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Tessa Hadley explora la revolución sexual de los años 70 en «Amor libre»

Tessa Hadley explora la revolución sexual de los años 70 en «Amor libre»

La escritora Tessa Hadley lleva al lector hasta la Inglaterra de finales de los sesenta en su nuevo título, Amor libre, en el que, sin olvidar la ironía, reflexiona sobre el amor romántico y lo que supuso la revolución sexual para hombres y mujeres.

Escritora «sigilosa», que publicó su primera novela a los 47 años y que cuenta entre sus seguidoras con figuras reconocidas como Zadie Smith y Chimamanda Ngozie, llega de nuevo a España, tras Lo que queda de la luz, con una obra, que publica Sexto Piso y con la que muestra la ruptura cultural que se produjo en el Reino Unido en los años sesenta a raíz de la denominada revolución juvenil.

En el Londres de 1967, una atractiva ama de casa en la cuarentena, Phyllis, casada con Roger, que tiene un trabajo estable en el Ministerio de Asuntos Exteriores, y es madre de dos hijos, se siente una noche atraída por un joven invitado, hijo de unos viejos amigos, con el que acabará besándose y tomando una decisión que nadie espera.

Acompañada por sus editores españoles, Hadley ha señalado hoy que en 1967 contaba con once años y, aunque tiene recuerdos claros de aquella época, relacionados especialmente con olores o con las conversaciones que oía a sus progenitores, no fue hasta mucho más tarde que fue consciente de que fue una época «que supuso un cambio». «En esos años —ha proseguido— se produjo la revolución sexual, que supuso mucho, especialmente para los hombres. Fue una revolución que enfatizaba que se podían desmontar ideas hasta entonces muy bien entendidas, como que estaba bien ser bueno».

Para Hadley, todas las revoluciones «son problemáticas y, en el caso de aquella de los años sesenta-setenta, no estoy diciendo que implicara acabar con un mundo mejor, pero sí que supuso un cambio importante». Si se leen testimonios de la contracultura, «te das cuenta de que había mujeres valientes y que no tenían ningún miedo con su sexualidad, además de que llegaron los métodos anticonceptivos, que acabaron beneficiando más a los hombres que a las mujeres», ha señalado.


«Cuando pienso en mi madre, cuando tenía unos treinta años, me doy cuenta de que tenía una nueva presión porque, siendo como era muy atractiva, tenía que tener la casa a punto, los niños cuidados y la comida en la mesa, como siempre, y, a la vez, debía mostrarse sexy y atractiva».

Reconociendo que en este momento no debería utilizar según qué metáforas, Hadley, sin embargo, ha indicado que como autora le gusta «generar un poder explosivo, buscar algo que desmonte, trastoque las convenciones, lo que más implantado está en las sociedades y ver qué ocurre cuando dejas caer esta bomba».

Autora que ha tratado en otras ocasiones sobre el amor romántico, las relaciones personales y la psicología humana, en Amor libre no ha obviado que también ahonda en lo que provoca el miedo a envejecer. Con ganas de que este libro fuera más que una historia de amor, Hadley, nacida en Bristol en 1956, ha dicho que si bien hay «pasión y romanticismo, si una se fija en las frases ya ve que se crea un cierto distanciamiento, y a medida que avanza la historia se ve que la relación romántica que tienen Phyllis y el joven Nicky, en realidad, no es la solución a nada».

Por otra parte, no ha escondido que con sus relatos busca generar «una cierta incomodidad en el lector».

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Pepehillo
Pepehillo
2 años hace

Llega un grupo de burguesía con costumbres ligeras y se creen que han inventado algo. Luego le llaman ‘revolución sexual’ y parece que hayan hecho historia porque les da por contar y volver a contar que han echado unos polvos en su lejana juventud. Hay que jorobarse. La diferencia con la generación anterior es que no aireaban su vida de alcoba, seguramente porque tuvieron experiencias más intensas en su vida.