Kate Bush es una artista británica que ha maravillado a mucha gente desde que irrumpió en la escena musical a los 19 años, a finales de los 70. En un momento en que el típico modelo de banda de rock compuesta por cuatro tíos melenudos empezaba a estar demasiado visto, esta niña precoz que empezó a escribir música a los 11 años añadió referencias literarias y expresivas coreografías de danza a sus composiciones, usando además su propia voz en registros diferentes para aumentar la sensación de estar ante algo nunca presenciado antes. Quien vea por primera vez el videosingle con el que debutó en la música profesional, “Wuthering Heights” (sí, “cumbres borrascosas”, titulado así aposta, e inspirado por la novela de Emily Brontë) no se sentirá indiferente: o pensará “quién es esta asombrosa criatura que desde ahora es mi artista favorita de todos los tiempos”, o pensará que de dónde han salido esos alaridos infernales. Pero desde luego una ha de tener arrestos para iniciar así una carrera musical a los 19 años, y después mantenerla de forma consistente. Bush además ejercía desde el principio un gran control sobre su propia obra, imponiendo a la discográfica cuál iba a ser el primer single de sus discos y eligiendo con qué coreógrafos o bailarines iba a trabajar.
No todas sus propuestas visuales y musicales han tenido la misma fortuna, a veces con sonidos o melodías demasiado discordantes para el gusto mayoritario, pero con “Running Up That Hill” consiguió seguramente una de las cumbres de su carrera, logrando una poción mágica hecha de dramatismo, pasión y percusión memorable, donde hasta Dios sale a relucir. Llegó al número 3 en las listas británicas, y pasó a la historia como uno de los temas que recordar de los 80. En 2012 se hizo una remezcla/regrabación para la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres (subir, correr, Dios, drama, esfuerzo físico, danza, quedaba todo muy a propósito), y en 2022 se usó de forma notoria en la cuarta temporada de Stranger Things, como canción “ancla” a la que recurre uno de los personajes para no perder el contacto con la realidad. Redescubierta por una nueva generación, llegó al número 2 esta vez, y habría sido número 1 de no ser por nuevas reglas que dificultan que temas reestrenados puedan volver a copar puestos altos en las listas.
[Edit: horas después de publicarse esta entrada, en la lista británica estrenada el viernes 17 de junio de 2022 por la tarde, «Running Up That Hill» llegaba al número 1]
Una de las partes más conocidas de la letra es la que dice “si pudiera, haría un trato con Dios para intercambiarnos el lugar”. Así, en crudo, parece que quienes van a intercambiar lugares son Dios y ella, pero no: según la propia artista ha dicho, la canción trata sobre esos momentos en los que, al no llevarte bien con tu pareja, las diferencias parecen ir más allá de lo personal, para convertirse en diferencias entre los sexos, o sea, que hay veces en que una pareja (heterosexual en este caso) no puede llevarse bien, simplemente porque uno es un hombre y la otra es una mujer, y a veces parecen dos tipos de criaturas diferentes e irreconciliables. Ojalá, pues, pudiéramos hacer un pacto con el diablo (o, mejor aún, con Dios) para intercambiar puestos tú y yo y ver de primera mano cómo ve y siente las cosas el otro / la otra. De hecho, al principio el título de la canción iba a ser “Deal With God”, pero la discográfica pensaba que ese título iba a provocar rechazo en países más religiosos, así que se cambió para el single, pero en el álbum, Hounds of Love, se usó como añadido entre paréntesis: “Running Up That Hill (Deal With God)”. Así pues, la próxima vez que te pelees con la media naranja, ya sabes: pon a Dios por testigo, a ver si ayuda.
Versión instrumental con coros, para hacer karaoke quien ose
En directo con su mentor, David Gilmour, de Pink Floyd, a la guitarra
En la ceremonia de clausura de los Juegos de Londres 2012
Letra y traducción
It doesn’t hurt me.
Do you want to feel how it feels?
Do you want to know that it doesn’t hurt me?
Do you want to hear about the deal that I’m making?
You, it’s you and me.
If I only could, I’d make a deal with God,
and I’d get him to swap our places.
Be running up that road,
be running up that hill,
be running up that building.
If I only could, oh.
You don’t want to hurt me,
but see how deep the bullet lies.
Unaware, I’m tearing you asunder.
Ooh, there is thunder in our hearts.
Is there so much hate for the ones we love?
Tell me, we both matter, don’t we?
You, you and me.
It’s you and me won’t be unhappy.
If I only could,
I’d make a deal with God,
and I’d get him to swap our places.
Be running up that road,
be running up that hill,
be running up that building.
If I only could, oh.
C’mon, baby, c’mon darling,
let me steal this moment from you now.
C’mon, angel, c’mon, c’mon, darling,
let’s exchange the experience, oh.
And if I only could,
I’d make a deal with God,
and I’d get him to swap our places.
Be running up that road,
be running up that hill,
with no problems.
—
No me hace daño.
¿Quieres sentir lo que se siente?
¿Quieres saber que no me hace daño?
¿Quieres oír sobre el trato que estoy haciendo?
Tú, somos tú y yo.
Si pudiera, haría un trato con Dios,
y le haría intercambiarnos nuestros lugares.
Subiría corriendo por esa carretera,
subiría corriendo esa colina
subiría corriendo ese edificio.
Solo con que pudiera.
No quieres hacerme daño,
pero mira a qué profundidad yace la bala.
Sin saberlo, te estoy haciendo pedazos.
Oh, hay truenos en nuestro corazón.
¿Hay tanto odio por los que amamos?
Dime, los dos importamos, ¿verdad?
Tú, tú y yo.
Somos tú yo los que no seremos infelices.
Si pudiera, haría un trato con Dios,
y le haría intercambiarnos nuestros lugares.
Subiría corriendo por esa carretera,
subiría corriendo esa colina
subiría corriendo ese edificio.
Solo con que pudiera.
Vamos, cariño, vamos, amor,
Déjame robarte este momento ahora.
Vamos, ángel, vamos, amor,
Intercambiemos la experiencia.
Si pudiera, haría un trato con Dios,
y le haría intercambiarnos nuestros lugares.
Subiría corriendo por esa carretera,
subiría corriendo esa colina
sin problemas.
Traducción de Rogorn Moradan
En el bar de Lola, cuando ella está de humor, a veces te deja pedir una canción. Eso sí, te vas tú a la máquina, te la buscas y te la pones tú, y luego te las apañas con los aplausos o los abucheos de la concurrencia. Si algún zendadano se anima, que busque cambio en el bolsillo, pida la siguiente y nos cuente algo sobre ella.
@ChuckDamniels escribió en Twitter: «Ya están los melenudos, ¿pero que pasa por llevar melena y ser rockero? De esa señorita se acordarán 4 nostálgicos. Tan desfasados los grupos de «melenudos» que nació la New Wave of British Heavy Metal (NWOBH) a la que pertenecieron grupos sin transcendencia como Iron Maiden, morörhead, Judas Priest, Def Leppard, Saxon, Venom y un larguísimo etcétera. En los 80 el heavy vivió su década de oro. Bandas que siguen en activo y dando giras mundiales (morörhead no, murió Lemmy) . Llenando estadios por donde pasan. Además fueron el germen del heavy a nivel mundial. Tenían un grave problema llevaban melenas. ¡Qué ardan las piras, herejes! ¡Melenudos como Cristo, horror!»
«Melenudos» son (o eran) Iron Maiden, Black Sabbath o Motörhead, pero también Led Zeppelin, Deep Purple, los Rolling, los Beatles, Queen, U2, The Cure, Europe, Yes, Genesis, y muchos otros que no tenían nada que ver con el heavy, así que no veo por qué el rock duro ha de apropiarse el adjetivo. Si nos metemos por el pop de los 80, había melenas por todas partes (Duran Duran, Modern Talking, Abba, los Bee Gees), a veces sin guitarras siquiera que las acompañaran. Hasta Mocedades eran melenudos. ¡La propia Kate Bush lleva unas greñas que pa qué! Cuando escribí eso, eran todos estos últimos grupos en quienes estaba pensando, no en el heavy metal. Pero enfocándose en eso se pierde el motivo principal de lo que quería decir, y es que Kate Bush venía a ofrecer al panorama musical algo completamente alejado del esquema más habitual de la música europea, que es una banda de pop o rock, en sus diversas modalidades, desde lo más heavy a lo más melocotón, cuyo esquema básico, con variaciones posibles, era cuatro tíos: guitarra, bajo, batería y vocalista, en aquel entonces habitualmente de pelo largo. Simplemente me refería a eso. Las discográficas siempre eran mucho más receptivas a la hora de dar una oportunidad a ese tipo de propuesta musical que a la completamente inusual de Bush, y ese precisamente era al gran reto al que se enfrentaba: mantener la música que quería ofrecer, junto a la parte visual y de danza, dentro de una industria en la que no había nadie como ella (y no ha vuelto a haberla, en realidad). Y encima encontrar público y tener el éxito suficiente como para continuar su carrera.
Lo otro que escribí fue «demasiado visto», pero no en el sentido de «desfasado», «pasado de moda» o «sin nada que ofrecer», sino en el sentido de «está por todas partes», «abunda mucho», «es la propuesta dominante». Como ahora el reggaeton, por ejemplo. Es más, cuantos más ejemplos me pone de cuántos grupos de rock hubo, cuántos seguidores tienen y cuánto continúan actuando, más me da la razón en este punto: Estaban. Muy. Vistos. Eran. Lo. Dominante. Cuando llegaban las nuevas demos a las manos de los productores, ¿de verdad hacía falta otra banda de rock más? Pues dependería de su calidad. Y a eso es a lo que se enfrentaba Kate Bush, toda una escarpada colina que escalar. Lo cual no quiere decir que sean malos, en absoluto. Nada hay más visto desde la prehistoria que los Rolling, y ahí siguen maravillando a la gente este mismo mes. Y que siga siendo así.
En cuanto a «melenas, grave problema», «que ardan las piras», «horror», ¿ha visto usted mi foto? ¿Cree que tengo algún problema con las pelambreras en sí? Pues eso. Eso lo está diciendo, usted, no yo.
Eso por lo que respecta a lo que dije yo. En cuanto a lo que dice usted, si cree que tiene que defender a algo que ni siquiera estaba siendo atacado, no me parece que haga falta decir cosas como que «de esa señorita se acordarán cuatro nostálgicos». No es una competición. Y bueno con lo de «música de verdad, no música etc» que dijo en otro tuiteo se confirma una de las cosas que mencioné de pasada en otra de las rolas: hay cierto tipo de fan del rock que puede llegar a ser extraordinariamente agresivo, desdeñoso y hasta grosero con otras propuestas musicales, simplemente porque no son lo que a él le gusta. Lo he visto muchas veces, en varios países además, y me temo que sigue siendo así. No sé si es así como reacciona normalmente, pero espero que se tome esto como algo sobre lo que reflexionar, no como un ataque (que si lo ha habido aquí, es precisamente ese, no lo de las melenas y el demasiado visto). Habrá gente para quien los Maiden, o AC/DC, o Guns N’ Roses signifiquen algo que no se puede expresar con palabras, pero también The Human League, Simple Minds, Sister Sledge, Bronski Beat, Dire Straits o Alejandro Sanz signifiquen lo mismo.
Por si le sirve de algo, una de las varias rolas que tenía pensadas próximamente es «One», de Metallica, y su conexión cinematográfica, literaria e histórica con ‘Johnny cogió su fusil’. La haré de todas formas, pero mientras tanto habrá otros tipos de música aquí. De todas maneras, como pongo tras cada canción, se invita a los parroquianos a participar, así que si quiere usted escribir un artículo sobre una que le guste, que tenga miga para comentar y en el que se respete a todo el mundo, le cedo los trastos y se la publico.
Larga vida al rock.