces me acordé de esa antigua forma literaria, la epopeya, era una manera de apropiarme literariamente de esa historia sin tener que crear una ficción. Dándole un ritmo a través del que crear una ligera distancia, ya que, por razones de conciencia, quería evitar escribir una novela. Con este ritmo, yo creo que el lector ve que no es la verdad sobre Annette lo que se cuenta, sino que es un punto de vista particular de alguien que es una especie de narrador o trovador que da su punto de vista sobre lo que ocurre. Me pareció más honesto crear esta ilusión.

¿A Annette le gustó su idea?

—Al principio fue algo escéptica, pero el resultado le gustó. Me dijo, ¡es formidable, pero no soy yo! Y eso me preocupó un poco al principio; pero luego me paré a pensar un poco y me dije que era normal. Evidentemente no es ella. Es ella tal y como yo la veo. En todos los libros hay una parte de realidad y una parte de imaginación. No es el contenido verdadero o falso lo que le da la calidad a un libro, sino la manera en la que la historia se cuenta.

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