En 1961, Margaret Atwood (El cuento de la criada) publicó su primera obra, un poemario titulado Double Persephone; ella misma hizo 220 copias y diseñó su propia portada. Federico Moccia (A tres metros sobre el cielo) se decidió por la autopublicación con su primera novela, y el boca oreja le obligó a reeditar, una y otra vez, más ejemplares ante la gran demanda de lectores que querían leer su obra. Virginia Woolf fundó su propia editorial junto a su marido para imprimir sus obras.
Ellos fueron pioneros, pero el gran hito en el mundo de la autopublicación se produjo con Kindle Direct Publishing de Amazon. A España llegó hace 10 años. Con motivo de este aniversario hablamos con autores como Esteban Navarro Fernando Gamboa y Lorraine Cocó, que comenzaron usando esta herramienta de publicación y han conseguido convertir la escritura en su profesión.
Después de las charlas con Lorena Franco y Cristian Perfumo, hoy lo hacemos con Marcos Chicot, un autor que ganó en 1998 el Premio de Novela Francisco Umbral con su novela Diario de Gordon. Dos años más tarde escribió una novela juvenil que fue reconocida con el Premio Internacional Literario Rotary Club. El reconocimiento del público y la crítica le llegó de la mano de El asesinato de Pitágoras (2013), que en el año de su publicación en Kindle Direct Publishing fue el ebook en español más descargado del mundo, y que tras mantenerse varios años en los primeros puestos se ha convertido en el más vendido de todos los tiempos en este idioma. En el año 2016 fue galardonado como Finalista del Premio Planeta con su novela histórica El asesinato de Sócrates.
A continuación conversamos con él sobre su experiencia como autor autopublicado.
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—¿Cómo ha cambiado el sector de la autopublicación desde que usted empezó su carrera literaria?
—Se ha profesionalizado mucho. Los escritores que se autopublican lo hacen con mucha más experiencia. Se maqueta mejor, las portadas son de más calidad, también las descripciones… Cuando yo empecé, en 2013, Amazon llevaba poco tiempo en España, y se notaba más la diferencia con los autores de editorial, pero eso se ha reducido. Ahora hay más profesionalización, como decía, pero también más competencia. Actualmente es más difícil tener éxito con un ebook y conseguir mantenerse en lo más alto durante un tiempo prolongado. En la parte positiva, la popularización del ebook como formato de lectura permite llega a más lectores, con un alto grado de fidelidad.
—¿Se ha sentido infravalorado o marginado por autopublicarse?
—En mi caso no. Pero yo he tenido muchas suerte. Mi ebook fue número uno en solo una semana, se convirtió en el más vendido en el mundo hispanohablante de ese año y a los dos meses tenía editoriales de todo el mundo interesadas en publicarlo. MI caso fue un poco atípico. Yo no me sentí infravalorado sino todo lo contrario. Recibí mucha atención tanto por parte del público, que lo colocó en el número 1 de ventas, como de las editoriales que se interesaron por publicarlo en papel.
—¿Es necesario tener una comunidad de seguidores para poder triunfar con libros autopublicados? ¿Cómo se consigue tener una?
—Yo creo que no es necesario. Si ya la tienes está bien para que te ayude a subir en los rankings, pero yo puse el libro sin tener preparada la página web ni decírselo a mi familia, y al poco tiempo el libro empezó a subir como la espuma en las listas de ventas. Puede ser una ayuda, pero no es imprescindible. La mayor comunidad que hay es la de los lectores de libros digitales.
—De 0 a 10, ¿cómo de necesarias son las redes sociales para un autor que se autopublica? ¿Y cómo lo son para un escritor con editorial?
—Me resulta difícil puntuar sin generalizar. Cada caso es diferente. El tiempo empleado en trabajar como un loco para construir una gran red social es mejor dedicarlo a escribir tu siguiente novela. Si tengo que contestar a la pregunta, le doy un 5 para un autor que se autopublica y un 3 para alguien que tenga una editorial, que ya va a trabajar en la difusión en esos canales. En mi caso, me parece artificial estar opinando todo el tiempo en redes sociales. Tampoco tengo mucho que decir entre un libro y otro. Yo no las veo muy útiles y tampoco me siento muy identificado con las redes.
—¿Es diferente escribir para vender ebooks en Internet que novelas de papel en librerías?
—No. Yo nunca me planteé escribir de una forma diferente porque fuese a publicar en papel o en otro formato, como un audiolibro. Mi único planteamiento es ver cómo llego a los lectores. Para mí hay vías y formatos, pero la historia se disfruta igual. No hay diferencias ni en la hora de escribir ni de leer.
—Corrección de estilo, ortotipográfica, diseño… ¿Qué servicios y herramientas son imprescindibles para una correcta autoedición? ¿Ha conseguido la autopublicación estar al nivel de la edición tradicional en esos aspectos?
—Hay muchos casos diferentes. Para mí es imprescindible tener un núcleo de 10 personas que se lean y te hagan comentarios sobre la novela. Más que una corrección de estilo, es una ayuda sobre frases y palabras concretas. El corrector de estilo también te aporta algo importante: que no haya expresiones mal utilizadas, que la narración fluya. Si vas a autopublicar es necesario que recurras a gente con experiencia o una empresa profesional. Las sugerencias de un corrector de estilo siempre suman en el libro, marcan la diferencia entre una novela que esté bien pulida o que esté descuidada.
—¿Cuál fue su mayor error al autopublicarse? ¿Y su gran acierto?
—Ahora solo te acuerdas de lo que ha funcionado, pero también muchos caminos que se abandonaron. Al principio, solo durante dos semanas, intenté publicar en digital y también en papel. Fue un error. Era inviable por el esfuerzo que suponía, y también por lo que conseguías. Necesitas probar cosas, pero es mejor siempre dedicar esas energías extras a dedicarse a escribir. Mi acierto fue dedicar mucho tiempo a leer a los gurús de la autopublicación en Estados Unidos, sobre todo a los que habían tenido éxito. Me repasé el top 100 de los ingleses y de los hispanohablantes. Consejos sobre cómo debe ser la portada y otros aspectos de la publicación. Dediqué muchas horas a ese trabajo, que me permitió acertar con la portada, el título y la descripción. Todo eso permitió que el libro fuese número uno sin ni siquiera decírselo a mi familia. Si te lo estudias todo bien antes te evitas tener que estar haciendo muchas pruebas.
—Para finalizar, un consejo “imprescindible” para todos los que en este momento están pensando en autopublicar su obra.
—Ser muy exigente. Dedicarle mucho tiempo a la escritura y al resto del proceso. Buscar una buena portada. Un título que enganche. La descripción es muy importante. Las dos primeras frases son fundamentales. La novela debe estar muy pulida. Hay que ser muy crítico con uno mismo. Hay que huir de los halagos y centrarse en las críticas constructivas. Viene muy bien meter la novela en un cajón y retomarla dentro de un tiempo; luego vas a ver el texto con una mirada más fresca.
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