Periférica es una editorial de cabecera de esas que sabes que no te va a fallar; y que cuando quieres llevarte a la boca literatura de la buena sólo tienes que buscar sus características tapas y comprar. A ciegas; porque por entre el ruido abrumador de tantos títulos, carteles, premios, mesas de novedades; jóvenes autores o viejas glorias, de pronto alguien te toca en el hombro y te pone uno de sus libros entre las manos y tú sabes que va a ser bueno, que vas a disfrutar. Esa debe ser la labor de una editorial y es la labor de Periférica desde que nació, en 2006, de la mano de Paca Flores y Julián Rodríguez. En estos diez años, el sello se ha ampliado poniendo a disposición de los lectores cuatro grandes colecciones de “clásicos recuperados”:
—Biblioteca portátil; la más antigua del sello que constituye la colección rescate de autores que entre la Ilustración y el fin del siglo XIX conformaron una idea de Europa y del mundo.
—Pequeños tratados, colección dedicada exclusivamente a la “no ficción”.
—Largo recorrido, centrada en la literatura de los siglos XX y XXI; en esos “clásicos recientes”, y gracias a la cual en España por primera vez pudimos leer una de las mejores traducciones de mi amada Elisabeth Smart y su inolvidable “En Grand Central Station me senté y lloré”.
—La hora feliz que es la colección más reciente nacida en 2011 para- como la define la propia editorial-, luchar contra la anunciada «desmaterialización» del libro. Novelas ilustradas, novelas gráficas, álbumes de historietas, tiras cómicas, libros de arte…
Una editorial que en sus diez años de vida no ha dejado de arriesgarse apostando por la literatura de siempre que sus responsables se propusieron recuperar (para eterno agradecimiento de todos los lectores) casi como una protesta. Periférica edita libros en defensa propia y por amor a la memoria, y es de justicia reconocerlo.
María Zef es una de esas joyitas recuperadas por Periférica que hoy queremos mostrar en Zenda. Se trata de una de las novelas más exitosas de la escritora italiana Paola Drigo (1876-1938) celebrada en 1936 como un ejemplo innovador del verismo ya tardío y hoy calificada en los términos de gran novela de referencia del Novecento.
Por desgracia la muerte de la autora y la Segunda Guerra Mundial arrasaron la memoria de este título, que tendría su continuación en el neorrealismo, cuya huella impregnó para siempre nuestra memoria gracias al cine italiano de los años 50. Como si se tratara de un largo guión de Vittorio de Sica, Drigo nos narra con serena lucidez y destellos de ternura la tragedia y el abandono al que estaban abocados los sectores más bajos de la comunidad en el marco preindustrial de la Italia del Norte. Para ello la autora da voz a las mujeres, siempre las más silenciadas por la vida y la Historia, creando un delicado retrato de época donde las campesinas, como en un cuadro de Millet, luchan con serena desesperación contra la naturaleza, el dolor, la incultura, el destino.
Si el Sur de Italia tuvo su retrato verista en La terra trema de Giovanni Verga, el Norte se dejó retratar por la cámara lúcida de Paola Drigo en Maria Zef. Su historia es también la nuestra; la de esa Europa a la que pertenecemos que entonces apenas comenzaba a renacer de las cenizas de la Gran Guerra y que ahora, dos siglos después, casi nadie es capaz de reconocer o recordar. Es una lección de vida y un sano ejercicio para la memoria leer esta novela. Desde Zenda agradecemos a Periférica este gran regalo literario.
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Autora: Paola Drigo. Título: Maria Zef. Editorial: Periférica. Edición: Papel
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